miércoles, 16 de diciembre de 2009

CUENTO DE NAVIDAD por Juan José Millás.


Muy buenos días amigos, Calados y lectores:

Acercándose sigilosamente la Navidad a nuestras vidas, lo queramos o no, que eso ya es otra historia, vamos a plantarle cara al consumismo, a la tradición y a todos estos menesteres que rodean estas fiestas religiosas y culturales, con una visión diferente e innovadora, la que nos plantea el gran Juan José Millás, con su CUENTO DE NAVIDAD.

Había dos posibilidades, una cara y la otra barata: o marcharse a una isla donde no se notara la Navidad, o adoptar frente a ella una actitud en la que lo que no se notara fuera él. La primera era imposible por razones económicas; en cuanto a la segunda, no sabía ni cómo se le había podido ocurrir, pues al repasarla le pareció una tontería. Hacía estas cavilaciones mientras bajaba por Serrano en dirección a Alcalá mirando los escaparates como si los leyera. El caso es que había recorrido la mitad de la calle sin resolver nada. Había visto cosas apropiadas, pero caras; otras tenían un precio razonable, pero no eran apropiadas; finalmente, había un tercer grupo de regalos que, siendo apropiados, resultaban baratos en exceso. Por eso, a medida que se reducían las posibilidades contemplaba los escaparates con una atención que empezaba a parecerse a la inmovilidad de la angustia. Algunas señoras llevaban abrigos de piel y se veían perros de diferentes tamaños paseando con desgana a sus dueños. En esto, advirtió que había llegado a la altura del Museo Arqueológico y, en un impulso impremeditado, atravesó la calle y entró en él. En seguida, se dejó llevar por la lógica arquitectónica del recinto y lo recorrió lentamente atravesando la Edad del Bronce y la del Hierro y la prehistoria de las islas Baleares; después, con la misma falta de intención, penetró en la arqueología ibérica, y fue en una de estas salas donde inopinadamente comenzó a cojear. Así, tras recorrer sin prisas el patio árabe, llegó a la Edad Media, donde le esperaba el arte visigodo y donde -otra extrañeza como la de cojear- se emocionó frente a la Corona Votiva de Recesvinto, perteneciente al tesoro de Guarrazar. Emocionado y cojo, recorrió el resto del museo y al final compró dos catálogos, libros y algunas postales de lo que más le había llamado la atención. Ya tenía todos los regalos resueltos. Una vez en la calle comprobó que aunque todavía se notaba la Navidad, él había dejado de notarse a sí mismo, como si la ansiedad y la angustia -cimientos de su identidad- hubieran sido sustituidas por la emoción y la cojera. Cojeó, pues, hasta la oficina, donde nadie advirtió los cambios operados en su modo de andar o en su mirada, y luego se marchó a casa para ocultar los regalos que intercambiaría con su mujer y sus hijos el día de Nochebuena. Tampoco allí notaron que cojeaba ni que estaba emocionado. Durante los días siguientes se acentuaron las alteraciones. Volvió un par de veces al Arqueológico, donde se había obsesionado con una humilde pieza prehistórica, hecha en barro, que parecía empeñada en transmitirle a través de los siglos un mensaje de su creador. Por otra parte, la cojera, al obligarle a caminar despacio, le ofrecía una visión inédita de la realidad. La vida empezaba, en fin, a tener el brillo que suelen ver en ella los resucitados. La solución barata se había impuesto, aunque un poco al margen de su voluntad; el caso es que él había dejado de notarse como se deja de notar la Navidad en una isla del Caribe. Durante las cenas percibía algunas miradas de extrañeza procedentes de su mujer y de sus hijos, quienes, sin embargo, a pesar de la cojera y de la emoción, no se dieron cuenta de que en realidad era otro hasta el día de Nochebuena, cuando llegó la hora de intercambiar regalos y él sacó las postales y los libritos que había comprado en el Arqueológico. Llamaron al 092 y al poco fue a recogerlo un coche de la Policía Municipal que lo abandonó en un fenopático. Al firmar el registro de entrada, una burbuja de felicidad le estalló en el agujero del pecho donde antes tenía alojada la angustia, al advertir que además de emocionado y cojo también se había vuelto zurdo.

Y después de esto...¿cómo os están afectando estas fechas amigos lectores?.

Saludos resistentes.

Arwen

15 comentarios:

  1. Grande Juan José Millás... A mí las Navidades me gustan, deseando tener unos días de descanso para ir con la familia a descansar... Aunque todavía no compré ningún regalo, y me parece a mí que voi a ser como el hombre del relato ;P

    dirty saludos¡¡¡

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  2. Grrrrrr...pero que frío hace chicos!!!!....bufffff....bueno nada que no solucione la buena compañía y un poco de calorcito hogareño...xD

    Besos Dirty y ya te queda menos para esas vacaciones, yo en principio trabajo todos los días menos los festivos claro, ni los fines de semana, así que poco lo voy a notar... ;P

    Besotes!

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  3. Con mis chicos ya mayorcitos y sabiendo que los Reyes Magos son pura invención, la chispa ya no es la misma, pero estar está ^^

    Y el Sr. Consumismo, conmigo lo tiene claro, porque regalitos los justos y lo mejor... ¡¡ Me libro de preparar comilonas !! xD

    Da gusto estar en esta casa viendo nevar por la ventana :))

    Besos Arwen!

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  4. Yo también intento huir todo lo posible del consumismo y la parafarnalia, la verdad es que si que babeo con el mini-calado que aún es muy inocente y sale disparado de la cama la mañana de reyes, sólo por eso vale la pena que sea Navidad ;)

    Besotes Emma.
    Muakkks.

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  5. Pobre hombre mira que llamar a la policia para que se lo llevaran,si es que mucho espiritu de la Navidad y es para vender y tal en fin que yo me quedo con los chuletones,el vino y los excesos,jajajajajjajaja
    Salud a todossssssssss y que la disfruteis mucho.

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  6. Pues creo que por trabajar donde trabajo no compro ni un regalo, los hacemos en casa y bueno, no celebramos la navidad si no el solsticio con la llegada del invierno. Millas, te envuelve en la historia. Un beso calados.

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  7. Pues están yendo, a partir de ahora relajadas y con picos de algo de estress, almenos todo el estress que puede tener un estudiante=)

    1 abrazo=)

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  8. Saludetes Lola y Http501 y quedaros todos cerquita porque mañana sin falta traemos una bomba ñavideña...ahora que estamos en materia...lo que de verdad ocurrió cierta Navidad...ja,ja,ja,ja,ja....

    Besotes a todos! ;P

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  9. Mentalmente estoy en el 7 de enero.
    Resisto.

    Besos.

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  10. xDDDDDDDD

    Besos por y desde la resistencia!!!!xDDD

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  11. Hola calados tienen un presente en mi blog, por favor pasen por el.

    http://tr-tintaroja.blogspot.com/2009/12/loteria-nacional-sorteo-de-navidad.html.

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  12. Muchísimas gracias Tinta Roja...la verdad es que es todo un honor que nos hagas ese regalo, inesperadísimo desde luego. Lo que se nos va a hacer muy difícil es elegir a 5 blogs amigos, pues por aquí tenemos a más de 5 a quienes nos gustaría nombrar. Me pongo en contacto contigo, a ver si fuera posible nombrar a más y ya publico la entrada, a ver si la suerte-blogger nos acompaña!. ;D

    Un beso y gracias.
    Arwen

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  13. Pero que bien escribe este tio y cuantas verdades (para el que las quiera ver) en unas pocas lineas...
    Un saludo navideño,con gorrito incluido.

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  14. ¿Con gorrito Athman?,pero de cual¿gorrito p'al nene?...eso suena un poco verde...especifica mejor..ahhhajajajajajajajaj
    ¡¡¡Un abrazo campeón!!!

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  15. No vas mal encaminado...jajajajajajajajajajaja

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