jueves, 10 de noviembre de 2011

CONDUCTORAS SUICIDAS.¡Un juguete excitante!

Tenía coche nuevo color pastel, sin estridencias, un Golf GTI, que rozaba una velocidad de 246km/h. Reunía todo lo que podía desear; asientos anatómicos de cuero blanco que se abrazaban a mi espalda como un amante cariñoso, salpicadero propio de los mandos de un F-15 E... de última generación, lunetas eléctricas que bajaban programadas lentamente cada treinta minutos, para ajustar aún más el climatizador de serie y una vez alcanzado el grado de aireación adecuado se cerraban automáticamente, llantas abrillantadas y de regalo, una manta de diseño, nunca se sabe.

Iba por la autovía de A Coruña, consciente de los 11 km. de recta, que permitirían poner a prueba y a punto mi ejemplar de alta tecnología. Apreté el acelerador sin querer hacerle daño y cuando estaba decidido a meter presión a mi pisada, una mano botó el aire. Pertenecía a un ejemplar humano, apostado en el quitamiendos de la cuenta. Con la otra mano, aquel hombre, esgrimía algo que brillaba y me daba el alto. Sin darme tiempo a reaccionar, un policía sin uniforme y con placa, se colaba en mi coche y me obligaba a ocupar el asiento del copiloto. Hablaba de perseguir a alguien y me recomendaba que me ajustase bien el cinturón. Iba a probar la velocidad punta de mi automóvil, desde otra posición. Llevábamos diez minutos con la nuca pegada al reposacabezas. Sin saber qué o a quién perseguíamos, se me ocurrió preguntar, pero como respuesta, el silencio, al segundo intento, paró el coche y me pidió que lo abandonara, se iban a poner las cosas feas, y podía ser peligroso. Me aconsejó que dejase pasar unos días y si en una semana no me avisaba para recoger el coche, que me dirigiera a la comisaría del centro. Tampoco me plantee lo que estaba a punto de hacer, mi instinto de supervivencia habló por mi, abrí la puerta y descendí del golf rápidamente, un gruñido y una estela con olor a chamusquina fue su despedida...

A los pocos días recibí en mi domicilio una notificación, era una denuncia. Un radar fijo, mostraba una fotografía, ¡de premio!, en la que reconocí a mi flamante y desaparecido amigo de plancha, ¡400 euros y 3 puntos!... así decía aquel panfleto, ¿sería una broma?

Acudí a las oficinas de tráfico a exponer mi arriesgada aventura y no sin soportar una sonrisa incrédula del funcionario mientras me explicaba, éste resolvió diciendo:- Haga un pliego de alegaciones y aporte pruebas que las demuestren, ¡ah! y no se olvide de notificar los datos del conductor, si no lo hiciera, otra sanción paralela, mas cuantiosa, llegará a su domicilio.

Me faltó tiempo para llamar al 091 y exponer mi periplo, me dejaron hablar para luego decirme que no entendían nada. Me personé en la comisaría tal y como me había indicado aquel arriesgado detective, pregunté por el comisario, me recibió en su despacho y cuando estaba volcando toda mi impotencia, me interrumpió diciendo: -¿Qué a tomado usted para fantasear de esa guisa con historias de ciencia ficción?, esas "movidas",-apostillaba- solo ocurren en la pantalla- y siguió -la única persecución que tenemos registrada es a un delincuente por la carretera de A Coruña, al que no pudimos darle alcance- A la par que me hablaba, me señalaba una foto tomada desde el aire, ¡ese es mi coche!, con mi exclamación, el comisario se levantó, llamó a un agente, y éste, con suma educación, me invitó a que le acompañara a una sala contigua para tomarme declaración........

.....Yo maldecí al delincuente, al rádar, a la increíble velocidad de mi juguete y a mi mismo por haber elegido un coche cuya publicidad decía..."ya que no podemos hablar de su velocidad, hablaremos de sus 6 velocidades..."

La velocidad es un elemento esencial en los anuncios de coches, pero dado que no es políticamente correcto hablar de una velocidad de 246 km/h, la publicidad, de forma solapada, afirma, precisamente lo que niega.

Y ahora una fuga extraordinaria, esta sí, ¡de película!

Saludos, queridos Calados y lectores
Las Gemelas del Sur

15 comentarios:

  1. Eso es por ver demasiadas pelis de polis.

    Yo no dejo el coche ni al Rey.

    Besos.

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  2. Seguro que es eso, yo tampoco dejo el coche Toro, pero ¿y si te lo reclama en misión "la autoridad"?
    ............lo mejor, que no corra tanto........así, evitando la tentación de que nos lo pidan, evitamos el peligro de abandonarlo a su suerte......¿o no?

    Saludos Toro

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  3. ¿Y que haría cualquiera en una situación así? Supongo que lo mismo que hizo este hombre. Quizá no debería haber parado el coche y permitir que subiera ese individuo, porque nunca se sabe lo que la cosa puede deparar. Pero claro, es fácil decirlo a posteriori cuando ya han pasado las cosas.

    En fin, no se puede fiar uno de nada ni de nadie.

    Buen relato, Gemelas.

    Bss.

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  4. Bl dirían por ahí. Puede suceder alguna vez, sobretodo en las carreteras de los USA. De todas maneras es un buen relato.
    Un saludo.

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  5. Menudo tipo la verdad es que nunca te puedes fiar de nadie y menos de un desconocido pero claro la situación era la situación.Me ha gustado mucho.

    Abrazos pa tosssssssss

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  6. Demasiada velocidad y un ritmo trepidante, me ha encantado vuestra fuga Gemelas.

    Besos gigantes x 2!! :))

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  7. Así da gusto viajar en Calados.

    Era yo el viajero ejeje.Saludos.

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  8. Ala, eso pasa por intentar ayudar, jejeje genial relato gemelas...

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡

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  9. Bueno Mar son situaciones que nos pillan un poco por sorpresa, y nos dejamos llevar por los acontecimientos sin tiempo para reaccionar.

    Besos Mar

    Si Dean creo que si, sin duda somos más listos y nos costaría creernos lo de exhibir placa reluciente

    Saludos

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  10. Como dice Toro no hay que dejar el coche ni al Rey, que luego te dan por todos lados.

    Saludos Sombra que alumbras Calados!!

    Ay que ver que manejo marcha atrás se gasta el de la limousine! ¿eh Arwen?
    Es te ha ido a algunas clases extras en el Jarama, seguro.

    Besos xdos

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  11. Fredy tu tienes siempre plaza libre, ya lo sabes,
    Un saludo

    Creo que la intención de protagonista de tal aventura, no contemplaba la ayuda como objetivo, pero la ayuda involuntaria le salió cara, desde luego.

    Saludos Dirty

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  12. Un relato muy "rodado". Y es que no sabes si te paran o paras en la carretera, si te puede subir el Lobo o Caperucita.
    Una pasada la persecución.
    Abrazos crepusculares.

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  13. Ala vista del relato, el motivo para compartir el coche con el sujeto que mueve la mano, es la exhibición de una placa cuyo significado asociamos a "no hay más narices que ceder" si no, igual hay represalias, en cualquier otro caso, nos lo pensamos, o directamente pasmos de largo.

    Abrazos Jinete

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  14. Hola, Gemelas.
    Hombre, yo imagino que uno debe verse en esa circunstancia para saber qué haría realmente, pero creo que no le habría dejado pasar por mucha chapa de policía que me enseñara. Si me hubiera encañonado, eso sería otra cosa… y quien sabe. Soy de reacciones adversas y muy desconfiada por naturaleza.

    Buena historia. He seguido de maravilla el recorrido de ese caco disfrazado, jejeje.

    Un par de besos muy fuertes.

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  15. Vaya Luisa, leo que no te dejas intimidar fácilmente, eso está muy bien, pero quizá el elemento sorpresa y la confusión del momento nos hace reaccionar contrarios a nuestra naturaleza, no se, como tú dices hay que estar ahí. Pero estoy contigo, no hay que dar facilidades...

    Besosxdos

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