jueves, 8 de noviembre de 2012

CONDUCTORAS SUICIDAS. DESTELLOS


En una noche de otoño estrellada, en ese tapiz de oscuro terciopelo azul, tintinean unas luces, puntos infinitesimales de luz blanca intermitente. Reclinada en el asiento del conductor, con la mirada que atraviesa el cristal del techo solar, me extasía, me hipnotiza esa cadencia lumínica y me reta a descubrir cual de las estrellas me guiñará el ojo en el próximo instante. Pensar que esa luz que percibo es de una estrella que quizás fue y ahora no existe me turba, me lleva a comprender la gran inmensidad del universo, de la insignificancia de mi cuerpo opaco, sin luz propia, de mi relativa posición escondida en una pequeña grieta de la tierra. Y sin que mi voluntad lo sepa, me sube la congoja, llega al lagrimal de mis ojos y me obliga a mirar al volante, a encender la radio, a pensar en mis luceros que tengo muy cerca, esperando en el hogar.

Un toque en el cristal pone fin a la estela de pensamientos, mi compañero de viaje entra en la cámara de este improvisado observatorio y reclama la cuenta atrás de salida.
Inicio el recorrido por la pista de salida y a lo largo de la vía, observo una panorámica de fondo oscuro jalonada de multitud de luces rojas que me acompañan en mi dirección y luces blancas rodeadas de unos destellos radiados desde su centro que por el rabillo del ojo llegan a deslumbrarme. 
Este universo que me rodea es tremendamente cercano, su velocidad llega a sumergirme en una inercia que me tiraniza, ya que no puedo dejar de controlar sus movimientos, tratando de descifrar su lenguaje a través de su color, sus diferentes intensidades de destello, su frecuencia, su posición. La subida de tono del rojo frenada me alerta, las destellantes luces azules me ponen nerviosa, las ráfagas de luz blanca me confunden entre el saludo y el aviso de una sorpresa a la próxima revuelta. Pero la figura estelar es la luz ámbar, amarillo solar, el centro del firmamento de las intenciones declaradas, la intermitencia del entendimiento. Ese púlsar estelar que delata el inesperado desplazamiento lateral sin tener que jugar al adivina, adivinanza qué intenciones traerás, porque algunos bólidos se sienten un agujero negro, sin ningún brillo, que nos engulle e incrusta en el campo gravitatorio de su plancha si los ojos de Santa Lucía no te acompañan. El espacio es suyo y abusa de su egocentrismo, no tiene por qué avisar de su presencia, en definitiva es el astro rey.

Y si esa invasión del terreno es más que suficiente para desencadenar una batalla, aunque sea solo dialéctica, estaría dispuesta a desatar la guerra de las galaxias misma, cuando aparece la estrella de la muerte, el Dark Veder de la Vía Láctea que enciende su espada intermitente para abrirse paso sin la menor intención de comprobar que el espacio está libre. Siempre me sorprende su modus operandi, frena y luego pone el intermitente, creyéndose con todo el derecho a interceptar tu trayectoria, a faltarte al respeto cuanto menos.

Pero no todas las estrellas son iguales y en la paz tengo que ser parte de esa tribu que venera a esos astros celestes que nacen y crecen y siguen nuestra estela.


 

 Desde la Luna blanca, dorada o roja, pero siempre menguante o llena, destellos de besos, queridos Calados y lectores.

Las Gemelas del Sur.

10 comentarios:

  1. Hermoso post,cariños a tod@s los calados

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  2. Es muy bonito el video que poneis.

    Lo que no sabía, es que el firmamento estuviera tan concurrido. A poco que nos descuidemos, veremos algún atasco entre estrellas y naves...

    Bss.

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  3. Eres un sol, Fiaris. Encantadas de compartir la mirada hacia las estrellas.
    Besotes.

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  4. Mar, estoy segura que ocurrirá lo mismo que en nuestro planeta, la gente seguirá olvidándose de que lleva los intermitentes para algo, que no son de adorno o para decir que ahora vuelvo con los de emergencia.

    El vídeo es un corto de animación de Pixar que ha presentado a los Oscar. Cuando se pueda visionar completo en youtube no te lo pierdas, es una ternura. Se puede visionar ya en los cines ahora si vas a ver la película Brave(la princesa pelirroja y traviesilla).

    Estelas de besos.

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  5. Precioso relato; cuantas veces esa visión láctea nos ha llenado los sentidos de sensaciones ya vividas o de otras por vivir. Ponemos en cada estrella una especie de deseos de esperanzas creyendo que de algún modo esos parpadeos estelares los harán realidad.

    Precioso relato y estupendo video.

    Un abrazo

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  6. Mirar las estrellas y olvidarse de lo demás.
    El universo es un OH!!! inacabable.

    Besos.

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  7. Contemplar esa armonía en ese cielo, causa admiración, todos los astros moviendose coordinados con las leyes universales, parece mágico. Distinta visión me causa las luces de la ciudad en la noche, destellando en los edificios, moviendose con los vehículos...a veces hieren el ánimo.

    Besos a pares, Logan y Lory

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  8. Toro, solo lo puedo comparar con la impresión que causa una castillo de pirotécnica adornando el cielo en competencia con las estrellas. Emocionan sus estallidos, sorprende su cadencia, entristece su efímera duración, Oooohh!!! y se apaga su luz.

    Carcasas de besos.

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  9. Hola, Gemelas.

    Uf! Cómo he disfrutado vuestro relato. Genial se queda corto. Casi he tocado esas estrellas y el calor de ese púlsar milenario, sin edad, infinito. Bravo.

    Qué bueno es estar rodeada de luces maravillosas. Y sí, no me olvido de dar al intermitente.;)


    Precioso el vídeo.;)

    Un par de besos muy fuertes.

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  10. Me han emocionado tus palabras, Luisa, viniendo de una maestra de las letras me alimenta el entusiasmo por seguir escribiendo.

    Aja! una directora de orquesta que sabe que a la luz del intermitente le acompaña una música celestial con su tic-tac rítmico y amable.

    Besos y besos.

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