Buenos días, amigos, Calados y lectores:
Como ya es habitual aquí en Calados hasta los versos, un martes más nos citamos con las letras, en este espacio de mi puño y tecla que es Sólo una Calada más y hasta donde os he querido acercar hoy y por la proximidad de las vacaciones a un personaje ya habitual por estos lares y que no es otro que: El hombre del banco.
¡Disfrutadlo!
Arwen
Como ya es habitual aquí en Calados hasta los versos, un martes más nos citamos con las letras, en este espacio de mi puño y tecla que es Sólo una Calada más y hasta donde os he querido acercar hoy y por la proximidad de las vacaciones a un personaje ya habitual por estos lares y que no es otro que: El hombre del banco.
¡Disfrutadlo!
Arwen
EL HOMBRE DEL BANCO: VACACIONES
Recordó que estaba vivo, sintió la bravura de su carne crujir bajo la piel de oso que lo contenía, abrió los ojos de par en par, como persianas desorbitadas girando hacia todas partes y sintió que un instinto feroz por seguir vivo le recorría el cuerpo de horizonte a horizonte y esto, le resultaba exultante, lo excitaba, lo obligaba a escuchar a su diminuto corazón bombear la sangre como si le fuera a estallar en un palpitar rítmico que casi lo cegaba y aún así, se negaba a morir, la anestesia le fue emborrachando las venas lentamente hasta sucumbir a un mundo empírico sin contemplaciones y allí, tan libre como cualquier otro dejó de sentir el peso de su cuerpo bajo los pies y se marchó caminando por un etéreo sendero de oídos sordos, tan cercanos a la conciencia que casi parecían la misma cosa, giró sobre el colchón pespunteado y descubrió entonces que no estaba ni vivo, ni muerto, ni dormido, ni despierto, entonces, ¿cuál era ese estado en el que se encontraba? que le transmitía tanta paz, tanto sosiego y contra el que no podía luchar...
El foco hilarante del quirófano le escupió de golpe la realidad, una para la que tal vez nadie estaba preparado, desnudo bajo la luna artificial que le aportaba calidez una sonda y un gotero le proporcionaban el bienestar necesario para seguir latente en su existencia.
- Ha sido un milagro, cuchicheaba una enfermera al cirujano de guardia.
- Dudo que los milagros existan señorita, sólo tengo la certeza del tiempo y éste o corre a nuestro favor o en nuestra contra, en el caso de este hombre le ha sido favorable.
Observándolos a un metro, el hombre del banco extiende sus manos aún faltas de habilidad y destreza y alcanza a palpar sus extremidades todavía dormidas sobre la camilla, comprueba palmo a palmo que todo su ser sigue allí, alarga ahora las manos hasta alcanzar su cara, roza sus labios, la nariz, los pómulos, las orejas, la barbilla, las cejas, hasta comprobar la inexistencia de un pequeño detalle, tal vez no tan pequeño, la venda y el surco le responden la falta de su ojo izquierdo, trata de llorar pero no puede, se lo impide la sedación.
La misma enfermera de cabellos lacios, se inclina hacia él, le acaricia las manos suvamente y le susurra en voz baja que ha tenido mucha suerte, que el accidente de tráfico se ha cobrado sólo su ojo, pero que milagrosamente seguirá viviendo, que no se preocupe por nada, porque los gastos de hospitalización corren a cargo de él, al igual que la indemnización millonaria y que de momento sólo se preocupe por disfrutar de unas vacaciones con todas las atenciones que precise, pida todo lo que quiera, por orden expresa del marqués.
El hombre del banco fija su mirada derecha en la pared de la estancia, un poco más allá, una ventana anuncia un jardín, en él se puede observar un estanque, la quietud de la mañana sólo es acompañada por los brillantes rayos del sol, un grupo de hombres y mujeres se reunen alrededor de él, reconoce la silueta de la pelirroja a la que un día acompañó en torno a una mesa comunitaria y que viste una bata blanca en la que se puede leer "Instituto de Microcirugía Ocular"....satisfecho de que al azar lo alimentara y lo cuidara, se contagia de un entusiasmo eufórico al comprobar como ha cambiado su situación personal y está dispuesto a abandonar la soledad para compartir sus inesperadas vacaciones con esa mujer que va de la mano de otro, camino de Oculoris.
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Y si os apetece recordar aventuras anteriores del hombre del banco, sólo tenéis que clicar en la imagen...
¡Que lo disfrutéis!
El foco hilarante del quirófano le escupió de golpe la realidad, una para la que tal vez nadie estaba preparado, desnudo bajo la luna artificial que le aportaba calidez una sonda y un gotero le proporcionaban el bienestar necesario para seguir latente en su existencia.
- Ha sido un milagro, cuchicheaba una enfermera al cirujano de guardia.
- Dudo que los milagros existan señorita, sólo tengo la certeza del tiempo y éste o corre a nuestro favor o en nuestra contra, en el caso de este hombre le ha sido favorable.
Observándolos a un metro, el hombre del banco extiende sus manos aún faltas de habilidad y destreza y alcanza a palpar sus extremidades todavía dormidas sobre la camilla, comprueba palmo a palmo que todo su ser sigue allí, alarga ahora las manos hasta alcanzar su cara, roza sus labios, la nariz, los pómulos, las orejas, la barbilla, las cejas, hasta comprobar la inexistencia de un pequeño detalle, tal vez no tan pequeño, la venda y el surco le responden la falta de su ojo izquierdo, trata de llorar pero no puede, se lo impide la sedación.
La misma enfermera de cabellos lacios, se inclina hacia él, le acaricia las manos suvamente y le susurra en voz baja que ha tenido mucha suerte, que el accidente de tráfico se ha cobrado sólo su ojo, pero que milagrosamente seguirá viviendo, que no se preocupe por nada, porque los gastos de hospitalización corren a cargo de él, al igual que la indemnización millonaria y que de momento sólo se preocupe por disfrutar de unas vacaciones con todas las atenciones que precise, pida todo lo que quiera, por orden expresa del marqués.
El hombre del banco fija su mirada derecha en la pared de la estancia, un poco más allá, una ventana anuncia un jardín, en él se puede observar un estanque, la quietud de la mañana sólo es acompañada por los brillantes rayos del sol, un grupo de hombres y mujeres se reunen alrededor de él, reconoce la silueta de la pelirroja a la que un día acompañó en torno a una mesa comunitaria y que viste una bata blanca en la que se puede leer "Instituto de Microcirugía Ocular"....satisfecho de que al azar lo alimentara y lo cuidara, se contagia de un entusiasmo eufórico al comprobar como ha cambiado su situación personal y está dispuesto a abandonar la soledad para compartir sus inesperadas vacaciones con esa mujer que va de la mano de otro, camino de Oculoris.
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Y si os apetece recordar aventuras anteriores del hombre del banco, sólo tenéis que clicar en la imagen...
¡Que lo disfrutéis!
Ya tenía ganas yo de ver al hombre del banco por aquí le echaba de menos es más me ha pillado con la vena tonta y me he entristecido pero siempre hay un final feliz,¿qué será de ese mendigo rico?...sigue así hombre del banco,llegara lejos...pero hoy no...mañanaaaaa je,je,je....
ResponderEliminarla verdad muy bueno me ha emocionado.
Gracias por estar ahí.
mi niña tu puño y tu tecla cada dia escriben mejor!!!esto fue impactante!!!un abrazo ,es muy tarde ya por aqui hasta mañana bonita.
ResponderEliminarEntonces, ahora sí que sí estamos cerca de Oculoris? Pobre ha perdido un ojo, pero parece que la vida le va a cambiar... esperamos a ver cómo siguen estas aventuras del hombre del banco que tanto nos enganchan...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Para mí que el marqués tiene muy buen ojo.
ResponderEliminarBesos.
Sombra este hombre tan conocido por aquí, ya comienza a ser uno más de la comunidad de Calados...¿verdad?...un beso con sabor a Holiday :)) y me alegra que te haya emocionado.
ResponderEliminarFiaris, muchas gracias por tus palabras, son un aliento a la hora de seguir escribiendo y de dejar huella impresa con mi puño y tecla un abrazo y besos gigantes hasta la otra parte del charco... ;)
Dirty yo si que presiento la cercanía de Oculoris, aunque claro la vida es tan cambiante, tan inesperada...que uno nunca sabe...ni siquiera el hombre del bano y me alegra muchísimo que os enganchen sus historias, habrán muchas más, ya lo veréis...camino de Oculoris...muchos, muchos besosssss.... :D
ResponderEliminarToro ja,ja,ja...un comentario muy ingenioso, el que dejas...y ¿sabes?...yo para mi que también....ja,ja,ja....besosssss......
Ay madre, lo que nos ha hecho sufrir hoy nuestro hombre. Aunque el final consiguimos respirar un poco más liviados y esperanzados. Ciertamente la vida a veces parece que nos toma el pelo... el pobre sueña con oculoris y pierde su ojo, menos mal que lo que no pierde nunca son sus sueños.
ResponderEliminarUn beso!!
Eso no lo perdamos jamás Málaga...jamás....como decía Calderón..."que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son"...
ResponderEliminarBesotes princesa y creo que este hombre nos acerca a las ansiadas vacaciones.... ;P
Esta vez el que se quita el sombrero soy yo y no porque vaya a sacar magos o conejos,Arwen te aplaudo y eso de que..."descubrió entonces que no estaba ni vivo,ni muerto,ni dormido,ni despierto"...¡eso es muy grande!.Fredysaludos.
ResponderEliminarGracias Fredy, posiblemente sea uno de los fragmentos de este relato que más cargados de intención llevan sus letras... ;)
ResponderEliminarBesos y gracias por pasarte a compartirlo.
Arwen
Pobrecicoooo... que me lo dejas sin ojoooo!!!
ResponderEliminarQUe digas que siempre tiene "buena suerte" al final!! Aishhh déjamelo descansar y que se recupere bien volviendo con energía después de estas vacaciones.
Besos desde el abismo
Ja,ja,ja...Abismo, se nota que lo queréis un montón!! besos y lo dejaremos descansar este verano, que se recupere de sus heridas "físicas" y en Septiembre a ver que es lo que nos cuenta....
ResponderEliminarBesos hasta el Abismo y más allá!!! :D
Del fuego a las brasas, y de las brasas a una camilla... y sin un ojo!
ResponderEliminarPobrecillo, dale un descanso Arwen, o va a llegar a Oculoris muy cascao.
¡Qué sería de los martes sin tus teclas?
Saludos.
Ja,ja,ja....la vida es así amigos, una de cal y una de arena...quedémonos pues con lo positivo...¿o no?...más parné, la pelirroja que va de la mano del otro cuidándolo y gastos pagados para sus vacaciones...je,je...
ResponderEliminarEstimado lector, si me lo permites me quedo con eso que dices sobre los martes y mis teclas y me lo llevo conmigo y a mi guarida personal de recuerdos... :))
Besosssssssss
Me temo que si algún día voy a las playas de Mónaco, vea escrito en la arena la palabra OCULORIS... jajaj, vaya tío el hombre del banco se va a pegar unas vacaciones mucho mejores que las mías, jaja.
ResponderEliminarBesotes vacacionera...
Pobret como dirían aquí en mi tierra.
ResponderEliminarPostrado en una camilla y sin un ojo, pero como “dice” tendrá buena suerte al final ...... “p’haberse matao diría alguno”
Dejémoslo descansar como mencionáis algun@s.
Me quedo con la enfermera pelirroja, con cabellos lacios que se inclina hacia él, le acaricia la mano y le susurra al oído .........
Esperemos que lo deje recuperarse.
Muy bueno, como siempre en tu línea ascendente Arwen.
Mordiskitos.
Xto por favor si eso ocurre llámame estés donde estés para contármelo...ja,ja,ja,ja....y ya véis, ya véis, nuestro hombre del banco de mendigo a huésped de lujo, claro que aunque el alojamiento le haya costado "un ojo de la cara"...ja,ja,ja...no obstante el azar juega a su favor y tiene a la pelirroja junto a él y la indemnización en camino ¿cerca tal vez de Oculoris?....habrá que esperar a que pasen esas vacaciones pues para saber a donde nos llevan sus pasos y su mirada diestra ja,ja,ja....besosssss estivales!!
ResponderEliminarDiablillo ya me imagino que estarás encantado de quedarte con esa enfermera...pero "ojo", vuélvelo a leer, la pelirroja no es la enfermera, sino una doctora...recuerdas "la mesa comunitaria"...y bien esperamos y deseamos de todo corazón que se recupere muy mucho y que pase sobre todo unas "muy felices vacaciones".... gracias por ese "muy bueno, en tu línea ascendente" que me lo guardo bajo llave junto al órgano que late.... :))
Besossssssssssssssss
Menudo desliz Arwen, pero no importa una que me reconozca y la otra que me cure.
ResponderEliminarGuárdatelo bien, que eso no se lo digo a todas.
Mordiskitos
Ja,ja,ja...míralo a él que espabilado...dos por el precio de una...ja,ja,ja...
ResponderEliminarY gracias por el piropo...todo un honor... ;)
Besosssss
Ahhh por cierto...y cuidadín con el coche este verano!! ;)
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