Amarillea la mies y ante el cielo atardecido,
el camino se detiene, frente a la torre vigía,
anegado de silencio en busca del horizonte,
un descanso peregrino atisba caer la tarde...
Tras los arboles, el mundo inicia su rodadura,
entre la noche y la tierra aplastada de recuerdos
la llanura se ennegrece salpicada de fantasmas
de ecos de mil pisadas, de susurros de mil almas.
Soledad vacía y dura, obligada por el viento
a penar día tras día, crepúsculo tras crepúsculo.
Mortecina la mirada y olvidada la añoranza...
el caminante recuerda y mira hacia el infinito.
En el azul de su cielo busca sus pasos futuros..
y destila su nostalgia frente a la inmensa llanura,
algún día, entre sollozos de amarguras o alegrías,
encontrará su destino y entenderá su pasado....
Un atardecer en la meseta tiene esos colores que paralizan casi hasta la respiración. Por no hablar de la vacuidad de la llanura infinta, el viento helado arrastrando y trayendo la oscuridad de la noche, los fantasmas que lo pueblan todo...
ResponderEliminarMuy bien plasmadas todas esas "imágenes" en tu poema de hoy.
Un abrazo Latour!
Es esperanzador percibir en estos paseos de tierra adentro que has iniciado, que aun queda tiempo para emprender caminos, descubrir destinos o detenernos por un rato, para aprender el camino que hemos recorrido, es decir, que aún nos queda lejos el horizonte..me gusta..
ResponderEliminarTu palabras me recuerdan a unos versos de un poema de Machado.
ResponderEliminarEn tus poemas nunca se esta parado , hay pasos atrás con cargos, pero siempre hay camino por delante, eso es positivismo, aunque a veces se manifieste en voz baja y te cueste reconocerlo..
Besos Latour
...algún día!
ResponderEliminarExcelente fotografía...como el poema.
Saludos.
Ramón
Camino en solitario hacia el interior...
ResponderEliminarBúsqueda y silencio; de espaldas al murmullo de las olas, tan lejanas, pero oliendo a mar.
Cuídat viajero.... atento a cada recodo del sendero, a cada nuevo color, a cada sonido. No te pierdas nada. Y luego, por favor, escríbelo.
Estremece la planicie castellana salpicada de pequeños racimos de árboles. Y Estremecen también tus versos que me han hecho recordar algunos viajes por esas tierras sin horizonte. Magnífico poema.
ResponderEliminarGracias Emilio, tu también haces poesía con tus palabras.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola Ramón, un placer leerte por aquí.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste. Un saludo!
No escribo todo lo que siento ni pienso todo lo que escribo.......
ResponderEliminarPaso muy rápido por muchas cosas, pero hay una percepción, un sentimiento que queda en mi interior y a veces sale de muchas maneras.
Como bien dices búsqueda y silencio..........
Cuida't Nepalí!
El horizonte siempre debe quedar lejos, es el reto para no parar de caminar y buscar.....
ResponderEliminarAdemás el camino también busca su final día a día.
Un abrazo calado Marinela!
Gemelas!!!!! Hay tantas cosas que me cuesta reconocer.....
ResponderEliminarLos silencios, las palabras musitadas, la voz al oído, todo empapa y ayuda en el camino.....
Un beso enorme!
Me alegro que te guste el poema Amparo, y que reconozcas en ellos ese mar inmenso y misterioso de la planicie.
ResponderEliminarUn abrazo!