miércoles, 10 de junio de 2015

CONDUCTORAS SUICIDAS. EL CLICK HAPPY.


Necesito encontrarla llave de la felicidad. 
No sé si me lloverá del cielo en alguna tormenta de alegría que luego me abra el horizonte despejando los más negros nubarrones. 
Quizá penda de un fino hilo al que no me atrevo a tocar por si cae la dichosa llave en alguna alcantarilla y se me pierda en el fondo del mar. 
Casi me inclino a pensar que la tengo perdida por el bolso como cuando quiero abrir la puerta del portal, yendo cargada a tope de bolsas; que difícil encontrarla con los dedos amoratados por el estrangulamiento de sus finas asas, absolutamente insensibles, fríos, emocionalmente neutros.

Puede ser que la felicidad se asemeje a las buenas vibraciones que se nos cuelan por nuestra vida, o puede que las irradiemos como microondas, totalmente incompatible con el metal, el vil metal. Esa llave que emite una onda de frecuencia capaz de abrir las puertas del vehículo de nuestra vida, de encender nuestro motor, de tomar el buen rumbo de decisiones acertadas en el momento justo, con la velocidad adecuada. Esa llave de los vehículos de ultima generación que no necesitas meterla en la cerradura, ni siquiera sacarla del bolso o del bolsillo, simplemente por proximidad se hace eco del "ábrete sésamo".

En estos momentos mi llave no encuentra la cerradura en la que encaje, siento la vida como el bombín que presenta una complicada combinación de dientes y muescas inamovibles, rígidas, exactas, sin la menor flexibilidad, sin darme la oportunidad de rectificar si me equivoco, exigente, muy determinante. Me están faltando fuerzas para mantener esa maña en la cerradura tantas veces, tanto tiempo, hasta que se me cruce la rabia y el hartazgo y escape con una patada en la puerta o me desinfle como una rueda con un pinchazo o peor con un reventón irrecuperable.

Quiero una llave sencilla, sin apenas dientes, esa llave de hierro del tiempo de mi abuela que servía para curar los orzuelos, terapéutica, que pocos días servía para cerrar la casa, porque casi siempre estaba abierta. Solo tenías que empujar la puerta, acariciar su madera y sentir el pulido de tantas  manos que empujaron antes de ti; entrar y sentirte en casa y verla de color de rosa, aunque sea la  más humilde de las casas.

Parece sencillo, ¿verdad?

ΟΠΑΠ "Scratch the City" from Black Sheep Films on Vimeo.


La felicidad me confunde con ese toque suave.

Besos con la delicadeza del cariño.

Las Gemelas del Sur.


14 comentarios:

  1. Si la encuentras hazme una copia por favor.
    Gracias.

    Besos.

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    1. Cuenta con ella, pero me temo que esa llave es tan personal que no encajaría en tu cerradura o si.
      ¿Te la hago con mando a distancia?

      Besos.

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  2. A veces se esconde mucho, pero siempre aparece esa llave.
    ¡Que no se nos pierda nunca!
    Salu2 llaveros.

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    1. No sabes como la busco, prometo encontrarla y haré unas cuantas copias por si acaso. :)

      Besos codificados.

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  3. la llave de la vida Le damos la forma que queremos y la usamos a diario
    un beso

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    1. Bien pueda ser que la felicidad tenga muchas formas y muchos momentos diferentes.

      Besos.

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  4. Quizás para la verdadera felicidad no necesitemos una llave física, una en especial. Quizás tengamos las puertas abiertas y sólo no haga falta el valor para empujarlas.

    Un placer haberme dejado caer por aquí y descubrirte :)

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    1. Bienvenida a este territorio Calado, 18 susurros del viento, puedes pasearte por él tanto como quieras y compartir con este equipo de autores sus andanzas; será un placer conocer las tuyas.

      Si hay que empujar puertas para encontrar la felicidad, me propongo hacerlo con las que se me presenten sin rechazarlas por estar cerradas.

      Besos.

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  5. Quizás es que la felicidad no se encuentra tras puerta alguna, quizás.

    Un abrazo

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    1. Quizás, pero es por empezar a buscar por algún sitio, o quizás sea ella quien nos encuentre.

      Besos.

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  6. Seguramente la llave de nuestra felicidad cambie de forma muy a menudo, adaptándose a muchas circunstancias, pero lo verdaderamente importante no es cómo sea la llave, ni si cambia o es siempre la misma, lo fundamental es tenerla siempre al alcance de la mano.

    Abrazos.

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    1. Dar una palmada y llamar a la felicidad como al sereno que nos trae la llave precisa porque nos conoce bien.

      Besos felices.

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  7. Perdona la tardanza pero ya sabes que la última semanas no han sido fáciles para mí. ¿Qué tu no encuentras la llave? Tú, que serias capaz de hacernos sonreir en medio de un naufragio, tú que eres una heroína de la vida cotidiana, tú que siempre sabes ver el lado positivo de las cosas, tú que piensas como Rousseau que el ser humano es bueno por naturaleza, tú que irradias vida por los cuatro costados. La llave de la felicidad siempre ha estado dentro de tí y lo sigue estando aunque a veces hay que engrasarla. Buenísimo texto, formidable.

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  8. Siempre trato de tener una actitud positiva, por ello siempre estoy en busca de esa llave, aunque a veces es necesario desahogarse de tus temores cuando las cosas no van demasiado bien y la escritura se convierte en una terapia.
    Me ha impresionado como me ves, siendo así, espero contagiarte esa visión positiva de la vida. Sabes que me tienes a tu lado, amiga. Bueno, ya estoy sacando el tres en uno, a ver si funciona.

    Besos como toques de felicidad.

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