lunes, 30 de septiembre de 2013

LA GATA SOBRE EL TECLADO. La pantera.


Mi ama se ha bajado a comprar, por fin. Creía que nunca me iba a dejar el ordenador. Yo pasaba por delante y por detrás de ella sin parar, pero no parecía darse cuenta de mi ansiedad. Esto de escribir es mejor que las croquetas de carne de pollo con verduras, que a mi me pirran. Como no creo que tarde mucho, porque hace un calor de injusticia, voy a contaros algunas cosas. Pero tendré que darme prisa.
Ya os he hablado de cuando me encontraron en la calle y me cuidaron, y de la señora mayor que vivía en casa y que nos llamaba chiquitos y que un día se fue para no volver. Así que hoy os voy a hablar de un gato que he conocido este verano y que me ha llegado al corazón; bueno, he conocido dos, pero el otro no me ha llegado al corazón ni a ninguna parte.  Y espero que esto nunca lo lea Tito.
La casa del pueblo tiene dos puertas, aunque muchas veces Tito y yo salimos por la ventana. Una puerta da a un patio pequeño donde hay unas cuantas plantas insignificantes y ropa tendida. La otra da a la calle. Es muy raro, muy raro, pero mi ama, desde que se levanta, suele tener abiertas las puertas. Y así pasa lo que pasa.  Por esa puerta, que es muy grande y muy gris, suele entrar un gato flaco y enfermizo. Mi ama le llama Apestosin porque está sucio, se caga en el sofá y tiene el culo como un pimiento rojo. Y no me llaméis vulgar. Que yo sepa, vive en la plaza y todos los días viene a comerse nuestra comida. Yo le bufo, le rebufo y le amenazo, pero él entra tranquilamente en la cocina y se pone a comer. Mi ama le deja. Ya os dije el otro día que es una consentidora. 
Pero hace unos días, cuando hacía más calor que sobre un colchón de lana, entró por la puerta un gato negro, completamente negro. Brillaba su pelo a la luz del sol y tenía los ojos amarillos. Era un bellezón, como dicen los humanos. Me miró y pasó por delante de mí dispuesto a ir a la cocina. Yo intenté bufar, pero no me salía porque estaba derretida por dentro. Tito tiró las orejas hacia atrás, erizó su pelo e hizo amago de amenaza, pero se quedó en eso. El gato negro pasó entre nosotros como el príncipe de los mininos y alguien que había en la casa dijo en ese momento: eh, un gato negro. Nos va a traer mala suerte. Pero mi ama le contestó: Eso es una tontería; como decía Groucho Marx, cuando un gato negro pasa por delante de ti, es que va a alguna parte". No sé quien es ese Marx, pero por lo que he oído en casa - sí, siempre estoy escuchando-, era un actor o un político... ¿o es que tenía un hermano? No me preguntéis que no tengo ni idea. Los gatos escuchamos pero no estudiamos.
Bueno, mientras yo observaba como una tonta al hermoso gato negro, mi ama se puso a contar historias -sí, es un poco pesada- sobre los gatos negros. Contó a los que allí estaban, que en la Edad Media, los metían en un saco y los quemaban en una hoguera. Se pensaban que eran los guardianes del infierno o algo así. Yo estaba espantada, aterrorizada, y me escondí debajo del sofá, a pesar de que yo soy tricolor, pero por si acaso. Parece ser que también quemaban personas. Qué horror. Tiemblan mis largos bigotes sólo de pensarlo. Mucho frío debía hacer en esa Media Edad para que algunos tontos quemasen todo lo que se encontraban por delante. Mi ama dijo también que como se quemaron tantos gatos, Europa - que creo que es un país muy grande- se llenó de ratas, ratas enormes y achacosas que traían con ellas una enfermedad que se llamaba la peste negra, y que mató a muchísima gente. Hasta que un día un tal Napoleón tuvo que prohibir que se matase a los gatos- aunque parece ser que este señor les tenía miedo- para que pudieran comerse a las ratas malas. 
Volvamos al tema que me interesa porque yo, mientras mi ama parloteaba sin parar, intenté taparme las orejas con mis patas, pero como en esa pose no estaba muy agraciada, tuve que tragarme todo el discurso sobre los felinos negros y sus tristes destinos.
El gato negro - en casa lo llamaban la Pantera- volvió dos o tres veces más, pero como yo soy una gata muy fiel y quería ahorrarme tentaciones,  cada vez que entraba,  me subía al piso de arriba y me escondía en el ropero. Diréis ahora que soy una puritana y cosas así, pero no es verdad. La verdad es... que no quiero tener una camada de gatitos negros para que luego los quemen en la hoguera. Hala, ya está dicho.
Ahora diréis que soy racista. 

viernes, 27 de septiembre de 2013

FOTO POR TÍ_¿Lector hipermétrope?




¡Vaya unas formas que últimamente tiene la gente de hacer fotos! Curiosa manera, ¿no?
Me llamó la atención el gesto del hombre, tan próximo como estaba a una librería, y no puede evitar pensar en que eso, que parece un libro en manos de un enfermo de la vista, no lo es.
Este señor, aunque a mí me lo parezca, no leía nada ni padecía, que yo sepa, de hipermetropía aguda. No. Estaba fotografiando a su mujer y a su hija…

Dejo hoy la reflexión para que cada uno haga la suya propia y opine, aplauda o abuchee estas nuevas maneras de fotografiar. Yo tengo, como es normal, mi criterio personal al respecto, pero supongo que la fotografía que subo hoy y lo poco que hablo de ella os hará quizá intuir cuál es.

No importa cuál sea, espero me digáis vuestra opinión al respecto. Os iré contestando “frío” o “caliente” según se parezca o no vuestro enfoque al mío. Una especie de juego, o de adivinanza. En el fondo, un coloquio abierto sobre las nuevas tecnologías de la imagen, si os parece bien.
¿Os apetece?

miércoles, 25 de septiembre de 2013

TE DIJE QUE VOLVERIA...........HUYENDO DEL DESAMOR.


                     Fernando Fernández Páez.



 Fue su recuerdo, su despedida,
ni sus huellas, ni su sonrisa,
sólo una flor para la nostalgia,
 mensaje de amor o desengaño.


 A la suave luz de una tarde otoñal
desapareció camino al horizonte.
Cómplice entre viento y marea,
a lomos del mágico azul infinito.
  

Repartió el amor en su viaje,
dejó nostalgias de su presencia,
llevó esperanza para el futuro,
 dejó en la playa sus ilusiones...


Partió para no tener y poseer,
para no encerrar y contemplar,
para no rozar sin sentir emoción,
para no marchitarse en la rutina.


Se fue para no olvidar lo que dejó,
para morir de nostalgia y desamor,
 desear en la distancia e imaginar...
 recordar con ternura el día a día.....


  La arena indolente recogió su trofeo,
 su perfume se fundió con la espuma,
el mar bramó posesivo, enamorado.
E inabarcable, guardó su secreto...







lunes, 23 de septiembre de 2013

35 MILÍMETROS. LA FÁBULA DEL DIBUJANTE de Paloma Zapata



Tímido, bohemio, soñador, con un encanto un poco descuidado, así es el protagonista de esta historia, un dibujante que se encuentra en esa fase profunda de falta de inspiración. Pero en un instante casual aparece el motivo, la espoleta que hace que salte la chispa, el amor que abre mundos interiores, ventanas a una realidad inventada o verdadera, ¿qué más da?
Porque el artista es un ser humano que ha dado un salto en su evolución, se mueve en una esfera con intereses poco materialistas, siente el mundo desde otra perspectiva, ve en la realidad lo que la mayoría no ve, está conectado a esta existencia a través de otro canal, el de la sensibilidad, gracias al código de la imaginación y la creatividad.  ¿Puede ser su universo más complejo que la propia realidad?
Es por eso que me encanta la historia por la sencillez de las cosas cotidianas, su naturalidad, por su honestidad, por su claridad y porque confieso que soy fan de Juanra Bonet, el actor principal, que encaja en el papel perfectamente. Pero la fatalidad parece que separa a la pareja una y otra vez, aunque quizás ese atropello sea el comienzo....



Besos interpretativos.


viernes, 20 de septiembre de 2013

EL CALIDOSCOPIO DE THE DIRT TRACKS

The Dirt Tracks: Kalidoscope


Muy buenos días de Viernes, desde el gramófono de Calados hasta los Versos, amigos, Calados y lectores: 

Nos situamos alto, muy alto, en la azotea del Corte Inglés de la avenida de Francia en Valencia, lejos del mundanal ruido y al amparo de un cielo de colores, vislumbrando una de las mejores vistas de la ciudad al pie de la calle y en lo alto... en lo más alto, rozando ese cielo del atardecer entre amarillos y naranjas comenzamos el pasado miércoles, 18 de Septiembre, a mirar la vida a través de un calidoscopio muy particular, amén de personal, os hablo amigos del kaleidoscope de The Dirt Tracks, sin duda la tarjeta de visita de estos cinco chicos que tras un largo recorrido por tierras Europeas, haciendo callo en las manos, en los pies, en los cuerpos y en sus mentes, tuvieron el placer de presentarnos su nuevo trabajo. Bajo este título albergan doce temas, todos ellos sin desperdicio alguno, que viajan desde "All paths cross" primera canción del albúm hasta "Another Day", última del mismo, pasando por "Kaleidoscope" título que le da nombre al disco y hasta una virtuosa "Self Terrorism manual", para con todo ello, no dejar títere con cabeza. 



Doce son las canciones que se engloban dentro de este Kaleidoscope, - producido por David Gimenez y masterizado nada más y nada menos que por Alex Wharton de los míticos estudios Abbey Road en Londres - y que tratan de mostrar al mundo, bajo un prisma de colores y de sensaciones, todavía por deglutir y digerir, recuerdos, pensamientos, reencuentros y un sin fin de emociones inmersas en él. Así tuvo lugar la presentación y promoción de este tercer trabajo de la banda. Un entrante cargado de color y sonoridad y aderezado con el mejor de los ingredientes: el material del que están hechos los sueños. Esos que nunca fallan, que motivaron a Freud, al mismísimo Dalí y porque no, a cada uno de nosotros. Esos que no deben de faltar nunca en nuestro baúl, ni en nuestra maleta y que The Dirt Tracks, está dispuesto a mostrarnos al completo, el próximo Viernes día 27 de Septiembre en la sala Matisse de Valencia



Para los que queremos seguir soñando, la cita no puede esperar. Y entre tanto os dejamos con algunas vistas desde ese Kalidoscopio, del pasado día 18 en la azotea de la terraza "The Sadow" y os prestamos el prisma triangular, para que comprobéis, por vosotros mismos la calidad en estado puro de estas imágenes. 



Created with flickr slideshow.



Y si tenéis más ganas de jugar, ya sabéis, os esperamos el próximo Viernes-27 de Septiembre en la Sala Matisse de Valencia, para ver el mundo a través de sus ojos y porque no... de si Kaleidoscope... ¡Os esperamos. No faltéis.






Como siempre ha sido un placer estar de nuevo con todos vosotros.

Hasta pronto.

Arwen

miércoles, 18 de septiembre de 2013

CONDUCTORAS SUICIDAS. ENERGÍA PROPIA


Imagen tomada de www.caminantedigital.es de María Pérez


He soltado lastre, me he desembarazado de un equipaje que permanentemente llevaba encima, por fín he sido capaz, y tras experimentar esa ligereza, no me puedo explicar cómo no me dí cuenta antes de la necesidad de liberar a mi cuerpo, castigado a soportar encima un sobrepeso que llevaba hasta que mis piernas dieron la alarma con sordos quejidos y algún que otro crujido.

Eficiencia energética. Me transporto con menos esfuerzo y se consigue mantener una tonicidad que te pide no renunciar al movimiento, a desearlo, a estar satisfecha de tu propio cansancio al que encuentras más tarde de lo habitual y a olvidarte de la desgana que te provocaba tiempo atrás.

Así  pues, este verano he explotado mi propia energía, he retrocedido unos cuanto años atrás, he vuelto a las antiguas usanzas, un tanto, a algunas costumbres vintage en un agradable ambiente rural.

Gestión generosa del esfuerzo. Gastar la energía para sentir que nuestras necesidades y deseos tienen un costo y comprobar que el esfuerzo físico retroalimenta a la mente, que el cansancio es tremendamente sano.

He sacudido a fuerza de golpes los colchones que han dormido todo el invierno encima de sus somieres, sin aspiradora que valga, el polvo se lo llevó el viento que se paseaba por la terraza.

Limpiar la piscina, o más bien la balsa, sin máquina de hidropresión, con los cepillos de toda la vida, a quitar los bichos ahogados con la red barredera sencilla y artesanal, porque no existe la depuradora que además nos obligó a vaciar un par de veces su volumen.

La excepción, la lavadora, no renuncio a ella por nada del mundo, ahora bien, había que llevar la ropa al tendedero subiendo un repechón desde el garaje al otro lado de la casa y nada de dejar caer la ropa sobre los hilos, pues estaban a cierta altura para que las sábanas no tocaran el suelo.  Era agradable sentir el abrazo mojado de la ropa al viento, acariciar su piel para borrar sus frescas arrugas. Ni un recuerdo para la secadora.

Por la noche sacábamos a pulso la antigua televisión a la terraza y luego otra vez a su lugar, como al niño pequeño que se ha quedado dormido.

Resucitar a la vieja bicicleta para volver a sentir el pedaleo de mi niñez, para comprobar que todavía soy capaz de recorrer los caminos que casi había olvidado.  Abandonar el coche e irme a comprar con mis alforjas colgando de mi bici y adentrarme por las callejas del pueblo de tienda en tienda, al mercado ambulante para volver a regatear,  parlotear con su gente y escuchar historias miles.
Sorprenderme que este pueblo estuviera preparado para aparcar mi bici con su artilugio y conseguir atarla por si las moscas y sentirme arropada, porque no era la única que amaba ser ciclista, la que sentía esa solidaridad, esa complicidad entre nosotros. 
Llegaba a sentir que era un pseudopeatón que rodaba un poco más rápido que caminando, que podía saludar al que se cruzara conmigo, porque le veía la cara, porque veía reir sus ojos, su boca y recibir su saludo. 
Al final del viaje podía sentir como la corriente de energía había discurrido por mi cuerpo y electrificado mis piernas, una agridulce sensación, una liberación de tensiones que alcanzaba a llegar a mi mente, sacudiendo sus telerañas y su polvo adormecido.
Estoy segura que algún beneficio más me habrá aportado del que no soy consciente, porque las posibilidades de la bicicleta combinadas con nuestra energía son muchas.
Vean, vean Queridos Calados y lectores y sorpréndanse.


Así que aquí la tengo, en la ciudad, me le llevé con mi equipaje.  No se si encajará tan bien como en el campo, si el día a día sujeto a las prisas, a las máquinas y la técnología punta dejará que saboree por un breve momento, la libertad del verano.
De momento nos recibe bien la semana de la movilidad que se está celebrando en muchas ciudades, haciendo un hueco cada vez más grande a la bicicleta y también al caminante, energía vital, saludable, respetuosa con tu entorno y tu propia energía.

Queridos Calados y lectores, que la fuerza y la energía os brote de vuestro cuerpo para seguir adelante durante todo el año.

Las Gemelas del Sur.

lunes, 16 de septiembre de 2013

LA GATA SOBRE EL TECLADO. La gata sobre el teclado.

Foto

Esta es la mía. Mi ama se ha escogurciado la pata delantera derecha (ella la llama brazo), así que ahora no puede escribir ni subirse bien las bragas. No penséis que soy vulgar. Es que, en algún momento, fui una gata de la calle y la calle enseña mucho, mucho más de lo quieres saber.
Mientras ella - mi ama- está con el brazo en cervatillo o en cabritillo o algo así, yo voy a continuar escribiendo sus cosas. Es para que no la echéis de menos, porque ella - pobrecilla- se cree que cuando no escribe pensáis que le ha pasado algo. Pues sí, esta vez le ha pasado algo, y yo, sin que se de cuenta, voy a contaros mis historias. Este será nuestro secreto. ¿De acuerdo?
Yo vivía en una casa con jardín en un pueblo pequeño. Allí, sobre el césped, jugaba con mis hermanos y con mi madre. Pero un día pasó algo raro. Vino gente extraña con carpetas y papeles. Mi dueña por aquel entonces lloraba mucho y decía que no podía ser, no podía ser, o algo así. El caso es que tuvo que dejar la casa rápidamente y sus gatos nos quedamos en la puta calle de un día para otro. Y no penséis que soy vulgar por decir palabrotas. Soy una simple gata, no Cervantes, que por cierto no sé quien es, pero donde vivo ahora hablan a veces de él y de un amigo suyo que se llama Platón o algo así. 
 Salí de la casa muy asustada, corriendo como una liebre- sí, he visto liebres-, porque no quería que me llevaran a un reformatorio de gatos, que se que existen. Yo era muy pequeña y muy mona- aún lo soy-, y sólo quería tener un nuevo hogar. Confiaba en que mi dulzura y mis preciosos ojos verdes me ayudarían a encontrarlo. Pero pasó todo lo contrario. De repente me hallé en un oscuro callejón con una manada de niños que corrían tras de mí. Luego, uno de ellos me cogió y me estampó contra el suelo. Y allí me quedé, como una alfombra felina, hasta que me vio la hija de mi ama y que, al verme, salió despavorida. Creía morir cuando comprobé que volvía acompañada de una señora un poco entrada en carnes. Ella me recogió del suelo, me llevó a su casa y me quitó la sangre de la cara mientras decía sin parar: hijos de puta, hijos de puta. Creo que se refería a la manada de niños salvajes que me había acosado. Luego me enrolló en una toalla que olía muy bien y me dio leche, pero yo tenía la boca un poco desencajada y no pude tomar ni una gota. 
Me quedé dormida en un sillón, arropada con una pequeña manta de cachorro humano. No fue muy reconfortante escuchar como la que después sería mi ama, exclamaba al día siguiente: 
-¡Está viva, esta viva! 
Lo cual, además de aterrarme, me hizo pensar que estaba mucho peor de lo que yo creía. Pero en cierta ocasión, allá en la casa con jardín donde nací, había oído decir que los gatos teníamos siete vidas. Supuse entonces que aquello era verdad y que yo ya había gastado una. 
Se me olvidaba deciros que soy una gata tricolor, y por si no entendéis de gatos os diré que sólo las hembras podemos tenemos el pelo de tres colores, los machos no. Y hablando de machos, mi pareja se llama Tito. Es un gato de color naranja que también vive en la casa. Me tiene loca aunque reconozco que es un poco poregueta y a veces no sabe defender bien su territorio. En fin, nadie es perfecto. 
Atención, se acerca mi ama dispuesta a escribir con la pata izquierda. Lo que me voy a reír cuando empiece a hacer faltas. Y recordad, es nuestro secreto. Yo soy la única gata sobre el teclado. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Quedan dos días


Comienza la cuenta atrás. El no lo sabe pero el próximo día 17 de septiembre morirá tras horas de despiadada tortura. El segundo martes de septiembre se celebra en la localidad de Tordesillas uno de los "torneos" más salvajes de España. Me estoy refiriendo - ya lo he hecho en dos ocasiones más- al Toro de la Vega, una cacería, una tortura en directo sólo apta para mentes enfermas y con un acusado nivel de sadismo. Es curioso que un país civilizado, como se supone que es el nuestro,  no  pueda  poner fin a un espectáculo tan bárbaro, sangriento, cruel, brutal, violento, mezquino, despìadado, inculto, atroz e insufrible.  En esta "fiesta". un toro es lanceado por centenares de hombres que lo persiguen por un bosquecillo polvoriento, hasta su muerte. Se me pone la carne de gallina sólo de escribirlo, porque no quiero imaginarlo. Barbarie, salvajada, ensañamiento, que dice muy poco a favor de las "personas" que participan en esta masacre.  ¿Cien hombres - o más-  armados con afiladas lanzas que clavan una y otra vez en el cuerpo malherido del toro,  o cien cobardes armados contra un toro? Todos los años se recogen miles de firmas en toda Europa para que se acabe con este brutal espectáculo y cada año se vuelve a repetir. ¿Qué país es éste  donde no se escucha el clamor del pueblo,  que no es capaz de acabar con un festejo que, a la mayoría de españoles, nos avergüenza hasta el límite? 
Uno de los lectores más fieles de mi blog me comenta algo que no dejó de sorprenderme, y quiero compartir. En 1954, tras la difusión en el NODO de unas impactantes imágenes del "espectáculo" del Toro de la Vega, se inició en España una tremenda polémica que duraría años. En 1966, Franco prohibió el festejo, que volvió a celebrarse en 1970 debido a las presiones de aficionados taurinos y de las autoridades locales. En 1980, en los inicios de la democracia, el mal llamado torneo del Toro de la Vega, fue declarado ¡fiesta de interés turístico! Hoy en día, junto al clamor de muchísimos españoles que ven en esta fiesta - como dice un bloguero- una "puta salvajada", se unen las voces de numerosos ciudadanos de Francia, Reino Unido, EE.UU y Alemania, que lo califican de truculento, sangriento e innecesario. 
 Se le acabó el tiempo al Toro de la Vega. Mañana será ejecutado entre el jolgorio de todo un pueblo rebañado en sangre. Siento vergüenza, impotencia, asco. Quiero que mis palabras hagan daño, tanto como esas lanzas que se clavan sin piedad en el animal condenado a muerte por una sociedad ignorante que no conoce la piedad.  Escribo con ánimo de ofender, como diría Pérez Reverte. Y desde ahora mismo pongo a Tordesillas en mi lista negra,  y haré todo lo que esté en mi mano para abolir de una puñetera vez esa costumbre ancestral y vomitiva que me llena de repugnancia.  Por cierto, acabo de leer en un blog sobre el Toro de la Vega que un "ciudadano" de Tordesillas afirma lo siguiente: "Cuánta polémica por un puto toro", lo cual viene a corroborar lo que ya pensaba: incultura, desprecio hacia la naturaleza, sadismo, tortura...
Difundid esto cuanto podáis. Esos espectáculos lamentables y tercermundistas tienen que acabar de una vez. Compartid, joder, que sólo es darle a un botón.

viernes, 13 de septiembre de 2013

FOTO POR TÍ_Mirando al futuro




Camino como siempre sin rumbo fijo. No deja de sorprenderme casi nada de lo que miro y miro a casi todo con lo que me cruzo. No todo me hace disparar una foto. Muchas veces las capturas van directas de la pantalla a la papelera de mi cámara, sin pensar demasiado, sin demasiados escrúpulos. Simplemente, no veo ahí lo que ví instantes antes, no es lo que quería, o no logré plasmarlo como lo sentí.

Volvía a casa cuando al pasar tras la marquesina de aquella parada de bus, una joven mamá calmaba la sed del niño que en su carro, miraba a un punto que no era el rostro de su madre. Cuando ella apartó la pequeña botella de agua, creí entender aquella mirada descarada, despierta, directa, pero a la vez limpia, sincera y honesta, infantil, una mirada como suelen serlo, cargada de curiosidad, del bebé. 

Esa mirada, que parece preguntarse si ese a quien mira es quizá una imagen de su propio futuro. 
Esa mirada bien mereció un momento, un paso atrás, y un chasquido del obturador.

Aunque tal vez la verdad sea otra, porque en esos ojos inocentes caben tantas, tantas preguntas...

miércoles, 11 de septiembre de 2013

TE DIJE QUE VOLVERIA .......... para volar de nuevo.


   Fernando Fernández Páez.


Mar adentro, fundida en el manto de olas,
abandonado el cuerpo en la orilla,
 como una cáscara vacía, 
como una figura inerte y hueca,
antes llena de vida.....


Mar adentro en busca de la libertad,
 cierta tras la linea del horizonte, 
soñando con otras vidas, 
atraída por el abismo desconocido
de la existencia o la nada.....


Mar adentro, con los recuerdos marchitos,
perdidos entre la arena,
borrados por la cadencia de las olas,
desahuciados por el tiempo,
marchitos por el sol y y la espuma.


Mar adentro sin equipaje ni ataduras,
sin lastres, sin compromisos,
sin nada que perder y todo por ganar.
sólo corazón y espíritu... 
hasta lo más profundo de nuestra imaginación.








martes, 10 de septiembre de 2013

El laberinto


Hace cinco años, o seis - creo que he perdido la cuenta- salí de aquel lugar para no volver más. Las brujas pirujas que vivían en la casita de chocolate  se deshicieron de mi como de un trapo sucio.  Aborrezco aletear sobre los malos recuerdos, extender mis alas chamuscadas sobre el tiempo perdido, sobre la sombra alargada y gris de lo que alguien calificó fracaso. Entonces - diréis- ¿por qué vuelvo? ¿acaso me gusta revolcarme. en los malos recuerdos como los cerdos en el fango? ¿Es posible que no sea capaz de dar un sonoro carpetazo a mi propio relato? No es nada de eso o quizás es todo eso. Pero os voy a relatar lo que sucedió luego, donde el pasado y la vida se alían en extraña simbiosis para intentar desandar lo andado, aunque nunca sea posible. 
Dos días después de salir de aquel inhóspito paraje para no volver jamás, me desperté a medianoche. Era octubre, ya no hacía tanto calor, pero yo no podía dormir. Abrí los ojos con dificultad. Lo cierto es que los tenía hinchados de tanto llorar y se habían convertido en una delgada línea rodeada de pobres pestañas. Dí una patada a la sabana y observé con preocupación que en la habitación no estaba el gato. Miré hacia la ventana por la que debía haber entrado la luz de la noche y comprobé con terror que tampoco había ventana. Me senté en la cama y comencé a hiperventilar. Si no veía la luz de la ventana era que me había quedado ciega de un día para otro. O quizás, en el mejor de los casos, todo era una  estúpida pesadilla. Sabía, por experiencia, que el stress es un arma de destrucción íntima y masiva porque acaba con todos tus sentimientos, pero deja a salvo tus resentimientos Respiré hondo, intentando controlar la situación, pero no pude. Mi habitación había desaparecido como perro flaco en la niebla. Cerca de mi había una sombra. La toqué y sentí que me pinchaba. Era un arbusto, un arbusto que no olía a nada, que brillaba como jade a la insultante luz de la luna llena. Estaba dormida o perdida o, más posible, el dolor me había vuelto loca, loca como una puta cabra. 
Me volví a dormir agotada, agarrada como una bestia a una rama frondosa de boj. Y soñé que en algún momento de aquel último día, alguien -sólo alguien- me tendía una mano mientras mis manos se agarrotaban en una convulsión que sólo logró calmar un valium que algún ángel drogodependiente llevaba en el bolso. 
Cuando desperté, el sol estaba alto en un cielo limitado. Miré a mi alrededor. Un camino de tierra entre altos matojos se extendía ante mí como la única salida. Lo seguí. Al cabo de unos metros, el camino se bifurcaba en otros seis y así fue sucediendo durante cientos de metros. Al final, lo asumí. No estaba loca ni dormida. Estaba perdida, perdida en un enorme y siniestro laberinto.
Al principio fue horrible. Vagaba como un espectro por senderos apartados intentando encontrar a alguien que fijara sus ojos en los míos. Me preguntaba: ¿Cómo puede continuar la vida fuera del laberinto? ¿Acaso nadie se ha dado cuenta de mi ausencia? Si alguien se dio cuenta, no le importó demasiado. El silencio se hizo mi aliado. Me cansé de buscar entre las ramas, de husmear una esperanza entre las sendas que parecían reír a carcajadas, cerrándome y abriéndome el paso a cada tanto.
Muchas lunas y muchos soles después, encontré personas- e incluso gatos- vagando por el laberinto. Hablaba con ellos sin palabras. Caminaba junto a ellos. Comencé a pensar que aquello no era tan malo, que algunas miradas se habían cruzado con la mía, que alguna u otra sonrisa se había dibujado en rostros ajenos, otrora desconocidos, anónimos. La costumbre cayó sobre mi piel como una segunda piel. El entorno dejó de amenazarme y por las rendijas de mi inquietud comenzó a colarse una brisa fresca, mañanera, que secó las lágrimas de mi mirada y me obligó a ver más allá.
Hoy, después de cinco o seis años, vivo en el laberinto. A veces no es fácil. A veces es difícil. He conocido a otros, pero ya no vagamos como espectros perdidos sino como brillantes duendes. La risa ha vuelto a aflorar a mi rostro mientras aprendo a escribir entre líneas, con reglones torcidos o cabeza abajo. Es posible que nunca encuentre la salida de este espeso acertijo de caminos, pero ya no me importa. Todo lo que me interesa está aquí adentro. Y lo que quedó fuera, está lejos, difuminado en la remenbranza, perdido en un tiempo que si fue, ya no merece la pena.
Porque a veces el laberinto es el único camino. 

lunes, 9 de septiembre de 2013

35 MILÍMETROS: ”Love Is All You Need” HETEROFOBIA


Os anunciamos que a partir de hoy lunes, esta sección pasa a ser quincenal.


¡Muy buenos días Calados  este lunes de septiembre que ya huele a libros nuevos! 

Hoy,  retomando nuestra sección de cortos, os presentamos un cortometraje que seguro que genera controversia, incluso provoca algún tipo de inquietud entre muchos espectadores, pero eso es exactamente lo que su directora pretende conseguir y nosotras, también.

En los últimos años se ha venido debatiendo con gran firmeza el tema del "bullying" y de la homosexualidad, cuestiones que no escapan al debate social, ya que el "bullying" como problema y la homosexualidad como condición sexual no tolerada por algunos, son hechos que escandalosamente, todavía siguen manifestándose en la actualidad.

¿Y si fuera el mundo al revés?

Te imaginas un mundo donde las relaciones homosexuales fueran mayoría y ser heterosexual fuese “anormal” o “inmoral”? ¿Donde los niños descubrieran que cuando no son iguales a los demás, sufren humillaciones por enamorarse de una persona del sexo opuesto?. Suena inverosímil, ¿verdad?.

Así lo muestra un cortometraje titulado ”Love Is All You Need”?,  ('¿Es amor todo lo que necesitas?')

Sinopsis: una niña se siente atraída por personas de sexo contrario en un mundo de parejas homosexuales.

Basándose en hechos reales y el simple intercambio de ser homosexual y heterofóbico, la creadora y directora del film, Kim Rocco expone hasta qué punto los jóvenes pueden ser víctimas de "bullying" al descubrir su verdadera sexualidad. Creando un universo alternativo, esta joven directora utiliza la intolerancia, la intimidación y el suicidio para describir lo que sería el mundo...al revés...



Es difícil meternos en la piel de alguien y ver el mundo con sus ojos, pero no hay nada como ver los problemas desde la perspectiva de otros para  comprenderlos. Es difícil ponernos en su lugar, sin embargo, deberíamos intentarlo, porque eso nos hará más comprensivos y más humanos.

Seguro que si profundizáramos en esta capacidad, el mundo sería un lugar mejor para vivir.

¡Por la tolerancia!