¡Ya estamos de vuelta Calados, y siguiendo la estela del frío invierno de ayer, iniciamos un nuevo viaje, inquietos por el presentimiento de que muy pronto, tendremos la visita de otro arriesgado Calado que quiere dejar su huella en este afable territorio.
A continuación quiero relataros una historia cotidiana, sencilla y desorientada.
INTUICIÓN
Mara se asombra cada vez que llega a un aparcamiento y logra
encontrar su coche. Tiene el mismo sentido de orientación que una bola loca.
Cuando sale de viaje se aprovisiona de mapas, guías y "gps".
Si algo agradece a los ingenieros es el invento de las rotondas, el tener una
segunda o tercera oportunidad de dar con un destino, le perdona muchos extravíos.
Mara había quedado con su amiga Ana en el centro de Cullera,
era principio del verano y los visitantes comenzaban a montar bulla en los
accesos a la playa. Ella confía en su GPS como su lazarillo, pero... se da cuenta que con las prisas, se ha olvidado programarlo y en ruta, ya no puede hacerlo, pero piensa que aún le queda el croquis que le ha enviado Ana
por "email". Se aproxima a la entrada de la población y descubre que hay retención, eso le permite unos
minutos más para fijarse en todo el plantel de señales que aparece en la
Avenida.
-¡No se por qué ponen tantas señales, si no da tiempo a leerlas!- ! Pero ¡horror, están en obras! -¡Ahora si que no llego!-
La entrada está cerrada y la desvían por una calle lateral, las señales indican todas direcciones y no enfocan bien el sentido. Mara, aturdida y sin ninguna conexión con la realidad espacial, se dirige de forma arbitraria en una dirección, no sabe ni por donde va, lo malo es que ya hace 10 minutos que la espera Ana en el punto de encuentro. Decide pararse y hace un rápido repaso a la señalización que no le sirve para mucho, ¡está perdida! El parón ha provocado una cola de alterados conductores que la increpan con la mano pegada al claxon. Mara huye sin destino intentado salir de aquella procesión que la acosa sin darle un respiro. Al fin aparece, no se sabe como, en la playa.
-¡No se por qué ponen tantas señales, si no da tiempo a leerlas!- ! Pero ¡horror, están en obras! -¡Ahora si que no llego!-
La entrada está cerrada y la desvían por una calle lateral, las señales indican todas direcciones y no enfocan bien el sentido. Mara, aturdida y sin ninguna conexión con la realidad espacial, se dirige de forma arbitraria en una dirección, no sabe ni por donde va, lo malo es que ya hace 10 minutos que la espera Ana en el punto de encuentro. Decide pararse y hace un rápido repaso a la señalización que no le sirve para mucho, ¡está perdida! El parón ha provocado una cola de alterados conductores que la increpan con la mano pegada al claxon. Mara huye sin destino intentado salir de aquella procesión que la acosa sin darle un respiro. Al fin aparece, no se sabe como, en la playa.
-¡Caray, estos
apartamentos los conozco!-
Ya más tranquila y parada delante de la fuente, cuyo nombre grabado en las baldosas dice ser "El mar azul", llama a Ana. Se apresura a darle las señas de la fuente y cuál es su sorpresa cuando le dice......
-¡No te muevas, voy para allá, estás justo delante de mi casa-.
Ya más tranquila y parada delante de la fuente, cuyo nombre grabado en las baldosas dice ser "El mar azul", llama a Ana. Se apresura a darle las señas de la fuente y cuál es su sorpresa cuando le dice......
-¡No te muevas, voy para allá, estás justo delante de mi casa-.
¡Mara no se lo puede creer! no sabe como ha llegado hasta
allí, está claro que no ha sido la orientación, pero lo que nadie puede
negarle es que tiene cierto toque de brujita al que llama intuición.
La tecnología puede ser muy útil pero todo recurso necesita su tiempo de preparación y su momento.
¡Bienvenidos de nuevo Calados!
Las Gemelas del Sur
Ha habido muchas veces que he llegado a los sitios que quería sin tener ni idea de cómo. Siempre he pensado que era suerte, pero igual era como tú dices, por intuición.
ResponderEliminarDe todas formas, tengo la teoría de que salgas desde donde salgas, y tardes lo que tardes, al final a tu casa siempre sabes llegar.
Un abrazo!
jajaja pues que suerte!! a veces es desesperante dar vueltas para encontrar algo :))
ResponderEliminarBIenvenidas al 2013!! que todo vaya estupendamente
Besos abisales
Hola, Gemelas.
ResponderEliminarContenta de que estéis de vuelta con el año nuevo.
Es cierto que tenemos esa intuición que funciona mejor que un gps. A mí me pasó en León cuando fui con un grupo de amigos. Oye, que les llevé a la puerta del hotel sin problema alguno y sin mapas. O sea, que algo de cierto hay.;)
Un par de besos muy fuertes.
Pues está más extendido de lo que yo creía el GPS de la intuición.
ResponderEliminarY es verdad, siempre encontramos el camino de vuelta a casa.
Saluldos Eshe
Bien hallada Abismo, nuestros mejores deseos para el 2013!!
ResponderEliminarLa intuición funciona, de eso no hay duda, pero una ayudita del GPS especializado, no viene mal.
ResponderEliminarBesosxdos Luisa!!
y programar el GPS del demonio! digo más y encontrarlo desde la última vez que lo usaste aquel verano......!! Tras 2 horas de búsqueda, caes en la cuenta que se lo dejaste a un amigo las últimas pascuas que él viajó y tú no ( porque no tenias ni un p...duro).
ResponderEliminarLa intuición es la luz de emergencia cuando todo se funde en la tormenta......
Un abrazo calado ...de intuición!!!!!
Pues que no nos falle nunca la luz de emergencia!! si no estaremos más que perdidos.
ResponderEliminarSaludos Latour
Me suena muy y mucho eso de andar perdida y por casualidades del azar, acabar dando con el sitio que uno busca. Aunque otras veces, me pierdo y perdida me quedo :(
ResponderEliminarBss y bss.
En realidad, los GPS los inventaron pensando en esas personas que damos dos vueltas en un aparcamiento y perdemos el norte. No obstante, el aprender la rutina de programarlo y acostumbrarse a esa dulce y monótona voz que nos dice por donde hemos de ir, requiere su tiempo.
ResponderEliminarBesosxdos