martes, 29 de junio de 2010

SÓLO UNA CALADA MÁS: El hombre del banco (Fascinación)




Buenos días, amigos, Calados y lectores:

Retomamos un nuevo martes a las letras, para traeros en esta ocasión un relato de mi puño y tecla, que nos devuelve como protagonista a El Hombre del Banco, que vuelve con nuevas andanzas.

Disfrutadlo.





FASCINACIÓN


Los rayos comenzaron a hacerse más persistentes, más atacantes, casi inhumanos, acalorando una fina piel traslúcida desde el invierno. Bajo una gorra que no conoce El hombre del Banco amanece rodeado de cuerpos semidesnudos, tendidos en la cálida arena de una playa bañada por aguas cristalinas, con miedo todavía desliza su mano por la visera y deja al descubierto su ojo derecho desde donde contempla un paisaje humanizador a la par que bullicioso donde unos críos juegan a levantar un enorme castillo de arena, que se esfuma bajo las olas a la enorme sacudida de una de ellas, y bajo la espuma el más pequeño llora su fatalidad y arroja sobre la jubilada del sombrero de flores que yace inerte sobre una pequeña duna, unas cuantas palas de arena con premeditación y alevosía y como recién salida del Jurásico, la señora del sombrero de flores le lanza un alarido tan brutal que el niño encierra su cabeza bajo el cubo de llenar agua y tras ello se vuelve a tender sobre la arena haciendo un surco mayor al que dejó antes de incorporarse para vocear. Medio metro después dos jóvenes extienden kilómetros de crema solar por sus espaldas, dibujando nombres y palabras que no pueden ser pronunciadas. Todavía sin comprender que hace allí y como ha llegado, El hombre del banco gira la gorra hacia la parte izquierda de su rostro, destapando esta vez el globo zurdo y una sonrisa de oreja a oreja asoma a su cara cuando descubre aquel seno desnudo sentado junto a él, alineado perfectamente a tan sólo veinticinco centímetros de su mano, tanto es así que al primer movimiento de aquel sinuoso busto, su mano comienza a tomar vida propia, batiendo los dedos en un acorde rítmico desde el meñique al pulgar a modo de escalera como si golpeara suavemente un teclado invisible en un alzamiento que no puede controlar. La oquedad del regazo cercano lo llama a su refugio como a un animal recién parido, sediento y hambriento por lactar y sin pensárselo dos veces El hombre del banco se despoja de su gorra protectora, hace una reverencia doble a aquellos turgentes pechos y se agarra a ellos como al mástil de su propia vida imperándoles todo tipo de agasajos, homenajes y besos, sometiéndolos a su desasosiego hormonal. Pero antes de que la propietaria de aquella caja torácica pudiera balbucear palabra, su asombrado acompañante le propina al Hombre del Banco una somanta monumental a ritmo de pala empuñada por la mujer del sombrero de flores y queda completamente embadurnado por la arena de un pozal que no ha visto llegar.

Sin otro horizonte que aquellos senos prominentes, El hombre del banco se despide fugazmente de la multitud que lo acosa con destino a un recodo mejor y más hospitalario dentro de aquella playa, mientras piensa en lo ciega que está la gente y cada día más y en el favor que le hará al mundo, el día en el que consiga crear Oculoris.

........................................................................................................................

Saludos estivales.

Arwen

22 comentarios:

  1. Mano traviesa con vida propia, dichoso él, que sigue soñando con ocularis.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Pobre hombre del banco.
    Por una vez que tenía un horizonte apetitoso se lo arrebatan a guantazos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Pobre hombre del banco, se le ve necesitado... Igual necesitaba una compañera de aventuras con pechos turgentes... ;P

    y qué foto y qué relato más playero, que nos dan ganas de meternos ya de lleno en el verano... fantástico Arwen...

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  4. No sé si nuestro hombre habrá aprendido algo en esta aventura, esta vez sí que la ha liado parda, eh?... por otro lado, que le quiten lo bailao! jejeje
    Es que van provocando... :D
    Besines!

    ResponderEliminar
  5. TR Entre la mano traviesa del Hombre del Banco y la mano lenta de Clapton...han podido liar una buena...ja,ja,ja....besos Calados hasta los Versos :D

    Toro y que lo digas chico, para una vez que tiene algo interesante a la vista, va y nos desalmados se lo quitan con una sin razón...si es que no hay tolerancia...ja,ja,ja...;)

    Dirty Gracias :P y siii ya apetece veranito, playa, remojón y vacacionesssss....ja,ja,ja...ya queda menos xicos!!! :D Besotesssss

    Málaga Madrugadora....ja,ja,ja...la verdad es que el hombre del banco debe de haber aprendido algunas cositas de nuestro Diablillo...de no ser así...ja,ja,ja...pobre hombre con lo "natural" e "inocente" que es y por otro lado nadie lo comprende...:D:D:D

    Besotes mañaneros y playeros!!!
    Arwen

    ResponderEliminar
  6. ...vaya,vaya, con la necesidad...del hombre del banco. Caliente empezó y caliente terminó. Saludos cordiales y que tengas un buen día.

    ResponderEliminar
  7. Ja,ja,ja...Anrafera, no has podido encontrar una mejor definición para su comienzo y final... ^^

    Un beso.
    Arwen

    ResponderEliminar
  8. Jajajajajja Arwen como me gusta este hombre del banco si es que el tio es mas feliz que una perdiz.Fredysaludos.

    ResponderEliminar
  9. Ja,ja,ja...es como un niño grande!! ;P
    Besos.

    ResponderEliminar
  10. ¡¡Qué simpático y original relato!!

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Bienvenida Mª José, hasta Calados, disfruta de tu estancia por aquí ;) y este Hombre del Banco es lo que tiene con su particular visión de la vida... ;D

    Un abrazo.
    Arwen

    ResponderEliminar
  12. Ya veo aparecer en el horizonte a la mujer del banco para cubrir estas necesidades al hombre, si no es su culpa sino de las chicas que provocan un montón ja ja ja.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  13. Si es que los pechos los carga el diablo.
    De todas formas el protagonista sale del fuego para caer en las brasas y viceversa... ARWEN! No lo maltrates así, parece un tipo bondadoso...

    ResponderEliminar
  14. Dean Ja,ja,ja...me da a mi que en esos momentos nuestro hombre no se ha acordado de la pelirroja que va de la mano de otro...;D besos y gracias por pasar a Calarte conmigo.

    Estimado lector es muy buena gente...has dado en el blanco...ja,ja,ja...Besotes!!!! ;)

    ResponderEliminar
  15. El hombre del banco es un crack y tu más Arwen...jajajaja.
    GRacias a todos por estar ahí y que viva el hombre del banco que es mi ídolo.

    ResponderEliminar
  16. Saludotes Sombra...y seguro que sí!...

    Y lanzo una pregunta mis queridos lectores...alguien, entre vosotros, alguna vez, en su más recóndito rincón del alma...¿ha deseado ser el hombre del banco?... :D

    Saludos.
    Arwen

    ResponderEliminar
  17. Ser el hombre del banco... mmmm no. No me gustaría porque va de paliza en paliza, no es plan.

    ResponderEliminar
  18. Si el pobre se lleva una de cal y una de arena...veremos a ver donde continuan sus pasos... ;)

    ResponderEliminar
  19. Entre las cosas buenas que tiene el hombre del banco es que.........sigue intentandolo, sigue buscando a pesar de las decepciones. Arwen, algún día tendrás que dejar que alcance alguna recompensa por tanto esfuerzo y perseverancia.

    ResponderEliminar
  20. Todo llegará chicas...todo....pero nos deja una demostración de capacidades sin igual... :)

    Besosssssssssss

    ResponderEliminar
  21. Vaya, parece que estos días hasta el hombre del banco coincide como nosotros en pasarse por la playa... sólo que con tus palabras, más que una playa esto es un paraíso.

    Besikos!

    ResponderEliminar
  22. ¿Tú también andas por la playa Xto?...vaya te aseguro que yo no dejo escapar el sabor a sal... :D y gracias por ver a través de mis letras el paraíso...pero no he sido yo...shhhh...ha sido el hombre del banco...ja,ja,ja...

    Besotes!!! ;D

    ResponderEliminar