CONDUCTORAS SUICIDAS:"REBECA"

 

Un hecho tristemente reincidente, salta a los medios. Tanto el nefasto suceso como el titular,  me revuelven las tripas: “Conductor que quintuplicaba la tasa de alcohol,  con evidencia de haber tomado drogas, mata a una ciclista”

¡La chica tenía 20 años.......!

Mi primera impresión...pánico, mi hija va en bicicleta a la Universidad. Ponerme por décimas de segundo en la piel de la madre, me causa una angustia indescriptible. Tras unos instantes, la reflexión viene sola; 

 -Tengo que decirle a Raquel que abra bien lo ojos,  que cualquier precaución es poca-

Siempre, en cualquier accidente, hay un componente de sorpresa, de casualidad, de confiarse....si podemos evitar eso.....pero....luego aparece la razón e invade todo el territorio del pensamiento.. -¡Pero, cómo puede evitarse el ataque de alguien que arrolla, que engulle, hiere y mata con una máquina descontrolada!

Por último, la parte más visceral, cuando nos centramos en la causa y calificamos al culpable:       -Asesino, sin voluntad, pero asesino!

-¡él, podría haberlo evitado!

-¡él, debería haber pensado...!

-¡él, debería haber valorado las consecuencias y haber controlado lo que tomaba...!

-¡él, debería calibrar su estado y no ponerse al volante,.....!

 -¡El.....!

Y enzarzada en una agitada conversación con mi conciencia, no logro deshacerme de ese sabor amargo de tristeza, de rabia, de impotencia, es el lastre que nos queda cuando pensamientos tan negativos se ceban en nuestra mente. No queremos juzgar....., un fallo humano, pero...

-¡Por Dios, que era una niña! ¡toda la vida por vivir, derramada en el asfalto!

Y ahora el castigo, la condena de los perjudicados y del culpable...porque, estoy segura, que por frío, e irresponsable que sea uno, cargar con la muerte de una niña a las espaldas, es una dura penitencia, al margen del castigo que la justicia  sentencie, merecido, sin duda.

¡Y qué decir de los que han perdido a su hija, su hermana, su amiga....! su condena es infinitamente mayor, les han arrancado de cuajo... la vida....

Siempre acabamos diciendo las mismas palabras;...”que este hecho sirva de ejemplo, que llegue a nuestras conciencias para que no vuelva a suceder”, pero lo triste, es que sucede, un día  y otro día, parece que las conciencias sufren de amnesia complaciente y vuelven a dejar errar a la voluntad humana, vuelven a dejarse intoxicar, por el hecho de alcanzar ese punto en que la felicidad no importa lo más mínimo, y solo se busca dejarse llevar hacia  estados virtuales en infiernos y paraísos ....pagando un precio incalculable, en esta ocasión, la vida de  Rebeca...

Saludos amigos Calados, nos hemos quedado "tocadas" por este alarde de la "sin razón.