Fotografía: Fernando Fernández Páez.
La mejor imagen, el mejor reflejo, es ese engaño a los sentidos que nos hace dudar
en tiempo y espacio sobre nuestros deseos y la realidad.
Nuestra percepción juega con nuestros pensamientos cabales, racionales y lógicos
porque vemos lo que no deberíamos ver y estamos ciegos a lo que,
desde muy adentro aflora en un continuo de deseo y emoción.
desde muy adentro aflora en un continuo de deseo y emoción.
La vida es un espejismo, una incertidumbre que se ríe de nosotros y otras veces,
llora a nuestro lado, compadece nuestras miserias y tristezas,
llora a nuestro lado, compadece nuestras miserias y tristezas,
y nos consuela ante una realidad futil y repetitiva.
Como en la imagen, nunca sabremos, nunca llegaremos a desentrañar, si somos
una manifestación onírica y proyectiva de un inmenso cúmulo
de mundos que nidifican en esta tierra sus avatares, réplicas a imagen
con algún fin, inicio de esa crisis existencial que todos compartimos.
Quizás, por el contrario, después de un ciclo necesario a la vida biológica,
trascendemos de nuestra propia existencia para volver
a ese espíritu abstracto y nebuloso, entrando en una espiral
de vidas contínuas y conectadas que fluyen en todo el universo.
Esa franja luminosa, de existencia, es nuestro momento de gloria, vital...
fuera de ella sólo hay oscuridad, vacío sin perspectiva alguna.
Toda la fuerza se concentra en ese momento sin dimensión ni referencias,
en el que, aunque ignorantes de nuestro origen y nuestro destino,
somos protagonistas de nuestra propia existencia.
Como en la imagen, nunca sabremos, nunca llegaremos a desentrañar, si somos
una manifestación onírica y proyectiva de un inmenso cúmulo
de mundos que nidifican en esta tierra sus avatares, réplicas a imagen
con algún fin, inicio de esa crisis existencial que todos compartimos.
Quizás, por el contrario, después de un ciclo necesario a la vida biológica,
trascendemos de nuestra propia existencia para volver
a ese espíritu abstracto y nebuloso, entrando en una espiral
de vidas contínuas y conectadas que fluyen en todo el universo.
Esa franja luminosa, de existencia, es nuestro momento de gloria, vital...
fuera de ella sólo hay oscuridad, vacío sin perspectiva alguna.
Toda la fuerza se concentra en ese momento sin dimensión ni referencias,
en el que, aunque ignorantes de nuestro origen y nuestro destino,
somos protagonistas de nuestra propia existencia.
Pues eso, seamos protagonistas de nuestra propia existencia y vivamos o soñemos nuestro momento, fuere lo que fuere la vida, lo importante es sentirse, vivo.
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes toda la razón, además de intentar teorizar, de desahogar ese cierto comezón que nos invade cuando nos vemos muy pequeños ante conceptos como universo, eternidad, bondad o maldad, coherencia, amor, nostalgia........ lo único importante y asequible para nosotros es sentir, con engaño o sin engaño, pero sentir e intentar perdurar con una vida digna.
EliminarUn abrazo Marinela.
Para reflexionar,abrazo Fiaris
ResponderEliminarEstá bien reflexionar, plantearse retos, pensar, no sólo actuar.
EliminarTodo es compatible, recorrer día a día nuestro camino y al mismo tiempo plantearnos nuestra propia existencia.
Un abrazo Fiaris
Curioso e inquietante texto. Hace unos días, en una de esas miniseries que hacen en la tele, uno de los protagonistas se planteaba la siguiente cuestión: y si fuéramos somos hologramas, imágenes enviadas desde quien sabe qué mundo.Puede que todo sea un espejismo, puede que el más allá sea un más nada, pero ahora nos sentimos vivos y, de momento, es lo único que tenemos. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta inquietarme, hasta cierto punto, con realidades paralelas, espejismos, proyecciones de otras vidas, el infinito, etc. pero me encanta vivir, respirar y dejarme acariciar por los latidos de todo cuanto me rodea
EliminarUn abrazo Amparo.
Hay situaciones, acontecimientos, instantes que escapan a la ciencia pero existen, no todo está explorado y etiquetado. Un saludo
ResponderEliminarLa ciencia y la imaginación siempre parecen ir de la mano, pero la fantasía, el sueño, el deseo, buscan su hueco donde la racionalidad no resuelva sus misterios.
EliminarEl amor es todo química.....o no?
Un saludo Maria José
Pienso, luego existo. Esa materia biológica que nos da nuestro sentir, para nuestro yo es verdadera, es nuestra realidad, la que vivimos, la que cambiamos, la que amamos. Mi antropocentrismo quizás desvirtue la visión del universo, pero deseamos ser felices en cualquier universo.
ResponderEliminarBesos existenciales.
Sí, nuestra realidad siempre existe....para nosotros. Interactuamos con los demás y construimos una realidad común, consensuada y aceptable. Pero aquello con lo que no podemos pactar, aquello que ignoramos o desconocemos, permanece ajeno a nuestro convencionalismo y acuerdo. No sabemos que hay más allá.
EliminarPero yo también creo que de una manera u otra, deseamos...y eso nos acerca a la felicidad.
Un abrazo calado Gemela.
La imagen que acompaña a tu sentir vital me asoma al espacio con el infinito lleno de estrellas y en esa visión me diluyo cual pequeñísima partícula, pero tu estrofa me devuelve a la existencia sin fin en "esa espiral de vidas continuas y conectadas que fluyen en todo el universo". Quizá sea romper esa barrera entre filosofía y religión y adentrarme en esa última, pero necesitamos vivir y necesitamos creer.
ResponderEliminarBesitos vitales.
Vivir y creer, soñar y desear, el vértigo ante lo desconocido, no son excluyentes. Es bonito asomarse al universo y diluirse en él..sea lo que sea. Es bonito fluir por una espiral de vidas infinitas....
EliminarEs maravilloso vivir, creer, soñar y no dejarnos aplastar por la certidumbre de nuestra existencia.
Un abrazo de ensueño, Mar.
Me quedo con el protagonismo de esa franja luminosa que es nuestra existencia... Una brillante y acertada mirada de la "importancia" de nuestro paso por el mundo. La grandeza de nuestra vida es esa: su propia insignificancia frente al devenir eterno del cosmos.
ResponderEliminarUn abrazo Latour!
pequeños instantes de protagonismo, algunas pulsiones de grandeza ante determinados hechos que nos enfocan en ese escenario vital, pero en definitiva, pequeñez ante la inmensidad del infinito...
EliminarUn abrazo Emilio.
Entre la Voluntad de representación de Shopenhauer y el vitalismo de Nietzsche, la vida. De todos modos, somos unos seres muy curiosos, pequeños, casi ínfimos, pero muy interesantes. Por ejemplo, si alguien, en la soledad de su escritorio compone un modelo matemático (que nace de su mente, muchas veces a golpe de intuición) y luego resulta que predice exactamente la dinámica de las estrellas más lejanas...¿qué hemos hecho?, pero sobre todo, cómo ha sido eso posible y porqué. No, no somos pequeños, somos inmensos. Y lo somos tanto que somos capaces de amar, mucho más allá del simple motor biológico que permite perpetuar la especie.
ResponderEliminarIgnoro qué somos, pero somos algo muy interesante que trasciende, con mucho, las pocas vueltas que le damos al sol.
Un abrazo
Creo que somos pequeños, aunque no insignificantes...nuestra trascendencia y nuestro significado va, evidentemente, mucho más allá de nuestra justificación biológica.
EliminarLa duda, la incertidumbre. sería si somos trascendentes porque podemos predecir dimensiones muy superiores y lejanas a nosotros en muchos casos o es este propio caos ordenado del universo el que nos da aliento y razón de existencia..
Gracias por tus palabras, me interesan mucho, Un saludo Valaf.
El poema, me hizo recordar un texto de Borges, que no existimos, sólo somos la proyección de un Dios, jugando al ajedrez con nosotros. UN abrazo. Muy buen poema. Carlos
ResponderEliminarGracias Carlos.
EliminarMaravilloso Borges! pues ahí estamos, en ese tablero, intentando que no se nos coman e intentando igualmente conservar suficiente dignidad como par no tener que comernos a otros...
Siempre una partida inacabada.
Un saludo Carlos
Es muy interesante tu poema filosófico. Muchas veces he pensado como vos, de modo que coincidimos. El azar rige nuestras existencias y hay un "deja vu" que testimonia esa recurrencia nizstcheana de lo viviente. Reproduzco para vos un soneto que escribí hace mucho y que trata el mismo tema:
ResponderEliminarDigo que no, más cuánta encrucijada
me revierte al no ser hecho cangrejo,
cuánta criatura lucha y reflejada
aparece conmigo en el espejo.
Otra sangre transita demorada
por la que creo mía y un reflejo
de lejanos sentires me hace viejo
el gesto, el corazón y la mirada.
¿Será la vida muerte exacerbada,
una luz del versátil aparejo
de la sombra total y demorada?
Yo sé que sólo existe lo que dejo
porque visto una piel desenterrada,
porque hacia todo lo que voy me alejo.
Amilcar Luis Blanco