Las saqué de debajo de un coche con la punta de la zapatilla, y así ayudado de mis pies las dispuse tal cual en mitad de la calle.
Sin duda, un gato callejero dió buena cuenta de la paloma cuyo cuerpo, sin estar, se adivina sin esfuerzo alguno. Pero mientras me ocupaba en tan macabra tarea ante las extrañadas miradas de viandantes varios e impertérritos aparcacoches rumanos, no pensaba yo en la ausente paloma.
Más bien imaginaba a un ángel que dejó de serlo, aturdido y confundido. Sin duda y ante su propia sorpresa, le fue arrebatada su inmortal alma, llevada por pasiones mundanas, tal vez ante la belleza de alguno o alguna, (aunque no sé yo..., dicen que los ángeles no tienen sexo...) perdió de pronto sus alas mezclándose en el bullicio de la carne y del mundo, agobiado entre pecados, vergüenzas y miedos.
Él mismo sin duda, seguro avergonzado, tuvo que ocultarlas bajo el coche, de allí donde yo las rescaté...
Todo eso pensaba yo disponiendo con cuidado los apéndices amputados sobre el asfalto gris.
Si veís un ángel sin alas, avisadme y le digo dónde las encontré.
Buen fín de semana Calados.
Emilio
a veces los ángeles caen
ResponderEliminarotras veces les arrancan las alas ...
y el dolor les vuelve demonios
como le pasó a Malicia
Buen fin de semana
Gracias por la visita y el comentario. Curiosa manera de verlo, pero me suena creíble eso de que el dolor te vuelva demonio..., ayudaría a comprender algunas cosas. Un saludo!
EliminarBonito relato, interesante fotografía :-)))
ResponderEliminarPero según qué pecados no son vergonzosos y por ello no hay motivo para perder las alas, sino todo lo contrario... ;-)
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo! Jejejejjj... Otra cosa es conocer la moralidad del ángel, y entender el porqué de sus vergüenzas que, oiga, puede ser las tenga el pobre. Un abrazo de vuelta.
EliminarVaya foto tan ocurrente. No cabe duda de que tus ojos y tu objetivo, ven mucho mas allá que muchos de nosotros. Tal cual estan dispuestas las alas, parecen pertenecer efectivamente a algun ser celestial, despojado de las mismas. Pero a mi me han inspirado algo mucho mas sencillo e inocente. He recordado las "alitas de carton" con las que adornaba a mis nietos en Navidad para ir a cantar villancicos ante el Belén. Gtracias por retrotaerme a aquellos tiempos felices. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQué bonitos recuerdos, sin duda, que comparto. Y que me alegra haber provocado en tu memoria. Pensaré en aquello. Un abrazo fuerte para tí!
EliminarPobre paloma o pobre ángel caído. De todas formas, a mi los ángeles que no caen me parecen un poco aburridos. La foto es impresionante y el texto también.
ResponderEliminarBueno estamos bastante de acuerdo. Es como cuando los malos de las películas te resultan más majetes que los buenos... Gracias Amparo!
EliminarTe imagino haciendo cabriolas para sacar a la pobre paloma abatida, y sin duda debiste ser el espectaculo de los de alrededor. Pero sin duda, solo a ti se te ocurren esas cosas. Una bonita foto. Un abrazo
ResponderEliminarTe imagino haciendo cabriolas para sacar a la pobre paloma abatida, y sin duda debiste ser el espectaculo de los de alrededor. Pero sin duda, solo a ti se te ocurren esas cosas. Una bonita foto. Un abrazo
ResponderEliminarTe imagino haciendo cabriolas para sacar a la pobre paloma abatida, y sin duda debiste ser el espectaculo de los de alrededor. Pero sin duda, solo a ti se te ocurren esas cosas. Una bonita foto. Un abrazo
ResponderEliminarTampoco fueron tantas las cabriolas, que uno tiene una edad y lo de meterse bajo los coches es cosa de niños y de pelotas..., de pelotas de jugar quiero decir...
EliminarLa paloma no la saqué, que no estaba, jejejejjjjj... gracias por pasar a comentar! Un abrazo para tí, aunque deberé tener cuidado con tus alas...
Caray, Emilio, que buena combinación de fotografía y texto. Encantadora la posible peripecia del angel enamorado y transformado. Como siempre, genial.
ResponderEliminarUn abrazo..
Gracias Latour... digo yo que si se enamoraría, a lo peor simplemente se aburrió de ser bueno...
EliminarUn abrazo de vuelta!
¡Se hartaría de ser ángel!
ResponderEliminarExacto! Es otra forma de verlo, que comparto también.
EliminarAy Emilio. ...
ResponderEliminarYa sabía yo que alguien acabaría encontrándolas.... con el trabajo que me costó esconderlas....
No me comió el gato, sólo la lengua... y aún así mira si casco.... ; )
Pues sí. Se me cayeron por pecadora; pecadora convencida y reincidente. El castigo es que me están saliendo otras..... más grandes!!!!
La verdad, qué mejor homenaje para mis viejas alas que una fotografía tuya.
La imagen, muy fuerte y el texto chulísimo. Da para entretenerse un montón.
Me ha encantado.
Jajajajjjj..., así que... son tuyas??? Ahora sí que me dejas sin palabras...
EliminarPues nada, mientras tengas como castigo un par de alas nuevas, yo que me alegro.
Gracias como siempre Nepalí!
Los ángeles también ascienden, según su misión en la tierra, más cogiendo galones. Seguramente las alas que encontraste serían la prueba evidente de esa metamorfosis, se desprenden de sus alas para dar paso a unas de mayor rango, pero... ¡nunca deben dejarlas visibles a los mortales! me temo Emilio que has destapado el error de un ángel que ahora se va a ver en problemas...
ResponderEliminar¡A ver como lo arreglas!
Jajaajj... Ya verá él si prefiere arreglarlo o no, nunca se sabe. Yo de él me lo pensaría un ratito tomando unas cervezas... Y si es en buena compañía, mejor que mejor. Igual eso le ayudaba a tomar la decisión...
ResponderEliminar