sábado, 9 de marzo de 2013

FOTO POR TÍ_Fue una mañana de Marzo



Las mujeres siempre brillan de un modo especial en ese día. Ella no era una excepción. 
Salió a buscarla a la calle. La aguardó afuera y al llegar se acercó, cuando bajó del coche de su cuñado que a la sazón oficiaba de padrino y de chofer, la tomó de la mano y se abrazaron, y la vio perfecta y hermosa, como no podía ser menos en aquella mañana de Marzo: ella estaba simplemente radiante, exuberante, vibrante y feliz, sobre todo feliz. Ese día había llegado, y ahí estaban los dos, a la puerta de la iglesia. Él temblando como un niño en una fría mañana de Reyes, ella segura de sí misma, emocionada de un modo distinto. En su mirada, la certeza de que aquel que la abrazaba sería ya para siempre suyo. Encaminaron sus vidas y entraron al interior del entrañable templo, mientras familiares y amigos les seguían, y el coro entonaba el cántico de entrada. 

Todo pasó deprisa. Las canciones sonaban y enmarcaban los instantes señalados de la ceremonia, el olor a cera caliente y a incienso envolvía todo ascendiendo por las columnas del baldaquino, la luz de las velas titilaba acompasando su fulgor al agitado latir de sus corazones, el brillo de las lámparas, lejanas en lo alto, teñía de oro los añejos y maltrechos retablos. 

Y de pronto se dijeron sí mirándose a los ojos, tomándose de las manos, entrecortada la voz que apenas alcanzaba a salir de sus emocionadas gargantas. Y todo quedó atado en el cielo.

La conoció pedaleando en bicicleta. Aún hoy recuerda bien qué le atrajo en ella. Desde entonces los dos han compartido un largo camino, experiencias y vivencias que vendrían, duras algunas, dulces las otras. Alegrías inmensas que hoy crecen a su lado, sus hijos. También despedidas obligadas por el paso inexorable del tiempo. Algunas, las más, felices. Pero también hubo amargas, las menos.

A pesar de tantas batallas y refriegas, de tantos combates que acabaron siempre en derrota compartida, a pesar de tantas rendiciones y de las amnistías, de tantos tratados de paz y acuerdos tras la contienda, de tantas promesas y de las lágrimas, de tantos perdones y de redenciones. A pesar de todo ello, aún hoy, él sabe igual que entonces qué le enamoró de ella, porque es lo mismo que cada mañana siente al verla su lado, en todos y cada uno de los amaneceres que la vida les sigue regalando.

Aquella mañana ambos se juraron amor eterno. Aquella lejana mañana de Marzo fue el comienzo de una historia que andamos escribiendo todavía. Esta foto fue una de las primeras que nos hicieron juntos. Luego vendrían muchas más.

Pero esas otras, las que han ido llenando nuestros álbumes,  fuí yo quién las haría.

Va por ti. Porque cada noche me duermo al lado de aquella novia radiante. Porque sabes que cada día despiertas junto a aquel novio tembloroso que te abrazó entonces.
En aquella mañana radiante, en aquella primavera nuestra.

12 comentarios:

  1. Sinceramente emocionante. Dulce,tierno,enamorado...Todo lo dice la palabra: "enamorado". Y es maravilloso comprobar que al cabo de los años, sigas, sigáis así. Me has transportado querido Emilio a mi propia experiencia, sólo que "mi querido enamorado" no es capaz de describir así el momento sublime.La foto con la que ilustras el comentario dice muchas cosas. Las siguientes, hechas por tí, dirán muchas mas. ¡Enhorabuena! Es una foto y un comentario que, como de costumbre invita a pensar, a recordar, a desear o a sentir. De momento y como siempre, ¡gracias Emilio!

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  2. Emociona por la ternura que extiendes a los pies de ese recuerdo, ha sido como andar por esa alfombra que me llevó en su día, a un compromiso parecido.

    Enhorabuena a los dos!!

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  3. Vamos, que tiemblo. Me corto un dedo de la mano si alguien me escribe algo así. Más aún, me lo corto si alguien, aún sin escribirlo, lo pensara. Yo también recuerdo aquel día. Cuántas cosas han pasado, y es que el amor, al contrario de los que piensan que es sensiblería, es el sentimiento más fuerte y más duro que existe. Buenas suerte en madrid. Otra experiencia más de la vida.

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  4. Muy tierno y hermoso. Ese sentimiento renovado día a día, año a año, es el autentico motor del mundo.

    Besos

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  5. Lamento haber estado "out" casi todo el día...

    Gracias Chelo!! Sabes que formas parte importante de ese recuerdo...: madrina, ni más ni menos!! También ayudas lo tuyo en esa historia que, todos, seguimos escribiendo.
    Un beso!

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  6. Gracias Gemelas! Parte de la gracia de contar los recuerdos propios es ayudar a que otros recuerden los suyos, claro está. Me alegra que eso haya pasado.
    Y lo mismo digo, es bonito celebrar de vez en cuando ese sentimiento, sea el día que sea, si es compartido!

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  7. Gracias Amparo, en Madrid, pues "Alea iacta est", y esperemos que todo vaya como ha de ir.
    Jejejjj..., bueno, como sabes, son días que uno tiene.

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  8. Muchas gracias Jara. Tú lo has dicho. Un motor que nos mueve, por eso movemos el mundo. Así es. Otro beso!

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  9. A cualquier mujer le caeria la baba si hablaran así de ella!. Yo también recuerdo ese gran dia, y coincide que fue un dia de marzo como el tuyo, concretamente el dia 5, cuando mi corazón palpitaba deprisa sabiendo que algo hermoso estaba, habia sucedido.
    Muy bonito y tierno tu relato,y tu foto no se queda atrás. Ese montaje, seguro creado con tanto esmero y cariño, ha sido un toque excepcional en tu entrada. También el novio que yo recuerdo ese 5 de marzo estaba tan elegante y feliz como ese clik. Ojalá Emilio tu pasión y amor por esa mujer perdure en el tiempo. Felicidades por tu entrega y por TI.

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  10. m.carmen, ya me lo dirás tú..., no?
    Por cierto y para aclararlo, la foto no es un "montaje" fotográfico, aunque sí que tuve que "montar" un pequeño "plató" frente a la pantalla del PC, que me hizo de "background", vamos, de fondo, de decorado. Todo eso, sobre un tablero de ajedrez...
    Ah!, y gracias por lo de elegante...

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  11. Me gusta tu historia Emilio, es tierna y muy hermosa. Tiene poesía y esa dosis de nostalgia que transmiten los buenos recuerdos.
    Un saludo calado!

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  12. Muchas gracias. Nostalgia, siempre compañero, vivo en ella... Buenos recuerdos sin duda.
    Un saludo Latour!

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