LOGRANDO UN SUEÑO. CONDUCTORAS SUICIDAS

Dicen que todo se aprende. Que aquello que primero incorporamos a nuestro equipaje son aquellas experiencias que nos llegan, que nos "tocan emocionalmente".
Una semana más os pedimos permiso para mostrarnos nuestro lado más sensible.
Ha sido una semana sin dirigiros la palabra, ni comentaros las vuestras. Ha sido una semana de carreras y una de tantas no la hemos corrido nosotras, sino los protagonistas que os presentamos a continuación en este vídeo:
"Padre e hijo, logrando un sueño"

"Puedo" primera persona de un verbo definitivo, valiente, arriesgado, un verbo que en primera persona del singular, demuestra la voluntad, la constancia y la automotivación de dos seres a los que no les ha hecho falta más que decisión para empezar y disciplina para terminar. "La decisión ayuda a empezar, la disciplina ayuda a terminar, Jhon Maxuwell".

Las que dedicamos gran parte de nuestro tiempo a correr circuitos, sufrimos un fuerte entrenamiento para conseguir un objetivo: el triunfo, ganar la carrera. Eso, además de satisfacción personal, nos proporciona prestigio y nos reporta una compensación económica.

"Ellos" han disfrutado de un costoso entrenamiento que les acercaba cada vez más a la meta, cada pequeño fracaso era un paso más, digido al éxito, porque no se conformaban con participar, querían llegar, terminar, alcanzar la meta.

Esta semana hemos aprendido muchas cosas, entre otras, que lo contrario del éxito no es el fracaso, sino el conformismo.

Y los protagonistas del vídeo, evidentemente, no, no son conformistas. Ni lo fue el niño que nació con una minusvalía que lo convirtió en tetrapléjico y que aún así, tuvo la valentía de conjugar ese verbo en primero persona y declarar que lograría todo lo que pudieran alcanzar los demás, sólo necesitaría más esfuerzo.

A veces, en la carrera de la vida, hay demasiados obstáculos que nos desvían de lograr nuestro objetivo, pero si tenemos la determinación de fijar nuestra meta y luchar por ella con una gran dosis de ilusión, es posible alcanzarla.

En nuestros rallys siempre contamos con un equipo pendiente de nuestras necesidades, que nos apoyan y resuelven los problemas que puedan surgir en el camino. En su carrera, "ellos" forman equipo, no hay apoyo material, pero hay otro tipo de estímulo capaz de motivar y de empujar con más fuerza su destino, las palabaras de ánimo, la empatía de todo un colectivo valorando el esfuerzo, poniéndose en su piel, enfocando su energía, guiándoles hasta el final.

En una carrera convencional, se obedecen algunas señales únicas, interpretadas unánimamente respetadas para el bien de todos, En su carrera, las únicas señales que atendía era las que reflejaba el rostro de su hijo, felicidad, ánimo, excitación, emoción.

Si llegamos en primer puesto, todo se convierte en felicidad. Si logramos posicionarnos entre los primeros, alegría es lo que sentimos y vamos calculando las posibilidades de clasificarnos.

Para nuestros protagonistas, llegar a la meta era el premio. La alegría, la felicidad estaban garantizadas por ello. El cúmulo de emociones se materializó en los ojos desbordados del hijo.

En el resultado final la lucha por conseguir el objetivo era la manifestación elevada al máximo exponente de su espíritu de superación, voluntad, constancia, la materialización de un sueño.

...Y todo, por atreverse a conjugar el verbo en primera persona, por mirar al frente y gritar "PUEDO".

Toda una lección de positivismo ante la vida, sus adversidades y sus negaciones.

Besos muy emocionados, queridos Calados y lectores.