El amor la abandonó como un golpe seco y cruel
la soledad, sin piedad machacaba sus recuerdos
y un vacío amargo y frío envolvió todo su cuerpo
la nostalgia y la añoranza resaltaban su tristeza
y pensó buscar un final, antídoto para el dolor.
Un cielo plomizo y sucio llenaba de gris la tarde
y un húmedo viento barría las olas en la bahía.
el horizonte y el mar se fundían en la bruma
creando una situación irreal, infinitamente triste.
Corrió entre espirales de arena. Una mirada fija,
impulsada hacia las olas encrespadas y violentas.
La lluvia caló la niebla y repicó sobre el agua,
que añadía cada gota a su gris manto siniestro
un mundo ciego de vida sin dimensión, sin fronteras
ajeno al espacio, cruel, amenazante, distante.....
Se sumergió entre las olas esperando su final
el olvido, la miseria de sentir la soledad, la rabia
del abandono, la angustia del sufrimiento,
su llanto ya era ola, viento, lluvia, temporal...
Pero el azul la elevaba entre cadencia y cadencia
de unas olas que enjugaban sus lagrimas entre sal..
Y como un resto perdido de un naufragio mar adentro
flotó a la deriva del viento y el ritmo de la marea
de espaldas al horizonte hundido en el infinito
e incapaz de ver romper la espuma sobre la arena.
Sus ojos, llenos de cielo, se inundaron de presente
y comprendió entre sollozos que la bruma del pasado
permanecía en la arena, alejada, inalcanzable
y que el futuro dormía en un horizonte perdido.
Entre el rugido del viento y el sordo trueno del mar
sin sentirse a la deriva, sonrió, afincada en su presente
feliz en la inmediatez de vivir de cara al cielo,
de vivir, no de morir sin pasado ni futuro...........
ya es tarde mañana regreso a leer me gusta leerlo detenidamente besotes
ResponderEliminarPlagadito de esperanza. Un canto al saber apreciar lo que se tiene, por tristes que sean las circunstancias, si se sabe hacia donde mirar siempre se acaba descubriendo un poco de azul..., o verde.
ResponderEliminarPrecioso poema, de estructura moderna, una gozada el leerlo y releerlo... Un saludo Latour.
Ese mar, tu mar de estos versos, que devora las viejas nostalgias y las angustias del porvenir, que cura las heridas de sus náufragos y que finalmente, se ondula en mareas tan deliciosas como el pan de cada día...
ResponderEliminarAquí y ahora, ni pasado ni futuro, disfrutando tus palabras.
Cuídat poeta.
Gracias Fiaris por tu amabilidad. Espero que te guste!
ResponderEliminarNecesito hablar de la esperanza y el mar es una de sus puertas....
ResponderEliminarLas circunstancias son muy difíciles pero como oí decir a Eduardo Punset " Hay vida antes de la muerte".
Un abrazo Emilio!
¡Naturaleza, en estado puro, esa sensibilidad superviviente que mantiene el desafío de la vida!
ResponderEliminarEres un auténtico "resiliente"
Besos Latour
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrecioso poema, de ser que naufraga en las aguas de la vida pero se resiste a hundirse. La esperanza nos mantiene a los supervivientes, y estoy con Punset en esa excelente frase: Hay vida antes de la muerte. Y hay que vivirla.
ResponderEliminarQueridas Gemelas, agradezco que se valore mi energía y mi esperanza, en momentos no demasiado "estupendos".
ResponderEliminarPienso que mi sensibilidad se ha desarrollado mucho en vuestra compañía, en este rincón calado de auténticos resilientes.......
Siempre un abrazo de ternura !
Ves como no me equivoco Amparo, hay mucha positividad en tus palabras y mucha vitalidad en tus textos.
ResponderEliminarA veces nos preocupamos del después y dejamos de disfrutar el "durante".
La vida solo se justifica de una manera: viviéndola.........
Un gran abrazo!!!
Todos somos un poco náufragos, todos necesitamos un aquí y ahora en algunos momentos...en otros sin embargo, es mejor un sueño de futuro o una añoranza del pasado.
ResponderEliminarPero siempre disfrutando de los que se expresa y de los que se recibe....
Nepalí, cuida't