Aunque las clases quedaron atrás hace ya unos días, estamos aún en
tiempo de finales, pero también de principios. Final de curso. Principios
de nuevos proyectos de cara al que viene. Matriculas, pruebas de acceso,
exámenes y retos de esos que te abren las puertas del estío para convertirlo, bien
en un paraíso, bien en un infierno.
Le esperaba mientras se enfrentaba a una de esas pruebas que de vez en cuando la vida te plantea. Del piso de abajo
llegaba el aire lleno de arpegios de violín y notas estridentes de nerviosos
clarinetes, graves acordes de chelos tristes y solemnes, cuerda y madera en disonante concierto. Del pasillo del piso donde esperaba, las viriles llamadas de trompas y
trombones, y las vibrantes y cálidas voces de las trompetas. Los metales, sonaban arriba.
Nadie en el atrio del segundo piso, excepto yo paseando
de un lado a otro, también nervioso. Habitaciones cerradas y entre ellas, me
llamó la atención esta silueta que a contraluz me mostraba una ventana translúcida, no sin insinuar un cierto misterio: era una silla en esa poco habitual
situación en la que, en lugar de reposar junto a la mesa, se encarama a ella boca abajo y patas arriba.
En el fondo la silla
sabe que durante las próximas semanas, nadie volverá a ponerla en el suelo.
Tardó en salir. Aún le quedaban pruebas.
Buena foto,no se te escapa nada, ahora descanso de los colegios y agobio de los padres trabajadores para colocar a los pobres niños que solo quieren jugar,jugar y jugar. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos días Emilio. ¡Que foto tan oportuna, que te ocupó parte de la mañana en espera impaciente!...Así es la vida: esperar para luego descansar tranquilo o en vilo.Me ha gustado mucho y como siempre el comentario con que acompañas tus fotos y que dicen casi tanto o mas que las mismas.Esa ventana dejaba ver el "descanso" de un aula que seguramente habrá albergado muchas ilusiones y tambien desencantos...La silla ahora duerme, el alumno sueña.
ResponderEliminarMi deseo, que los sueños se hagan realidad y la silla vuelva a ser ocupada con alegría el nuevo curso.
Foto de cristal frío que promete canícula.
ResponderEliminarUn saludo
Y Gemelas, un besazo y feliz verano!!!
Me encanta esta foto de líneas rectas, de oscuros muy oscuros y claros muy claros. Tan nítida en algunos puntos tan difusa en otros.
ResponderEliminarTe confieso que hasta que no he leído el texto no he sabido qué era eso del fondo que rompía las perpendiculares.. A veces todavía se me olvida que sin las gafas de cerca mo soy nadie.
Espero que esas pruebas hayan salido tan bien como tu foto.
Un abrazo.
Sí, el verano es, para los que tenemos hijos, menos "descansado" de lo que parece a simple vista, más aún si se trabaja. No te creas, aunque no sean niños, te hacen estar atentos a sus "jugadas", y la verdad, no sé qué es peor,jejejj
ResponderEliminarGracias Carlos!
Bonita tu frase: "...la silla ahora duerme, el alumno sueña." Coincidimos en eso de que los sueños se hagan realidad. Como siempre, mil gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo Chelo!
Gracias Valaf, ya está aquí la canícula, ya...
ResponderEliminarY aunque de "gemela" no tengo nada, felíz verano también para tí!
Así es Nepalí, es una foto muy cuadriculada, donde la geometria lo es todo. La geometría y la gama tonal, y me alegra que ambas cosas, que estructuran la imagen, te hayan llamado la atención, como esperaba que fuera.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y deseos, pero hasta la semana que viene estamos aún esperando...
Un abrazo!
Estupenda foto y estupendo texto. El verano... pruebas, instancias, incertidumbre... y encima calor de justicia. Esperemos que esa silla sea para Emilio.
ResponderEliminarHe tenido que dejar tiempo para conseguir ver esa silla descansando sobre la mesa y me ha llevado a pensar que el futuro de la educación de nuestros hijos/as es tan gris y desdibujado como la silueta, foco de tu fotografía. Una total incertidumbre como tu espera por los resultados.
ResponderEliminarBesos esperanzados.
Gracias Amparo, ya veremos, la duda se despeja la semana que viene... Aunque no creo que sea justamente esa, esperemos que al menos tenga una.
ResponderEliminarLo peor no es eso, es lo del calor!
Pesimista visión que no había yo pretendido buscar, pero que ciertamente, cabe muy bien en esta época de despropósitos gubernamentales, el del ministro de extraño apellido especialmente.
ResponderEliminarEsperanzados besos también para tí!
Con el final de las clases se cierra un círculo, se llega a una meta y se abre el paréntesis del verano, necesario para coger fuerzas y enfrentarse al siguiente escalón, la siguiente etapa. Fiel reflejo la imagen de hoy de ese compás de espera.
ResponderEliminarBesos
Así es, un ciclo más de los muchos que van jalonando nuestras rutinas. Como bien dices, se culmina un trayecto, se alcanza una meta, y se abre un tiempo distinto de ocio y descanso, a la vez que se cargan pilas para otro ciclo similar, y todo ello con un mismo hito: el final de las clases.
ResponderEliminarGracias por pasar y comentar Jara.
Un beso para tí!
El ciclo de la vida congelado en una estupenda fotografía.
ResponderEliminarSiempre a prueba, teniendo que superar algún obstáculo....
Felicidades por tus imágenes y tus textos.
El ciclo, uno más de los que jalonan la existencia de las especies, la nuestra, con sus devaneos de cosas que son importantes, pero sólo si no pensamos en la importancia de otras más grandes...
ResponderEliminarGracias Latour!