En vísperas de Reyes, no es bastante grande el universo para contener toda la ilusión que brota del corazón de todos los pequeños reyes de la casa, esperando los regalos.
Ellos piensan que el termómetro que marca la respuesta a ¿te has portado bien? será el que decida la magnitud de lo esperado, pero no hay peor tristeza para los padres, cuando la cruel y crítica realidad se impone, que defraudar esa ilusión y estar obligados a desvelar que la magia no funciona. A pesar de todo esta mañana, con los primeros rayos de sol, ha estallado la ilusión con magia o sin ella, salpicando metralla de gritos y risas.
Rememorando a Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento os dejamos un fragmento de su poema, Las albarcas desiertas.
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
........
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Queridos Calados y lectores, ¿qué tal os habéis portado? Aprovechamos y con estas entradas del año pasado, repasamos conciencias.
Concienzudos besos de las Gemelas del Sur.
Hola, gemelas del Sur.
ResponderEliminarMe ha encantado este fragmento de Miguel Hernández. En España, hasta hace apenas treinta años, muchos zapatos estaban vacíos el día de Reyes. Muchos. Ahora hay una gran mayoría que se llenan en exceso.
La reflexión se hace necesaria.
Nos come el consumismo y cada vez se piensa menos en el que nada tiene.
Aun así, espero que vuestro zapato se llene de ilusión y buenos ánimos para este nuevo año.
Dos besos.
No conocía este poema.
ResponderEliminarMe gusta mucho.
Besos.
Buen día de Reyes Luisa, Miguel Hernandez, como tantos otros anónimos, vivió una época en la que las prioridades apuntaban hacia otro lugar de nuestra anatomía, pero creo recordar,por lo que me han contado los que fueron protagonistas de esos años, que a pesar de todo, las familias intentaban que no desapareciera esa pizca de esperanza en los zapatos más bien vacíos de los pequeños.
ResponderEliminarIusión, animo y suerte.
Dos besos para ti Luisa.
Sabemos que un buen poema es algo que aprecia otro poeta,
ResponderEliminarBesos Toro
Precioso y triste el poema de M. Hernández.
ResponderEliminarVaya cabecera traeis hoy!!! :D:D ¿Os la trajeron los reyes magos?
Bss y bss.
Si Mar, ¡Los Reyes Magos hacen milagros!
ResponderEliminarPrecioso poema, para dar un vistazo fuera de nuestros zapatos.
Besos Mar
Bienvenida Luisa a esta Comunidad de Calados.
ResponderEliminarEs cierto que el consumismo nos devora y seguramente convendrás con nosotras que también la sofisticación de los juguetes; los niños son más sencillos, acaban jugando con la caja de cartón o los cacharros de la cocina..., pero sería justo conseguir "ningún niño sin un juguete".
Toro, a nosotras nos cautivó su descorazonadora belleza.
Mar, este es el moderno 4º Rey Mago del cual poco se cuenta, trae chapapote al adulto que se porte mal. Seguras estamos que no ha visitado tu casa.
Besos juguetones a todos/as
Si ya es una preciosidad la obra de Miguel Hernández, más lo es este maravilloso poema que no conocía y que retrata muy bien la situación que muchos de nuestros abuelos vivieron...hoy es un día de júbilo para nuestros niños...un júbilo que ellos no conocieron y que lamentablemente sigue existiendo en tantas partes del mundo....
ResponderEliminarGracias, mil gracias Gemelas por rebuscar en nuestras almas y llenarnos de sentido común...yo también he dejado mis zapatos, me conformo con que no me lo llenen de carbón.... :D
Y la cabecera fantástica...tanto como ese motorista del infierno.
¡Sois la caña!!!...
Nos vemos y nos bebemos mañana y nos cenamos junto a los incombustilbes Oddshow!!
Felices Reyes!!! ;)
Arwen
¡qué los reyes hayan sido buenos con vosotros también ;D!
ResponderEliminarBesos abisales
Unas gotas de sentido común, creemos que no vienen mal en este día, que muchos de nosotros hemos contribuido a culminar, con regalos y más regalos, el consumismo de estas fiestas,
ResponderEliminarY desde luego, si vienen de la mano de este maravilloso Miguel Hernandez, no podemos sino leerlas y releerlas, escarbando en nuestras conciencias.
Así y todo te deseamos que tús zapatos estén llenos, también de carbón, es dulce.
Besos a discreción Arwen.
Bueno Abismo, ¡cómo no desearte que los reyes se hayan acordado mucho de tí!
Dos besos
Hasta esta mañana creía que me había portado bien...
ResponderEliminarFelices reyes!
Un saludo
Y así será, sólo que algunos puede que no se hayan dado cuenta o anden equivocados......
ResponderEliminarBienvenido Horacio (no se si nuevo o de nuevo) en este territorio Calado..
Saludos a pares
Ahora que casi ha pasado el día de Reyes y Fantasías, voy a confesar que he recibido dos poemas de regalo: Uno, éste triste de Miguel al que tanto leí y tengo como encimado. Y, otro, en prosa pero poema, en el que Lorca pide en su pueblo medio pan y un libro.
ResponderEliminarHoy que es día de poemas que llueven y empapan los corazones calados, se me viene a la memoria un ensayo mío de otros tiempos donde sentía la necesidad de dar Reyes o fantasías sin que fuera obligatorio que se concentraran en este día.
Espero que todo vuestro futuro sea como el que soñaba por entonces.
Gracias por los regalos.
Un beso para tod@s:
TU FUTURO.
En la caja de cartón,
un rastrillo, una canica,
figuritas de color,
y un cuento de princesitas.
En tu camita pequeña
tus manos cogen las mías
y mis labios se acercan
para besar tus mejillas.
Una pelota de goma,
un cochecito sin ruedas,
un payaso en tela roja,
un barquichuelo de vela.
En tu camita pequeña
mis ojos miran los tuyos:
en tus sueños, las veletas,
y en los míos, tu futuro.
La casita de madera,
los palitos del tambor,
el triciclo, la sirena,
la concha del caracol.
Y vuelven a aparecer los sueños en este poema cargado de deseos, de ternura y de vida entretenida, que evoca un futuro casi recien pasado, que nos traspasa la piel y se escapa entre las manos.
ResponderEliminarTres regalos, los tres llenos de verdad, y sensibilidad.
Gracias por el tuyo. Dos abrazos.