Vivimos por inercia, arrastrados por una corriente impetuosa que nos lleva hacia Dios sabe dónde. Vivimos - como decía Teresa de Jesus, posiblemente con otra intención-, sin vivir en nosotros mismos, acelerados cual monstruos de Formula I.
Vivimos sin llegar a amar la vida, sobreviviendo, sin reparar en esos minúsculos instantes por los que ya valdría la pena vivirla. Y nos agarramos como náufragos a los pedazos de sueños rotos que aún gravitan en torno nuestro como propósitos incorpóreos que se resisten a morir.
Pero cada vez que una palabra se enlaza con otra y forma una frase, y esa frase se alía con otra y da lugar a un párrafo, el sueño se aleja de la levedad de su ser y se torna basamento sobre el que construirse, puerta por la que salir al exterior, ventana a través de la cual entra un aire fresco y limpio que revive hasta el sueño más agónico.
De una vez. Tomemos una decisión. Intentemos alcanzar nuestros sueños o dejémosles marchar en paz. Es posible que valga más la pena retirarse a tiempo de la batalla que morir en ella.
¿O no? ¿O por nuestros sueños lucharíamos hasta la muerte?
La gata sobre el teclado. Amparo Puig
La gata sobre el teclado. Amparo Puig
Los sueños son los que nos mantienen vivo, que no con vida, Creo que sí, que hay que perseguirlos hasta la muerte, aunque suene dramático a rabiar. Estoy convencida que si no estuviésemos intentándolo siempre...entonces moriríamos. Pero no hay que dramatizar, los sueños son como la utopía, se planta delante de nosotros y no tenemos mas que perseguirla, son los faros del camino.
ResponderEliminarMarinela, a veces pienso que los sueños tienen dos filos, como las espadas, uno te hace seguir adelante y el otro te corta la cabeza. ¿Cuándo debemos desistir? Esa es la pregunta.
Eliminar¿Pero eso es vida?
ResponderEliminarVivir sin sueños no es vivir por eso hay que luchar por ellos.
¿Y es vida, Tracy, ver como pasa la vida sin alcanzar los sueños más nuestros?
Eliminarme encanta como escribes me siento comoda en tu blog como si fuera el mio
ResponderEliminarHola Recomenzar. Me alegra que te guste mi blog. Ya me gustaría a mí tener esa colección de buenos amigos que tienes. Un abrazo.
EliminarQuién dijo que los humanos son? preguntará algún dios del hades, recordándonos que no tenemos sueños, que más puede el neoliberalismo y su carga de competencia y mercados abiertos...UN abrazo. carlos
ResponderEliminarSí, Carlos, vivimos sometidos a demasiadas presiones. El neoliberalismo todo lo convierte en dinero. Si las cosas dan dinero, valen, y si no dan , no valen nada. Así, a duras penas podemos sacar adelante nuestros sueños. ¿Quieres triunfar? escribe de violencia, de sexo, de pura fantasía a la moda. Y al final, te desanimas.
EliminarComo decía el escritor irlandés, George Bernard Shaw:
ResponderEliminar"Si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde; ahora coloca las bases debajo de ellos".
Nunca hay que desistir ante los sueños y siempre hay que tratar de que se hagan Realidad.
Preciosa y Realista Entrada.
¡¡¡Gracias por Estar y por Ser!!!
Abrazos y Besos.
Hola Pedro Luis. A veces la esperanza es un arma de doble filo porque te desgasta muchísimo. A pesar de que haya escrito esa entrada, yo siempre vuelvo a retomar mis sueños, aún en medio de la dureza de la vida cotidiana. Gracias a tí.
EliminarIncómoda entrada..., no sé si coger la cámara y salir a la calle a hacer fotos, o coger la gillette...
ResponderEliminarLo dicho. Mañana salgo con la cámara puesta. Y afeitado de paso.
Un abrazo!
Ja, ja. Esta vez he querido ser la piedra en el camino, y es que cuesta tanto a veces seguir alimentando nuestros sueños...
EliminarHay que seguir luchando a brazo partido, no queda otra salida, la vida sigue.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú lo has dicho, Rafael, a brazo partido, contra viento y marea, porque si dejamos de soñar ¿por qué razón seguir caminando?
EliminarCreo, Amparo Puig, que por nuestros sueños debemos luchar hasta la muerte, ya que es así, como vos decís, perdoná mi sintaxis argentina, o como dijo Santa Teresa de Jesús, vivimos sin vivir en nosotros, llevados por esa furia que ya el filósofo alemán Heidegger vió cuando en "Ser y tiempo" habló de nuestra "caída" en el mundo, en esa inautenticidad que nos lleva, pero los sueños nos llevan al verdadero ser para nosotros mismos que son los posibles, las posibilidades, esas que, otro existencialista, Jean Paul Sartre, en "El ser y la nada" vio como la instancia de nihilización hacia la que huimos, esa "nada", ese no ser que somos. Un beso y gracias por tus visitas a mi blog
ResponderEliminarBueno, tu comentario merece una medalla de honor. Es verdad que los filósofos profundizaron en estos temas y nos hicieron dudar de todo, pero cuando una misma -sencilla aprendiz de escritora- "cae" en uno de esos baches en los que le cuesta sacar adelante sus sueños, es cuando de verdad te preguntas si persigues algo que algún día puede ser real o si simplemente tratas de alcanzar una utopía. Yo ahora mismo tengo mis dudas. Gracias por tu comentario y no te preocupes, porque la sintaxis argentina me encanta y el acento también.
EliminarHola Amparo. De nuevo así pienso. Estamos demasiado sumidos en las cosas que menos importan. A veces no queda más remedio ¿o si?
ResponderEliminarEn ese ¿o sí? radica la cuestión. la vorágine de la vida cotidiana nos arrastra y nos aleja de nuestros legítimos sueños. Hay que vivir con los pies en el suelo y los dedos tocando el cielo, y eso a veces es difícil. Un abrazo, Roland.
EliminarEse debe ser el espíritu de calados... valentía para enebrar palabras y textos contra los sueños rotos...
ResponderEliminarLa fuerza de la esperanza, de la curiosidad, del deseo nos puede abrir nuevos caminos.
...ya se dijo, "seamos realistas, queramos lo imposible"
Un abrazo.
Me encanta esa frase de seamos realistas, queramos lo imposible. Como suele decirse, el "no" ya lo tenemos, así que a seguir batallando. Un abrazo.
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