Fernando Fernández Páez.
Lo sé, la luz de tus ojos,
ese brillo especial.en tus pupilas,
tu manera de mirarme...
Esa media sonrisa cansada, fingida.
el vacío,...... sí, el vacío
que sientes en todo tu ser.
La luz del atardecer en tu rostro,
pálido y mortecino en la penumbra.
tus manos crispadas, implorantes
en cada gesto, en cada ademán.
El rictus de tu boca, tu dolor...
escondido, muy adentro.
.
Lo sé, se lo que buscas...
seguirás hasta el final del camino
y tras él, donde ya nada es posible
donde ya nada se espera, lejos de la ruina,
Tras un horizonte seguro e infalible
despojada de toda tu fuerza, mínima
hallarás el verdadero amor...
La libertad sin compromiso,
sin condiciones ni tutelas,
la autentica dimensión de la pasión...
Dicen que hay que morir muchas veces ... para llegar a saber y sobre todo sentir el amor verdadero ... es entonces cuando nada duele ... porque el amor lo cubre todo, lo inunda todo y va más allá de cualquier otro sentir
ResponderEliminar........ hermoso poema , hermoso y que cala hondo
un abrazo
Gracias por tu presencia Piel, así es, más allá de lo humano, de lo posible, de lo cotidiano. Ajenos a cualquier esperanza...
EliminarUn saludo.
Siempre hay un rayo de esperanza.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSiempre Dyhego, pero los verdaderos sentimientos se muestran más allá de la posibilidad de esperanza..
EliminarUn abrazo
Sin la libertad para amar damos a medias. Damos mentiras... realmente un hermoso poema Dy. felicitaciones
ResponderEliminarLa desesperanza, el abandono total nos libera para sentir..
EliminarGracias por tu comentario Ocaso....
Se me hace muy difícil creer en ese amor...
ResponderEliminarUn bello poema que...como decirlo... ha mermado la luz con la que miro...
Mantén tu luz, Marinela. Es todo un sueño, mantén tu esperanza, todo será como tú lo veas.....
EliminarUn abrazo!!!
En esa linea que roza la locura y la negación de uno mismo en aras de una pasión sin límites... Me gustan esos poemas tuyos que gritan desde la locura y hacia la locura.
ResponderEliminarGracias Emilio, te agradezco tus palabras.
EliminarUn abrazo calado!!
En esta poesía veo imágenes durísimas... Esos gestos de súplica, alguien que pierde toda su fuerza hasta convertirse en casi nada, que se derrumba sonriendo, fingiendo. Y tú, testigo, sabiendo cómo y porqué alguien decide hacerse "mínimo", mostrándonos con tus palabras de poeta ese proceso doloroso, quizás enfermizo, como una imagen bella, el salto a una dimension plena. Yo.... creo que ese batir de alas es sólo un instante.... nada más.
ResponderEliminarPreciosa fotografía.
Todo desolador pero precioso.
No es importante el testigo, no es importante el proceso, sólo es importante el final, el último silencio, la muerte de lo conocido, de lo previsible, además no hay testigos, no hay prepotencia en quien busca crear una situación donde encontrar la libertad del todo perdido. Nadie puede experimentarlo desde fuera, evocamos sensaciones, sentimientos..
ResponderEliminarHacerse mínimo, desligado de todo, al borde de la inanición emocional, es grandioso y liberador.
Nunca se debería fingir, pero hay espíritus que precisa un gran impulso para batir las alas......
Un abrazo calado...
Impresionante. La desesperanza es realmente lo que nos hace libres. Si ya nada esperas ¿Qué puedes temer? Duro y profundo poema.
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