Hoy me ha conmovido una pareja de esas que cuentan años repletos de historias, parejas que se caen si no está el otro, parejas unidas por una vida que empieza a olvidarse...
Se me ocurre escribir sobre las personas mayores. Buff! pensarán algun@s, tristeza y tedio. Porque eso es lo único que tienen muchas personas mayores en su vida. Muchas que están solas. Pero yo, estos días, he sido testigo de que existe algo más que en ocasiones olvidan, los que tienen la suerte de seguir con su compañera de viaje.
Os hablo de una pareja que se tienen el uno al otro, aunque a ella algunas mañanas se le olvide que él está en su cama con su consentimiento y eso provoque que le pregunte con una vergüenza casi pueril….”¿Pero tú eres mi marido no?” no vaya a ser que esté “pecando” sin saberlo. ¡Y eso nunca!, ella siempre ha sido fiel al padre de sus hijos.
Curiosamente, el estado de demencia que tiene ella la hace más razonable en algunos momentos y sabe argumentar y rebatir, no se por qué motivos misteriosos, las quejas típicas de él.
- ¡Estoy hecho un trastillo, ya con 8….taitantos años!
A lo que ella le contesta;
- Pues eso quiere decir que ya los hemos vivido y muy bien.
Ante una respuesta tan cierta y contundente, no hay nada que objetar,
- Somos mayores, pero estamos bien y juntitos.
- ¡No, no, yo no estoy bien!
-¿No cariño, qué te pasa?
Y a continuación le recita ese refrán que esta en su mente y que aflora cada vez que lo necesita, “Entre dos paredes blancas hay una flor amarilla…..” y le saca una sonrisa….Ella sabe que lo ha hecho bien, pues ha conseguido que su cariño eterno se ría y se ponga contento. Pero aún le pregunta ¿lo he dicho bien?
Es su niña pequeña, la que no hace mucho llevaba la casa, cuidaba de sus hijos y le apoyaba como nadie. Ya ha pasado todo eso, ahora es otra época más dura que van a tener que vivir y lidiar...pero se tienen el uno al otro…
Al principio, a él le podía el cabreo, la resistencia a lo evidente, el sobrepeso de la situación le superaba. Pero poco a poco es la aceptación la que se ha impuesto, es la resignación con energía, es intentar no dejarse caer, por ella, por él….
Ella en cambio, viaja en el tiempo y vive recuerdos en su mundo paralelo, lleno de infancia y adolescencia, donde encuentra pretendientes, hermanos, amigos y momentos felices…Se obstina, se opone a lo que no quiere, a lo que le molesta. Amenaza con escapar...como una niña...pero pronto la convences…o no, pero consiente vencida. Se enfada, a veces llora y cuando pasa el enfado.. también se olvida.
No entiende que no se puede dejar de hacer lo que la mantiene saludable, porque tenga frío o sueño...y su media mitad se convierte en verdugo, pero de eso también se olvida…y acaban sentados en el sofa, frente al televisor, con las manos entrelazadas y los recuerdos esparcidos por toda la habitación….
Y esta es la mejor visión de si mismos, la aceptación hecha paz, con la rutina, los refranes y las caricias…porque se tienen el uno al otro…
Es la vida, maravillosa vida juntos...