Un verano da para mucho, para disfrutar, aburrirse, proyectar, descansar, tomar decisiones, olvidar, (se nos ha olvidado hasta que nuestro caldo de cultivo es todo lo que envuelve y sucede en un paisaje de rutas, circuitos y ruedas)...y sobre todo soñar.....al fin y al cabo, en los sueños, podemos recrearnos con proyectos nuevos. En los sueños, aparecen los deseos más profundos, o los más lejanos a nuestro consciente, los prohibidos, los censurables, ¿qué sería la vida sin los sueños? los que inducimos, los que no...
En entradas anteriores nos visitaron personajes como Segismundo o el "hacedor de sueños" Como le ocurre a Segismundo, nuestra alma un poco reprimida y nuestra mente reflexiva, nos lleva a soñar para compensación de nuestros infortunios, nuestras carencias, nuestros errores, -Nos sirve para evadirnos y buscar una rendija de luz, así nos reconciliamos con nosotros mismos y encontramos nuestro equilibrio- Pero también nuestra mente es capaz de crear sueños posibles, que esperan en la línea de salida para ser lanzados al espacio de nuestro universo interior y en su trayecto hacia el mundo real, lograr transformarse en metas.
Los sueños son de cada cual, aunque algunos sean universales.
También están aquellos que decimos tener y usamos para acallar nuestra conciencia o quedar bien ante preguntas cuyas respuestas no queremos delatar; Como tienen "las mises", que sueñan con la paz en el mundo, o como los políticos, cuando enarbolan sus sueños mediáticos, política y lingüísticamente correctos:-"nuestro trabajo está dedicado a mejorar el día a día de nuestros ciudadanos y ciudadanas"- ¡qué ironía!
¡Por cierto!, se adelantan las elecciones, soñemos pues, porque no da para más, que ese día se cumplieran los sueños de esa media España que no tiene invadido el horizonte de cielos y gaviotas, o de esos pocos, cuyo cielo se parece más a una trinchera o la carpa de una tienda de campaña. La indignación, calados, da para mucho, a través de los sueños menos conscientes nos liberamos de las ataduras, de las injusticias, hacemos realidad nuestros deseos. Como si de un personaje de cómic se tratara, empuñamos la espada y nos convertimos en los protagonistas de una lucha sin cuartel. En los sueños más conscientes, preparamos estrategias para poder rivalizar con pájaros de todas las especies, gaviotas, buitres, hasta con el pájaro loco si hace falta.
En nuestra mente activa, no se acaban las ideas, solo se rompe ese fluido creativo, cuando nos llega la vigilia y con mayor indignación, seguimos viendo como pasa inadvertido, ante los ojos de una gran mayoría, el resultado de maniobras mafiosas de políticos y allegados, las injusticias, los abusos. Y ahí se dan de bruces nuestros sueños, saltan por los aires las barreras de protección y estallan en rebelión convertidos en palabras y acciones que hieren y mueren reclamando justicia, pero....¡ni aún así se consiguen algunos sueños!
Sin embargo, los sueños ambiciosos de ricos y poderosos, parecen sí tener expectativas. Los religiosos quisieran conseguir la vida y paz eternas, ¡nada menos! yo me conformaba con un poco de paz al terminar la jornada y ellos quieren ¡la paz eterna! Madrid no hace mucho se poblaba de soldados de Dios, quienes vestidos con túnicas blancas absolvían almas pecadoras a demanda, luego, se reunían en comunión bajo el árbol de la vida, construido a propósito, en un acto donde se ratificaba la promesa de vida eterna...
¿Y los ricos, quién o qué ocupa el mundo onírico de los dueños del capital? ¿no perder dinero, que se quede en sus grandes y oscuros bolsillos a modo de agujero negro y desaparezca a los ojos de los inocentes plebeyos perdiéndose en paraísos fiscales? La gran mayoría de la clase media pensamos, por ejemplo, en la devolución de la renta y los pobres, los verdaderamente pobres de solemnidad, ¿en qué piensan? ¿qué anhelan, qué desaparezca la tristeza de sus ojos?, ¿tener una vida digna con algo para comer, en lugar de conformarse como rezan las bienaventuranzas? ¿en un mundo distinto?
"En el ataque terrorista a las torres gemelas murieron 2983 personas, y comenzó una guerra contra el terrorismo con un altísimo coste económico, social y en vidas humanas, 630 millones de personas no tienen un hogar para vivir, 824 millones mueren de hambre en el mundo, pero ¿no son razón suficiente, para iniciar una decidida guerra contra la pobreza y la marginación con todos los medios al alcance y con todo el poder económico y político de las naciones supuestamente "preocupadas de que el bien prevalezca"?
¿Y los sueños de estas conductoras?, sin querer buscar un aplauso fácil, es compartir este espacio con vosotr@s, sin duda, es uno de nuestros deseos, entre otros muchos sueños.
Bienvenidos queridos Calados y lectores.
Las Gemelas del Sur