Muy buenos días de martes, amigos, Calados y lectores:
Vuelvo un martes más a las letras, para traeros en esta ocasión a un personaje muy querido de mi puño y telca; El hombre del banco, que nos va a acercar a una Constelación.
Disfrutadlo.
Arwen
Bajo la atenta mirada de los chopos, el hombre del banco se balancea sobre el columpio deshabitado por la ausencia de niños, mientras la primavera permanece inestable en el parque de la Route, como una muchacha caprichosa que lo mira de reojo y se empeña en salir descalza mientras juega a saltar en los mismos charcos en los que él se sumerge. Y jugando a alcanzarla en su memoria cesa la lluvia y entra el sol con rabia, como si estuviera celoso de él, como si temiera perderla con aquel ser humano que cada tarde, cuando el día termina y la noche desciende por sus zapatos, demolido por la oscuridad que lo ciega, se deja caer en el mismo banco público que lo acoge y lo mece, como una eterna madre protectora. Y allí medio dormido, con la cabeza recostada en ese regazo uterino, clava su único ojo en las estrellas, a través de esas partículas de polvo que sólo son visibles cuando la luz las delata y en ese esplendor múltiple de aquellos astros advierte que no está solo aún cuando la mirada lo lleva a algún lugar al que nunca viajó...donde jamás estuvo, pero ellas, todas...le devuelven la mirada con su resplandor incesante contándole todas las veces en las que ha jugado y ha perdido...el amanecer se retrasa, en su tranquilidad silenciosa, bajo la hoquedad celeste a modo de gran bóveda marmórea, sin campanario, ni iglesia, su corazón en derribo se sujeta tan sólo de las formas imaginarias que se distinguen en el cielo nocturno, uniendo mentalmente los puntos formados por un grupo de estrellas, que pintan sin pincel ni lienzo una melena roja, tan brillante como la propia constelación formada y allá arriba mirándolo fijamente, sin reparos, ni moral, ni tabues, ni prejuicios, ni sociedades, ni individuos... un hermoso ojo le dedica un gesto privado, al tiempo en el que por su lagrimal nebuloso, la emoción se diluye hacia la tierra en forma de aguacero, bañándolo por completo con su llanto circumpolar y allí en el suelo, abatido, derrotado, sin nombre, ni letras, ni números, con la impaciencia de un joven enamorado, el hombre del banco se consuela confirmándose que todos somos polvo de estrellas...
La noche ha sido larga, tan larga como la distancia que separa los astros...por el paseo central del parque, cercana a la fuente de los naranjos, la pelirroja que va de la mano del otro, aumenta el ritmo de sus pasos, para no llegar tarde a su trabajo. El hombre del banco la mira a lo lejos, recordando la noche de amor que han pasado juntos y con los labios entreabiertos y sin dejar de observarla le recita unos sonetos prestados...
El ajetreo matinal de los pájaros, lo saca de su dulce sueño, donde la luz y el sol, lo traen de vuelta a su propio destino, ...el hombre del banco cierra los ojos en un esfuerzo por intentar regresar a su estado anterior y con las puertas de su conciencia cerradas bajo llave, se consuela deseando que algún día todos sus sueños se hagan realidad...
Vuelvo un martes más a las letras, para traeros en esta ocasión a un personaje muy querido de mi puño y telca; El hombre del banco, que nos va a acercar a una Constelación.
Disfrutadlo.
Arwen
(Cap.XVII) EL HOMBRE DEL BANCO: CONSTELACIÓN.
Bajo la atenta mirada de los chopos, el hombre del banco se balancea sobre el columpio deshabitado por la ausencia de niños, mientras la primavera permanece inestable en el parque de la Route, como una muchacha caprichosa que lo mira de reojo y se empeña en salir descalza mientras juega a saltar en los mismos charcos en los que él se sumerge. Y jugando a alcanzarla en su memoria cesa la lluvia y entra el sol con rabia, como si estuviera celoso de él, como si temiera perderla con aquel ser humano que cada tarde, cuando el día termina y la noche desciende por sus zapatos, demolido por la oscuridad que lo ciega, se deja caer en el mismo banco público que lo acoge y lo mece, como una eterna madre protectora. Y allí medio dormido, con la cabeza recostada en ese regazo uterino, clava su único ojo en las estrellas, a través de esas partículas de polvo que sólo son visibles cuando la luz las delata y en ese esplendor múltiple de aquellos astros advierte que no está solo aún cuando la mirada lo lleva a algún lugar al que nunca viajó...donde jamás estuvo, pero ellas, todas...le devuelven la mirada con su resplandor incesante contándole todas las veces en las que ha jugado y ha perdido...el amanecer se retrasa, en su tranquilidad silenciosa, bajo la hoquedad celeste a modo de gran bóveda marmórea, sin campanario, ni iglesia, su corazón en derribo se sujeta tan sólo de las formas imaginarias que se distinguen en el cielo nocturno, uniendo mentalmente los puntos formados por un grupo de estrellas, que pintan sin pincel ni lienzo una melena roja, tan brillante como la propia constelación formada y allá arriba mirándolo fijamente, sin reparos, ni moral, ni tabues, ni prejuicios, ni sociedades, ni individuos... un hermoso ojo le dedica un gesto privado, al tiempo en el que por su lagrimal nebuloso, la emoción se diluye hacia la tierra en forma de aguacero, bañándolo por completo con su llanto circumpolar y allí en el suelo, abatido, derrotado, sin nombre, ni letras, ni números, con la impaciencia de un joven enamorado, el hombre del banco se consuela confirmándose que todos somos polvo de estrellas...
La noche ha sido larga, tan larga como la distancia que separa los astros...por el paseo central del parque, cercana a la fuente de los naranjos, la pelirroja que va de la mano del otro, aumenta el ritmo de sus pasos, para no llegar tarde a su trabajo. El hombre del banco la mira a lo lejos, recordando la noche de amor que han pasado juntos y con los labios entreabiertos y sin dejar de observarla le recita unos sonetos prestados...
"Esta es la raíz de la raíz,
el brote del brote,
el cielo del cielo
de un árbol llamado vida,
que crece más alto
de lo que el alma puede esperar
o la mente ocultar.
Es la maravilla que mantiene
a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón.
Lo llevo en mi corazón".
el brote del brote,
el cielo del cielo
de un árbol llamado vida,
que crece más alto
de lo que el alma puede esperar
o la mente ocultar.
Es la maravilla que mantiene
a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón.
Lo llevo en mi corazón".
El ajetreo matinal de los pájaros, lo saca de su dulce sueño, donde la luz y el sol, lo traen de vuelta a su propio destino, ...el hombre del banco cierra los ojos en un esfuerzo por intentar regresar a su estado anterior y con las puertas de su conciencia cerradas bajo llave, se consuela deseando que algún día todos sus sueños se hagan realidad...
Pones disfrutadlo y realmente es lo que he hecho luego de una jornada muy cansadora hoy esto ha sido ¡LUJO!!!abrazos bonita.
ResponderEliminarUn polvo cósmico.
ResponderEliminarLa imaginación lo puede todo.
Muy bueno.
Besos.
Fiaris el lujo es disfrutarlo con vosotros!!!...un gran beso cósmico :))
ResponderEliminarToro, los caminos inexorables de la imaginación...gracias y me alegra que te haya gustado!! ;)
Arwen
De los mejores que te he leído Arwen,comparto opinión con Toro...cuanto sufrimiento y cuanto amor.Fredysaludos.
ResponderEliminarTodos somos polvo de estrellas... que preciosidad...
ResponderEliminarBesos abisales
Qué amanecer más bello nos has narrado, se me han puesto los pelos de punta y todo, será lo que pasa por dormir al raso.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este cap. XVII.
Fredy siempre es un placer leeros a vosotros y sí indudablemente el hombre del banco derrocha en esta ocasión sufrimiento y amor por todos los poros de su cuerpo...besosss
ResponderEliminarAbismo...no podemos negarlo...es una realidad...un gran beso y disfruta de esta libertad condicional que se nos presenta... :)
Estimado lector...no me digas que tú también andas durmiendo al raso...¡mon dieu!...¿no será el en parque de la Route?...y por casualidad no te habrás topado con el hombre del banco...ja,ja...
ResponderEliminarGracias por sentirlo así y un gran beso constelar... :))
Que gran historia y por primera vez pensaba que el hombre del banco lo habia conseguido y al final solo era un sueño por favor que vida lleva tiene que conseguir a esa pelirroja como sea...felicidades Arwen.
ResponderEliminarY abrazos pa tosssssssssssss
Sombra, nunca hay que dudar de la capacidad humana y del afán por perseguir y alcanzar los sueños...yo creo que lo más importante en ese camino hacia la meta, es no desvanecer, no vencerse y sobre todo luchar y permanecer motivado...todo llegará.... y gracias por seguir junto a mi las andanzas del hombre del banco...
ResponderEliminarBesos.
Que se me olvidaba ,como diría mi amigo diablillo del polvo venimos y en polvo nos convertiremos,ja,ja,ja,ja,ja,gracias por estar ahí
ResponderEliminarYo también deseo que se cumplan sus sueños... ains, cuándo se volverá a cruzar con la pelirroja que le roba el sueño?
ResponderEliminardirty saludos amigos¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Hago un paroncillo entre el trabajo y los pasos de semana santa y me encuentro a nuestro hombre del banco. Grata sorpresa haber podido soñar un momentito junto a él... pero poco me va durar el relax, me temo... sigo mis andanzas entre tronos y olor a incienso.
ResponderEliminarUn beso.
Aunque las metas se vean lejos como las estrellas en el firmamento, no dejamos de mirarlas y soñar en conseguirlas. La magia y la carga emocional que le has otorgado al hombre del banco harán que consiga su sueño.
ResponderEliminarHermoso como un viaje estelar, Arwen.
Besos a pares.
La primera parte del relato es de una ternura tan delicada que sólo una inmensa teta blandita y nutritiva puede alimentar esos hermosos sueños...
ResponderEliminarQué sabio el hombre el banco que sabe seguir el rastro de esas gotitas de vía láctea.
Qué feliz y tranquilito me he quedado.
Besos.
Sombra eso no hace más que confirmar la frase de que todos somos polvo de estrellas...¿o alguien se atreve a negarlo?...ja,ja...besosssss...y gracias a ti por no faltar a la cita con las teclas. ;)
ResponderEliminarDirty... la verdad es que no sabemos cuando se la volverá a cruzar, pero se merece al menos soñar y con ello perseguir sus metas...y ¿conseguirlas?...qui lo sa!...besossss....y gracias por no dejar de segurilo :))
Arwen
Málaga...¿no me digas que has venido adrede a estar junto a él, en mitad de tus vacaciones?...hay que ver que poder tiene este gran hombre del banco....hace poco alguien me comentaba que estando viendo una peli, salió un plano en el que la prota se sentaba en un banco de la calle y me dijo...¿y sabes en quién pensé?...en El hombre del banco...ja,ja.....besos princesa y si te lo encuentras por ahí entre incienso y tambores...saludalo de mi parte y dile que se comporte...ja,ja,ja.... :D
ResponderEliminarGemelas, muchas gracias, la verdad es que cuando las letras salen del corazón, se nota...es algo que se transmite y algo que indudablemente el lector percibe, capta, vive...hoy hemos soñado con él...viajado a la Vía láctea...alimentado sus propósitos...tal vez aún no lo sepamos y ya formemos parte de el mismo....besos gigantes y disfrutar mucho... :))
Delio, un placer leerte de nuevo por aquí, junto al hombre del banco...como ya he apuntado antes, cuando las letras salen directas del corazón, poco puede hacer la vena aorta por ahogar las más profundas emociones...satisfecha estoy pues de haberoslas transmitido y que esa declaración de intenciones y sentimientos haya sido capaz de crear una constelación en el firmamento...sobre los sueños no nos rindamos jamás...
ResponderEliminarBesos lácteos :)
Arwen