Muy buenas madrugadas de martes, amigos, Calados y lectores: Nos acercamos una semana más hasta las teclas, para seguir juntando letras y palabras que en esta ocasión forman un relato breve que llevapor título: Vías y trenes.
Disfrutadlo.
Saludos.
Arwen
VIAS Y TRENES
Y entonces llega el día en el que te cansas de seguir el guión y repites incesablemente esas estrofas de Sabina que dictan un "yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid", aunque ni por asomo circules en tren o pases habitualmente por la puerta de Alcalá. Y en ese preciso momento abres de par en par la carta de postres de uno de esos afamados restaurantes de alta cousine, donde los Chefs alternan con los clientes y buscando algo más que pastel de Tiramisú en el listado, clavas tus ojos, sin pretextos, ni excusas en las líneas de tus manos, para asegurarte de que nada ha cambiado y que por debajo de esa piel, sigues estando tu mismo. Las neuronas acuden en tropel, imaginando la mezcla de sabores magistrales de todas aquellas cremas y texturas, donde el cerebro, febril y dilatado se vuelve incapaz de decidirse por una...y ante la disyuntiva de la elección, te levantas, felicitas al cocinero, aprovechas para hurgar sabiamente con tus dedos en esa copa de helado que con precisión y glamour a partes iguales, es sostenida por las manos de una hermosa mujer. Y tras un guiño de tus ojos y la sorpresa irreverente de los otros, desapareces de la escena en el primer taxi que cruza la avenida, con la ventanilla bajada hasta los topes para que el aire de la ciudad te limpie la lógica y con la sonrisa puesta y ligero de equipaje, pasas incontrolablemente al plan B mientras le indicas al chófer: "lléveme a la estación".
Disfrutadlo.
Saludos.
Arwen
VIAS Y TRENES
Y entonces llega el día en el que te cansas de seguir el guión y repites incesablemente esas estrofas de Sabina que dictan un "yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid", aunque ni por asomo circules en tren o pases habitualmente por la puerta de Alcalá. Y en ese preciso momento abres de par en par la carta de postres de uno de esos afamados restaurantes de alta cousine, donde los Chefs alternan con los clientes y buscando algo más que pastel de Tiramisú en el listado, clavas tus ojos, sin pretextos, ni excusas en las líneas de tus manos, para asegurarte de que nada ha cambiado y que por debajo de esa piel, sigues estando tu mismo. Las neuronas acuden en tropel, imaginando la mezcla de sabores magistrales de todas aquellas cremas y texturas, donde el cerebro, febril y dilatado se vuelve incapaz de decidirse por una...y ante la disyuntiva de la elección, te levantas, felicitas al cocinero, aprovechas para hurgar sabiamente con tus dedos en esa copa de helado que con precisión y glamour a partes iguales, es sostenida por las manos de una hermosa mujer. Y tras un guiño de tus ojos y la sorpresa irreverente de los otros, desapareces de la escena en el primer taxi que cruza la avenida, con la ventanilla bajada hasta los topes para que el aire de la ciudad te limpie la lógica y con la sonrisa puesta y ligero de equipaje, pasas incontrolablemente al plan B mientras le indicas al chófer: "lléveme a la estación".
Aunque hay días que te dan ganas de decir eso de "Parad el mundo que yo me bajo en la próxima vuelta".. tu post de este martes me "toca" de manera especial, quizá, porque se ajusta bastante al momento por el que que atravieso. Genial esa analogía de vías y senderos con las líneas que impregnan y nos distinguen individualmente unos de otros. El destino, la cabeza, el corazón, los viajes, etc.. e incluso la propia línea de la vida, al parecer, ya están marcadas en el feto mucho antes de nacer y comenzar este viaje incierto y apasionante del existir. Estoy en ello. Miro constantemente mis manos para no apartarme lo más mínimo posible de lo que en verdad quiero y me siento arrastrado. Sé que debajo de la piel está mi desierto y sobre la arena, dibujados, las surcos y vías a seguir. Aunque lo que importa, en verdad, sea el
ResponderEliminarcamino en sí más que el propio destino.
Besos en el andén.
Hermoso y reflexivo relato amiga,abrazotes
ResponderEliminarLo mejor, no seguirlo desde el principio. hay que tener un guion personal . :-)
ResponderEliminarPerfecto para tenerte un rato pensando....
besos y buen dia!
Encrucijada de caminos.
ResponderEliminarAdiós al pasado.
Bienvenido lo que sea.
Besos.
Y cogerá un nuevo tren y una nueva aventura empezará... ains, a mí me pasa siempre igual con los postres, nunca sé cuál elegir, me gustan todos¡¡¡¡ :)
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡
"Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid"... ;) Delio coincido contigo en aquello de que la vida es un ir y venir de vias y de trenes y en que nunca hay que dejar de hurgar en el helado ajeno...ja,ja...besos y gracias por pasar!. ;)
ResponderEliminarFiaris, nunca tan bonito como tú y como tus fantásticas reflexiones. Besos.
Lola, yo también soy de la opinión de que siempre es mucho mejor improvisar y dejar los guiones para el teatro. Un beso preciosa y gracias por pasar de nuevo.
ResponderEliminarToro...futuro, siempre futuro...
Besos. :)
Dirty, ja,ja...a mi me ocurre igual...son todos tan apetecibles...que por mucho que tengas uno favorito los demás también tienen su "algo" especial y es realmente difícil elegir...xD
ResponderEliminarBesos.
Arwen
Menudo momentazo nos acabas de describir en el relato de hoy... de los que se guardan en las neuronas, de los que crean carácter...
ResponderEliminarFelicidades, precioso :)
Besos abisales
Pues sí, impresionante tu texto de hoy. Sí que es verdad, y mucho más últimamente, que lo pienso mucho: ojú, que pare este tren que me bajo, pero... me temo que aquí sigo, pegada a las vías.
ResponderEliminarUn beso!
Enorme Arwen llegas hasta el fondo.Gracias por dejarnos el camino.Fredysaludos.
ResponderEliminarMi madre siempre decía que como la gente de Madrid en ningún sitio y razón tenía.Muy bueno el relato de hoy.
ResponderEliminarAbrazos
mmm el plan B, ¿y si es el correcto?
ResponderEliminarVoy a hurgar un rato en el helado de mi vecina.
jiji
este es un relato con el cual puedes detener el camino y pensar aunque se llame vías y trenes que te da la sensación de avanzar, pero pensemos, reflexionemos...
ResponderEliminarGracias por el relato Arwen, hoy, especialmente hoy, necesitaba algo así. Besos.
Sea la decisión que sea, pensada o actuando por impulso, que sea nuestra, siempre.
ResponderEliminarBesos x dos.
Abismo, eso si que me lo guardo yo en mi rincón personal para recordarlo a mis neuronas. Un beso gigante y muchas gracias por pasar.
ResponderEliminarMálaga...no te alejes de las vías, cualquier día damos el salto! ;D
Besos.
Fredy, gracias a ti por pasar a leernos y compartir momentos con nosotros. Un abrazo.
ResponderEliminarSombra, Madrid es mucho Madrid y sus gentes por supuesto también. Un beso.
Estimado lector...a mi también me seduce bastante el plan B ;) y sobre el helado de la vecina no dejes de hurgar por favor...jajaja... :P besos...
ResponderEliminarDiego, me alegra que esta dosis de trenes y vias y viajes y caminos te haya acompañado como debía. Besos. :))
Arwen