Salieron del portal justo antes de que yo llegara a su altura, así que les cedí el paso. Salieron las dos cansadamente, su perro tranquilo y dócil las seguía resignado pero feliz al final de la correa. Comenzaron a pasear a su mascota. Andaba entre las dos mirando a una y otra alternativamente. A escasos metros me esforzaba yo por mantener el paso y la discreción mientras hacía la foto sin perder la distancia y equilibrando las formas. Ellas no cruzaban palabra. Baja la cabeza y hondos sus pensamientos, podría decirse que era el perro quien tiraba de ellas... El sol en contra de la tarde perfilaba perfectamente sus figuras en la acera desierta.
Cuando las adelanté, el perro me ladró y ellas se asustaron. Pero nadie cruzó una palabra. Volví a casa pensando que había presenciado el momento más luminoso del día de aquellas dos ancianas y su perrito. Y hasta contento de haberlo fotografiado.
Buen fín de semana Calados!
Emilio
Bueno estas fotos robadas de la vida cotidiana siempre son buenas para inventar post o simplemente con su contemplación es sufucuente, yo tambien suelo hacerlo y a veces te sorprende.
ResponderEliminarun abrazo
Pasear con la cámara es un disfrute desde luego. Comente o no lo que fotografío, me alegra valores la simple contemplación. Al fin y al cabo, el lenguaje fotográfico es sólo eso: visual.
EliminarUn abrazo de vuelta.
Siempre estás en el lugar oportuno.
ResponderEliminarSalu2.
Bueno, quizá haya muchos lugares oportunos, jejej...
EliminarSaludos y gracias.
Se adivina una tarde calurosa o muy fria, a juzgar por la soledad reinante. Y ahí estabas tu, dispuesto a capturar en tu máquina el mágico segundo. El perrito era, indudablemente su fiel compañero y la compañía de ambas. La soledad es tan triste que un sinmple animalillo puede dar muchísima compañía. Seguro que es mucho mas de fiar que alguno de los "seres humanos" que pululan por "acompañar" a ancianas...
ResponderEliminarBuena foto que induce a muchas reflexiones....Un fuerte abrazo.
Fría era la tarde. El perrito mucho más fiel sin duda, y hasta agradecido. Desde luego se les veía tal para cual. Muchas gracias Chelo. Un abrazo fuerte para tí.
EliminarSi no fuera por el perro, esas mujeres probablemente ni siquiera habrían salido a la calle en esa tarde luminosa. No sabemos cuánto tenemos que agradecer a nuestro animales de compañía. Me encanta esa luz.
ResponderEliminarAsí es. Las mascotas, quien las tiene, bien sabe a qué árbol se arrima... La luz era dura, como la soledad de la acera y de las reflexiones de todos los implicados, fotógrafo incluído.
EliminarLa sombra de la soledad siempre es alargada y la veo retratada en tu imagen que tan bien la evoca,definida con esa luz crepuscular y esa profundidad en el punto de fuga del final de la acera.
ResponderEliminarPero ese perrete con su sombra redondita es el globo que las sostiene y un fiero guardián que te recrimina que les hayas disparado con tu extraño instrumento, "las sombras de mis amas son inviolables".
Besos y buen fin de semana más fresquito.
Así es. El perrito es de lo más pequeño en la composición, pero su lugar y "peso" en la imagen lo sitúan como protagonista indiscutible.
EliminarA ver lo que dura la primavera...
Cuanto nos puede decir una fotografia. es como si en ese segundo sacaras su alma a una imagen. Hermoso
ResponderEliminarGracias y bienvenido por aquí. Hay culturas en las que las genetes no quieren que se les fotografíe precísamente por eso: por no robarles el alma.
EliminarInstante captado que nos da para dejar libre la imaginación...
ResponderEliminarTienen que existir personas que nos das generosamente tu captación de un momento de la vida.
Bello,
Besos
tRamos
Es una de las cosas que me gusta de fotografiar: coleccionar pequeños momentos, pequeños lugares, pequeños universos. Hace falta también gente para contemplar lo que los fotógrafos hacemos, así que gracias por tus palabras que te devuelvo. Besos de vuelta.
EliminarLuz perfecta que recorta el perfil de dos personas convertidos por tu ojo mágico en personajes, personajes cuyo eco de sombra se extiende por la acera, el perro, sin duda el cordón umbilical de unión y timón hacia delante.
ResponderEliminarPreciosa y evocadora fotografía.
Saludos
Es efectívamente una fotografía muy evocadora y abierta. Me alegra lo veas como yo. Y de nuevo, el perrito como eje de todo.
EliminarSaludos y gracias!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa línea del tiempo
ResponderEliminarLa acera se prolonga y se desdibuja, como el camino que les queda por andar, con su tiempo impreciso. Sin embargo, las sombras de las dos mujeres casi se pueden tocar; quedan detrás de ellas, como lo ya vivido, lo que se puede contar, lo definible y cuantificable. La fotografía es como el caminar en la línea del tiempo. El perro no parece proyectarse aunque avanza y tira; queda en un espacio y tiempo determinados, su sombra es tan pequeña.... y sin embargo es el nexo entre las dos figuras, el punto de corte, la referencia .. es curioso.
Me gusta esa luz que corta los espacios de forma casi brusca.
Muy chula.
Un abrazo.
Interesante visión la que das, imaginando líneas de tiempo gracias a la profundidad de la foto en lo que es la captura de un sólo instante. Curioso y halagador que aprecies pasado y futuro en una imagen. Y de nuevo el perro y su importancia...
EliminarEs una lectura que acepto y más aún, que comparto. Siempre me sorprendes con tu enfoque.
Gracias Nepalí!