CONDUCTORAS SUICIDAS. CONDUCIR ¿HABILIDAD O INTERÉS?

Siempre a cuestas con la dualidad, hoy, nos adentramos en otra dualidad mucho más interesante en diferentes blindajes.

¿Quién dijo de ambos sexos que eran iguales?
Evidentemente ¡no!

La igualdad de oportunidades entre los miembros de los dos sexos es un objetivo político inaplazable, pero tratar de justificarla a partir de una supuesta igualdad biológica es una estupidez científica. Según argumenta el neurólogo español Francisco J. Rubia.

Haciéndonos eco de las plabaras de J. Rubia, trataremos de ser asépticas...o no, para salvarnos de los ataques de aquellos que no entiendan nuestra exposición.

Hombres y mujeres somos diferentes por naturaleza, eso a simple vista y por apariencia externa, es algo más que evidente. Profundicemos un poco más y la disparidad de sexos aparecerá en la disposición de nuestra estructura neuronal.
El cerebro es al fin y al cabo un producto que responde a una función evolutiva.
Si la estrategia de supervivencia de hombres y mujeres se mostró distinta desde el principio, tiene que ser porque las funciones de sus órganos pensantes también lo eran y su desarrollo evolutivo así lo ha demostrado. -Distintos caminos llegando al mismo destino-.

Con el paso de los años, las funciones sociales se han ido igualando, gracias a aquellas contiendas que libraron nuestras sufridas antepasadas, de las que salieron airosas y quedó más que demostrada, nuestra habilidad, destreza y capacidad para desarrollar cualquier trabajo con éxito, a pesar del pésimo arbitraje de los hombres (que siempre han barrido para casa).

Hablar de igualdad, es algo que a estas alturas del nuevo milenio no procede debatir. Considerarla como una conquista reciente, tampoco. Lo justo y procedente sería reconocerla como una consecuencia de nuestro sustrato neurológico, que ha producido habilidades cognitivas propias desde siempre, saliendo a la luz por su propio peso, a pesar, repito, de las malas o dudosas bienintencionadas interpretaciones, de una notable mayoría de hombres.

Tenemos diferencias evidentes: emocionales, cognitivas, espaciales, de abstracción. Sobre todo si seguimos el camino "de fuera adentro", es decir, analizar las diferencias de ejecución de una tarea entre hombres y mujeres, para descubrir la respuesta fisiológica de su cerebro a la misma. Nos comportamos de manera diferente ante la amenaza, el dolor, el miedo, el amor, la pasión, el stress y ... las críticas.

Veamos pues con buen humor y encajando las críticas implícitas, estos dos clarificadores vídeos.

Siguiendo el camino "de fuera adentro", llegaremos a descubrir la respuesta fisiólogica de cada cerebro "al stress que nos produce, buscar aparcamiento".

La mujer aguanta más el stress, pero el hombre lo resuelve antes...

No obstante, se dan casos, en los que el sustrato neurológico se ve un poco alterado en algún varón y en alguna que otra fémina....para bien o..... para mal.
Y es que las habilidades se desarrollan más o menos, según el interés que se pone y el valor que se otorga a una determinada habilidad.

Servido está el debate, queridos Calados y lectores.