jueves, 13 de septiembre de 2012

TRAZADO LIBRE. CONDUCTORAS SUICIDAS



Una negra alfombra rectangular se alarga ante mi vista, parece que se corte en el infinito donde el horizonte. Geometría plana que se desliza bajo mis ruedas. Sin coeficiente de rozamiento, ni del asfalto ni del viento. Líneas aerodinámicas que arremolinan los rebufos de las corrientes de aire en espirales comprimidas y luego lánguidas caen sobre el eje de las ies.

Ejes cartesianos del próximo cruce donde se dibujan las líneas discontinuas de una eterna recta dictadas por puntos de corte estrictamente marcados.

Rectas definidas por funciones afines con pendientes que distraen el aburrimiento, cambios de rasante traicioneros que nos hacen desear trayectorias paralelas y no secantes.

Vectores de fuerza que luchan en las curvas por seguir la línea recta y escapar de la dirección impuesta.

Redondas glorietas que distribuyen el discontinuo flujo de elementos inconexos en el sentido contrario a las agujas del reloj con el punto de fuga hacia la derecha, la prioritaria derecha. Movimiento ordenado por una arbitraria formula matemática, por una lógica impuesta, importada, no explicada e ignorada, controvertida al menos. Intenciones declaradas por haces de luz intermitentes que nos hacen precalcular la trayectoria del móvil, que nos hacen medir la distancia de seguridad, de esperar el principio de acción- reacción.

Caudal que desborda su capacidad e imprime un movimiento ondulatorio por el que viajan las aceleraciones y deceleraciones, proyectando el odio a la velocidad cero, a la larga ocupación del mismo metro cuadrado.

Rodar de esa cinta mecánica sin fin, soporte del movimiento solitario, individual, que permite la velocidad libre, solo ajustado por las fuerzas y energías de su propio movimiento y la relación de su masa, velocidad, tiempo y aceleración, sin el mínimo conocimiento de sus límites, queriéndolos llevar más allá de la pura realidad newtoniana. La realidad como un cálculo de probabilidades, un juego de dados con Dios.

Dejadme abandonar esa recta de leyes deterministas y tomar la salida hacia la zona de descanso para perderme en el área de ese principio de incertidumbre, de la relatividad y disfrutar con la creatividad del caos. Ese caos constructivo a partir del desorden, donde la más pequeña fuerza puede despertar huracanes y conseguir cambiar cualquier status de la realidad más estable.


Besos desestabilizadores de las Gemelas del Sur.

6 comentarios:

  1. Gemelitas, que bueno leerlas, un beso y me ha encantado el texto.

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  2. Hasta caminar boca abajo debe ser divertido.

    :)

    Besos.

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  3. Diego, un saludo de vuelta. Agradecidas de que nos acompañes en este delirio del espacio geométrico y asfáltico que nos encontramos día a día.

    Besos al cuadrado.

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  4. Toro, la monotonía nos puede hacer desear ver las cosas de otro modo. Vamos a darle la vuelta al calcetín y a mirar desde otro punto de vista, con los pies o las manos sobre el suelo.

    Besos desde el otro lado del espejo.

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  5. Jajaja me encanta... ahora entiendo lo de ir de cabeza.

    Un besazooo gigante Gemelas y me subo a ese auto con vosotras.

    Muakssssssssss

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  6. Arwen, es una sensación que descoloca, pero y creo que al final nos acostumbramos a ir de cabeza. Viéndolo así, dan ganas de poner todo patas arriba y recomenzar otro orden.

    Besos.

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