Conductoras suicidas/Ese oscuro objeto de deseo; Vendí mi alma por cumplir un deseo...

Otro secreto por desvelar....

"El Señor de los anillos". Mi tesssooro!!! Parecía que estaba contemplando la lucha por la posesión del objeto más codiciado y poderoso, "el anillo" que concede poderes y dones extraordinarios a quien lo consiga atrapar.

El coche, ese coche, se convirtió en un símbolo que guardaba complejas connotaciones.

Si en un principio fue solo un medio más del que me serviría para colmar mis delirios de libertad, volando sobre el asfalto, pronto supe que solo estaría a mi alcance si pagaba el precio convenido.

Encontraba placer solamente pensando en posar las manos en aquel pequeño volante, que para mí, era el timón de un transatlántico. Se conducía con facilidad, sólo tenía que escoger la ruta, buscar nuevos lugares para moverme a mi antojo, huir de mi silenciosa monotonía, sin depender de otros. Elegiría las rutas prohibidas, las olvidadas, las escondidas que me conducirían a lugares donde se tuvieron que guardar tesoros que pasaron inadvertidos. Sginificaba mucho para mí, era un monumento a la individualidad, a la libertad, aunque el precio que iba a pagar era muy elevado. Vendí mi alma por conseguirlo. Ahora, mi alma estaba presa en aquel minúsculo habitáculo, era esclava de aquella maravillosa máquina.

Ya podía decir "mi coche"...

El coche nos elige, nos atrapa con su atractivo diseño y el galopar de sus caballos, el coche, ese objeto de deseo y de competencia, así lo considera nuestro "in extremis" matrimonio, pero sabemos por experiencia, que el coche nos diferencia, nos personaliza...

Como lo ha hecho nuestro Ferrari, brindándonos su exclusividad, (nadie debe tunear un Ferrari) que se evidencia cuando paramos a repostar, enfundadas en nuestro ajustado mono negro, piel con piel, embriagadas por el olor a gasolina, despreciando al tosco gasoil, lanzando al aire una turbia nube de CO2 y dejando nuestra huella grabada en el asfalto con la primera marcha.

Cuando vamos a comprar un coche, nos ofrecen una inmensa variedad de opciones, podemos diseñar nuestro "tesoro" a la carta, de modo, que podemos imprimirle nuestro sello personal, aunque verdaderamente la personalidad no se muestra en lo que poseemos, sino en el cómo nos comportamos. Muchos buscan la personalización más extrema, "el Tuning", un coche que no posea nadie, "único" y es curioso como a veces es una realidad, la simbiosis del dueño y el coche, al igual que el parecido que se logra entre el dueño y su perro.

Ese caparazón con ruedas, muestra impunemente nuestra posición social, según el escalón donde te encuentres, van aumentando "los caballos".

En una visión más intimista, podríamos descubrir el perfil psicológico de un ciudadano cualquiera, que se transforma, arrastrado por su delirio de imaginario poder, en gladiador de la calzada, en el mismo momento que se sitúa al volante de "su tessoooro", como le pasa a nuestro entrañable "Gooffi".

¿Cuál es el beneficio para un hombre de llenar el mundo entero de medios: aviones, televisiones, luz eléctrica. Y perder al fin.... el alma.?

I have a dreem....(Martin Luther King).

Besos.


LAS GEMELAS DEL SUR.