Entre la luna y el sol,
el amor teje sus hilos,
y congelado en el tiempo
florece en nuestros recuerdos.
Conscientes de la añoranza,
nuestros ojos, entreabiertos,
nos acercan la nostalgia
de universos paralelos....
Que un día fueron presente
en algún rincón del tiempo,
camuflados de esperanza,
ajenos a la tristeza....
El mundo gira implacable,
y la vida se amontona,
para en cada anochecer
alimentar el ensueño.
El silencio de la noche,
con su oscura dignidad,
recordará lo que fuimos
en un instante pasado.
Volveremos a ser niños
para no crecer jamás...
jugaremos entre risas,
desenfadados y ajenos.
¿En el deseo de volver a ser niños, se esconderá la desilusión por no haber conseguido de la vida lo que esperábamos? ¿o solamente es un reproche al tiempo, por pasar tan deprisa y no avisar de su huida?
ResponderEliminarTodo es lo mismo......un intento de desandar lo mal andado, una segunda oportunidad para nuestros proyectos, pero, también, un deseo de inocencia, del aquí y ahora, de un mundo pequeño e inmediato.
ResponderEliminarUn abrazo calado, Gemela.
Ojalá nunca perdamos ese deseo de inocencia y, por desgracia, no tenemos segunda oportunidad para desandar lo andado; de lo contrario algunas cosas cambiaríamos, al menos yo.
ResponderEliminarMe sorprendo a veces, a mis cuarentaymuchos, riéndome de una mueca ante el espejo, o tratando de patear una piedra para meter gol en el alcorque... Por desgracia, ya no me apasiona el fútbol. ¿Volver a ser niño? Me conformo con mantener lo poco que aún me queda del que fuí.
ResponderEliminar¿Y porqué no? Si el mundo es redondo y rueda podemos invertir el reloj de arena de nuestros resquicios y volver a...volver. Una y mil veces :)
ResponderEliminarPreciosa entrada, de infancia y nostalgia...
Un abrazo enorme!!! Te sigo las huellas!!!
Pues no dejes de sorprenderte Emilio, y sobre todo, no dejes de jugar al fútbol con las piedras, ni de reírte de ti mismo ante el espejo.......
ResponderEliminarQuizás descubras mucho más niño en ti de lo que tú crees.
Un abrazo
Desgraciadamente, nos tenemos que conformar y vivir con lo que vamos construyendo entre aciertos y errores.....posíblemente ante una segunda oportunidad quizás repitiéramos muchas cosas, demasiadas cosas...
ResponderEliminarUn saludo Amparo!
Me gusta tu argumentación favole!
ResponderEliminarQuizás debería buscar entre mis resquicios ese reloj de arena que me haría volver una y mil veces.......
Me encanta dejar huellas!
Un abrazo calado.
El tiempo del alma desnuda..
ResponderEliminarA qué jugabas tú poeta?
Yo saltaba sin parar, revolvía cajones buscando no se que tesoros.. imaginaba viajes fantásticos escondida bajo el mantel de la mesa del comedor.. y el zapatero de mi madre era mi obsesión, desemparejaba los zapatos y por la mañana su voz "otra vez!!!!!"
Y me reía, muchísimo. Y observaba desde mi mundo.. Y hacía tantas preguntas.. Qué bueno recordar. Al menos conservé el vicio de reir.
Qué lujazo de poema. Gracias.
Cuídat.
Crecer, hacerse adulto siempre es doloroso, traumático.
ResponderEliminarRecordar nuestra niñez desata nuestra nostalgia, siempre idealizamos las situaciones que vivimos en el pasado y acabamos pensando para nuestros adentros que fue mejor...
Yo recuerdo la paz y la felicidad en mi infancia, y seguro que no fue tan serena como yo creo.
Es una locura, anhelamos recuperar una época que, en realidad, no sabemos como fue en toda su dimensión...
Me gustaría jugar ahora, desnudarme continuamente en cuerpo y alma.
Reír, observar, preguntar....
Cuida't Nepalí
Pues juega poeta... juega mucho y ríete más; ya sabes, aquí y ahora... Hoy, con esta foto y tus palabras tocaba descalzarse... y recordar infancia. :)
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