jueves, 21 de marzo de 2013

CONDUCTORAS SUICIDAS. HUELLAS VERDES



En su lenta traslación, hoy el planeta Tierra ladeará suavemente su cara norte para recibir la primavera. Sentirá los rayos del Sol con una tímida calidez, puede que hasta su magnetismo haya influido en algún resorte de la memoria de su naturaleza viva.

Estoy segura, hoy el cielo es de un color azul con otra onda de frecuencia, el aire huele a otras esencias, la tierra empieza a vibrar con movimientos imperceptibles y hasta está despertando en mí la necesidad de salir de mi refugio de invierno, cual oso de su osera. 
Recuperar la vitalidad de los largos paseos, aunque sea pisando el asfalto frío y descolorido de la ciudad; sentir entrar el aire a bocanadas en mis pulmones, aunque esté cargado de un mínimo de partículas nocivas suspendidas en esos gases vomitados por los vehículos a motor; deleitarme con el aroma de esas hileras de naranjos bordes cargados de perfumadas flores de azahar, aunque me provoquen el cosquilleo del estornudo; acostumbrar a mis pupilas a dejar entrar la luz a raudales y sin embargo acabar usando las oscuras gafas de sol. En definitiva, desperezarme con la primavera a pesar de sentirme atrapada en la ciudad y sus condicionantes.

Porque hoy he descubierto que la esperanza es verde, la fuerza vital es verde, la determinación es verde. Allí la ví, pugnando por salir entre la rendija resquebrajada del asfalto, junto al bordillo de la acera, alimentándose de un reguerillo de agua que iba derecha a la trapa de la alcantarilla y allí iba creciendo hasta echar su flor, ese diente de león que espero paciente madure para soplar sus abuelitos, despositando en cada uno de ellos un deseo.
Esos deseos que recorrerán la ciudad, desperezando a sus urbanitas habitantes para que emprendan una pequeña transformación, humanizar sus calles. Llevar a cabo una invasión de caminantes, de saludables excursionistas entre bosques de naturaleza verde que atraviesan amplios senderos de aceras, donde se ofrecen rincones de encuentro y descanso sobre bancos de piedra o cálida madera. Hacer desistir a los coches de invadir el espacio como especie depredadora, devolviendo al aire su transparencia, sus aromas verdes. Ganar y recuperar la salud de nuestro cuerpo que se anquilosa en el asiento de nuestro coche, dándole la libertad de movimientos ganados a nuestro solo esfuerzo y premiándolo con la satisfacción y algo de natural cansancio.

¿Queridos Calados y Lectores, habéis pensado en dar un color verde a vuestros pasos? Os proponemos sumaros a un creativo juego lleno de simbolismo.

Besos de Las Gemelas del Sur.

11 comentarios:

  1. Chapeau. Están toocando "Ya llega la primavera" en el colegio de las Teatinas, de Vivaldi. Qué confabulación. Y a pesar de que ya dejé claro que no me gusta nada la primavera, olé por un texto melódico, lleno de contrastes, armonioso y esperanzador. Yo, como siempre,m la temo.

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  2. Ah, y el video, precioso. Qué imaginación y qué buena idea.

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  3. La primavera ya llegó ayer :P
    http://www.fomento.gob.es/mfom/lang_castellano/direcciones_generales/instituto_geografico/astronomia/publico/efemerides/primavera.htm

    La idea del vídeo habría sido aún mejor si los coches borrasen un poco el verde de las huellas.

    Un abrazo!

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  4. Amparo, ya tenemos aquí a la primavera. No me parece mala terapia la música, puede ser un potente antiestamínico contra sus efectos.

    La idea del vídeo es original y divertida. Sería genial poder experimentarlo.

    Besos y flores.

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  5. Jajaja!!!Tienes razón, Ehse, la entrada la escribía ayer y al programarla no pensé. La primavera me altera la sangre y la percepción del tiempo, con eso que se alarga el día...

    Ay!! no, hay que reivindicar el poder del verde frente al negro de los neumáticos, aunque es más próximo a lo real lo que propones.

    Besos reverdecidos.

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  6. De nuevo rebrotando..., cómo somos!
    Preciosas palabras a las que me adhiero como loctite cualquiera. Y el video, muy majo, pero no puedo evitar pensar qué pasaría si algo así se hiciese por aquí..., y siempre se me vienen a la cabeza imégenes, imaginadas claro está, de bandas de gamberracos haciendo de las suyas. No somos chinos, no..., y a veces, es una pena.

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  7. Emilio, puede ser que necesitariamos al policia de barrio vigilando el experimento. Pero yo me imagino esta divertida actividad a la puerta de un colegio, genial y educativa.

    Besos y brotes verdes.

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  8. Me encanta el vídeo y su mensaje. Todos pisamos, todos creamos. Arte en movimiento para comunicar, para educar, para reivindicar... Me gusta la propuesta.
    Un saludo.

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  9. Hola, Gemelas!!
    Tenía un huequito y he venido a veros.;)

    Me encanta comprobar que la vida se hace paso a través del asfalto, en una grieta de la carretera, en una alcantarilla, entre los ladrillos… Yo sobrellevo la primavera como cualquier alérgico; con puñados de pastillas pero encantada de ver cómo la flores lo inundan todo. Reconozco que es una maravilla, aunque soy florecilla de invierno.

    Me ha encantado el video. Qué original.;)

    Un par de besos muy fuertes.

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  10. Nepalí, tu lo has dicho, "todos", es la clave. Juntos podemos alcanzar lo que pensamos son utopías. ¿Seremos capaces de recuperar ese bienestar natural que perdimos?

    Saludos verdes.

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  11. Hola, Luisa.
    Necesario también, ser florecilla de invierno, cultivando un hermoso jardín interior, abonando las reflexiones, recogiendo impresiones, emociones, regándolas con las sensaciones del día a día; todo un vergel para acoger a la inspiración.

    Besotes.

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