lunes, 28 de octubre de 2013

LA GATA SOBRE EL TECLADO. Encuentro en la niebla.



El caballero templario galopaba sobre su caballo a través del siniestro bosque. La niebla había ido bajando durante la tarde y ahora envolvía su figura magnifica. No podía más. El casco de hierro le apretaba las sienes y la espada le pesaba como si arrastrara en ella las almas de todos sus enemigos. El caballo gemía de cansancio, así que decidió detenerse. Guerrero curtido, miró a un lado y a otro presintiendo una escaramuza. El bosque estaba lleno de sonidos apenas audibles, rumores indescifrables que podían ocultar ignotos secretos. Huía cuando nunca había huido. Trataba de encontrar un lugar del que ni siquiera sabía el nombre. Desmoralizado, hambriento, se sentó en el suelo junto a un árbol añoso. Ni dos minutos tardó en quedar profundamente dormido.
Le despertó un sonido brusco, como si una roca hubiese caído del cielo. El caballero templario dio un brinco y echó mano a su espada. Entre la niebla pudo distinguir a un joven de tez blanquecina. Vestía de negro y cubría su cuerpo con una capa ancha y raída. 
- ¿Quién eres? - interrogó el caballero-. ¿De dónde has salido?
- Del árbol - dijo el joven acercándose-. Me he caído. 
- Mentís. Decidme vuestro nombre.
- Me llamo Vlad ¿y tú?
El caballero templario hizo un gesto de desprecio. 
- ¿Vlad? Tenéis nombre de conejo. 
El joven no pareció molestarse.
- ¿Y tú?- volvió a preguntar.
- Habladme de vos, joven de la niebla. Mi nombre es Richard coeur de cire de la Bienaventuranza de Santa Genoveva.
- Vaya - exclamó el joven Vlad-, si será por nombre...
- ¿Osáis burlaros? - exclamó el caballero mientras echaba de nuevo la mano a su cinto. 
- Ni por casualidad. Estoy desarmado. No podéis atacarme. No sería digno de vos.
El caballero soltó la empuñadura. 
- ¿Dónde vais? - preguntó- 
- Ando buscando algo. ¿Y vos, si puede saberse?
- Retorno de las Cruzadas, de salvaguardar la vida de aquellas personas piadosas que peregrinan a Jerusalén. ¿Estáis enfermo?
El joven dio un respingo
- ¿Enfermo yo? ¿por qué?
- Por la palidez de vuestra piel y las ojeras que se posan a los pies de vuestros ojos, intuyo que estáis afectado de algún mal,  o que habéis estado mucho tiempo entre rejas.
Una franca sonrisa se dibujó en el rostro pálido del joven. 
- En prisión, nunca. Soy un buen chico.
- ¿Entonces?
-  Aunque os cueste creerlo, soy un vampiro.
El caballero templario retrocedió dos pasos. 
- In nomine Patri, Filii et Spiritus Sancti.
- Amén -se burló el joven-
- Acabareis en la hoguera, engendro del maligno, aberración de la naturaleza- vociferó el caballero fuera de si-. 
- Acabaréis vos.
- Estáis loco.
- En absoluto. Os digo que acabareis vos. He vivido cientos de años y he visto muchas cosas, demasiadas. Muchas de ellas os producirían tal dolor que os arderían los ojos y se quebraría vuestro corazón. 
El caballero Richard hizo como si no hubiese oído nada. 
- No me habéis dicho dónde vais. 
- Estoy buscando un escritor.
- ¿Un escritor para qué? ¿para chuparle la sangre hasta la ultima gota?
- Estáis anticuado, caballero. La única sangre que ingiero es la de las bestias. 
-¿Entonces?
- Quiero contarle mis experiencias. Como le he dicho, he visto cientos, miles de acontecimientos, he vivido cientos de vidas...
- No creo que a nadie le interese la vida de un vampiro...
- Es posible. Pero si puedo deciros que eso de meter un templario en cada línea de un relato ha pasado de moda. 
La indignación creció en el rostro del caballero como una marea inesperada. 
- Vengo de las Cruzadas, conozco países y culturas. puedo hablar de los paisajes, de los pueblos...
- ¿Y si a la gente ya no le interesa? 
El caballero cayó de rodillas contra la tierra. Parecía confuso y abatido.
- Entonces moriré - gimió-, moriré como una leyenda que se extingue...
- Moriréis en la hoguera, a las puertas de Nôtre Dame. Puedo deciros hasta el día.
- Indigno, ruin, zafio- bramó el caballero enrojeciendo hasta las orejas- El Santo Padre no permitiría...
- El Santo Padre, precisamente. Os repito que he visto muchas cosas.
El caballero alzó la cabeza. En sus ojos había lágrimas y desesperación.
-¿Qué hacemos entonces?
- Seguir buscando a un escritor que nos necesite. Pero para escapar del destino y, sobre todo, de las llamas, usted será, a partir de ahora un veterano policía que investiga extraños asesinatos. 
-¿Queee?
- Cállese, es lo que se lleva en el mundo de las letras, y yo seré el ayudante del fiscal, que no se muy bien a qué se dedica, pero acaba saliendo en todas las novelas. 
Un brillo de esperanza se dejó ver en los ojos del templario.
- ¿Vos creéis que así tendremos futuro? 
- Lo tendremos -aseguro Vlad-, un futuro prometedor. 
El caballero deslizó sus manos por su cuerpo. 
- ¿Puedo conservar mi físico?- inquirió-.  Creo que tengo una buena estampa. 
- De acuerdo. Pero esa hermosa espada habrá que cambiarla por una pistola. Y yo llevaré gafas como todos los ayudantes de fiscal del distrito. Me imagino que para ser ayudante del fiscal habrá que...
Los dos hombres se perdieron caminando por el bosque mientras la niebla era tragada de un suspiro por la creciente y arrolladora luz del sol. 
.        .             .              .               .              .        .

Unos segundos después de que ambos hubiesen salido del bosque, una figura animal saltó de entre los matorrales. Tenía el cuerpo atlético, ojos verdes y largos bigotes. Era un temible felino. 

- Me han robado las botas - dijo para sí mismo mientras arqueaba el lomo-. Ahora tendré que buscarme otro cuento. ¿Dónde se habrán metido esos dos tipos raros?
Y el gato sin botas siguió también buscando un escritor a quien contarle su nueva historia.




10 comentarios:

  1. Vaya, qué relato más surrealista y cargado de giros alucinantes...
    Me gusta cómo has mezclado personajes, y les ha hecho compartir un rato en ese bosque mágico. Inesperado como siempre el desarrollo de los acontecimientos, y cerrando de esa manera en la que dejas la puerta entreabierta para ir o no, a algún lado..., o no...
    Un saludo!

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    1. Gracias Emilio. A veces siento ganas de escribir cosas diferentes, relatos en los que los propios personajes digan lo que quieran. Sí, es un poco surrealista.

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  2. Un bosque en el limbo de la escritura creativa.
    Por un momento me he sentido perdida, ¿Qué está pasando? y de pronto nos has conducido a reconocer a ese bosque, esperanza de muchos personajes para encontrar su papel.
    Una imagen que asemeja a este mundo donde estamos a punto de perder los papeles y es necesario reinventarse.
    Eres una caja de sorpresas en tu escritura creativa. Sigo tu evolución, sigue experimentando.

    Besos.

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    1. Ja, ja. De verdad que s un experimento, sobre todo la aparición final del gato sin botas que incluso me sorprendió a mí misma.

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  3. Has llevado a los personajes a un parque de atracciones, han pasado por la noria, el tunel del tiempo y y la casa de los horrores, y se han ido de la mano en busca de más aventuras. Realmente divertido, ingenioso y muy bien escrito.

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    1. Bueno, un poco diferente si que es y me encanta que te haya parecido divertido. Gracias Marinela.

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  4. Se van dibujando los personajes, se perfilan entre la niebla, se tantean y tras los recelos, acaban como dos buenos colegas en busca del escritor que sepa comprenderles. Con la conversión del cruzado en inspector de policía y del vampiro en fiscal ya me bailaba la sonrisa de oreja a oreja y el gato sin botas le ha puesto un brillante punto final. ¡Qué buen rato para empezar la semana!

    Besos

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    1. Gracias Jara. Me encanta que hayas disfrutado con mis personajes como yo disfrute con tu último viaje hacia tierras verdes y húmedas. La verdad es que la aparición del gato sin botas me sorprendió incluso a mí misma. Me alegro de que hayas pasado un buen rato. Eso es lo que intento.

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  5. Adaptarse o morir dicen. Solo espero que el escritor que encuentren no sea el guionista de una sitcom barata, porque vaticino lo peor "Vampiro y Templario, policías temerarios", es lo último que les queda por inventar...

    Un abrazo!

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    1. Ja, ja. Yo creo que se tendrán que reinventar pero en buenas manos. ¿Y qué hacemos con el gato sin botas? Un abrazo.

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