Todo lo que nos sucede por primera vez, nos deja huella, el primer día de clase, el primer amor, la primera vez, el primer trabajo, el primer coche....
Allá por los años 50-60, en nuestro país se elegía un utilitario para moverse por la ciudad con relativa rapidez y agilidad. En 1957 nace nuestro rotagonista, el SEAT 600. En la planta de producción, se procedía al ensamblaje en la parte trasera de la carrocería, de un motor de 4 cilindros en línea de 633 c.c., unos 21 CV, 4 velocidades y ¡marcha atrás! El motor funcionaba con gasolina de 72 octanos y tenía 3 fusibles, pero comparado con los microcoches del momento el SEAT 600, era el rey.
En una recién estrenada cadena, una grúa recogía la berlina de dos puertas y la sumergía en pintura, sometiéndola a un bautismo de color. Tras el ritual y los retoques complementarios, el 600, surgía de la cadena de la factoría, serio y prudente. Con la solemnidad que requeria el momento histórico, nuestro utilitario 5 estrellas acató su destino, sin obviar la responsabilidad y la representación que ostentaría a partir de ese momento. Saldría a la luz con un aspecto impecable y una juventud que solo años de prestigioso servicio podría superar.
Sin duda, un momento importante de su existencia, iba a ser el protagonista de la vida diaria de toda una generación. El primer ejemplar fue entregado al hijo de un general y tras él, se fabricarían mas de 2000, durante casi 17 años.
En un principio, no era un coche popular, era un lujo al alcance de unos pocos pertenecientes a la clase media-alta. En 1958, se atrevieron con la versión descapotable. Aquel mocasín con ruedas, consiguió que los usuarios de la época, avanzaran hacia el s.XX de forma más rápida.
Fue caravana improvisada en las vacaciones familiares ocupado más allá de sus límites, testigo de escapadas censuradas, refugio de amantes a la orilla de la playa....
Además de modesto y poco exigente en su mantenimiento, se conformaba con cualquier chapuza de su dueño ejerciendo de eventual mecánico y dicen que para el peatón atropellado, era una garantía, "solía quedar acunado en el morro".
Para aquel admirado utilitario también había llegado la fiebre de los rallyes y se sumó a prodigar el ronquido sordo de sus tubos de escape trucados, y ¡como no! al transformismo mecánico, hasta llegar a transformar el motor....
Pasaron muchos años y mi vigoroso 600, tuvo que someterse a un trasplante, era una práctica complicada y no todos respondían, le iban a cambiar su corazón, sus arterias estaban obstruidas de tanto uso y su motor se había desajustado de tal forma que iba a ralentí, con peligro de pararse y no recuperar las fuerzas. Cuando me dieron la noticia, no podía creérmelo, pensar en todo lo que había rodado, los atracones de kilómetros, las subidas y bajadas por montañas y playas, insolaciones, el frío del invierno... y ahora estaba allí, a las puertas del quirófano, aquella nave con un foso en medio, a modo de potro de consulta de ginecólogo, que le iba a revisar las entrañas. Me despedí acariciando ese enorme y redondo ojo que me miraba con suma languidez, y le prometí que volveríamos a caminar juntos...
Era el último motor que revisaban, ponían a punto y custodiaban hasta el montaje en su acogedora carrocería. De nuevo, los asientos se presentaban con la piel tersa y cuidada de la primera juventud. Sólo quedaban los accesorios, las pruebas que le daban identidad y que permanecerían en nuestra memoria durante décadas.
El 600 fué símbolo de una época bañada en conformismo pero también de cierta esperanza, ¡no quedaba otra! El último 600 volvió a estar en circulación gracias a su transplante. En un escenario distino, recorría el espacio, ahora más mermado, y se permitía hacer algún alarde haciendo rugir su motor nuevo. A partir de ahora, vendrían a sustituirle, otros con el mismo ímpetu, con las mismas ganas de ser utilitario.
Y mi 600 gris me decía adiós montado en la grúa, con destino, hacia ninguna parte....
Besos nostálgicos, queridos Calados y lectores
Las Gemelas del Sur
Quizás pronto volvamos a ellos.
ResponderEliminarCuando, todavía hoy se ve algún 600 por esas calles o carreteras, todos volvemos la vista para mirarlo con cierto mimo, como si de una pieza de museo se tratara.
ResponderEliminarHabeis puesto una pizca de nostalgia en la entrada de hoy recordando y homenajeando (¿por que no?) el pequeño utilitario made in Spain.
Bss y bss.
Hola Gemelas y por fin llego...me ha gustado mucho recordar el famoso y legendario 600, mi padre tenía uno cuando yo era muy, muy pequeña y me acuerdo que estaba pintado de un color granate con una raya blanca tipo deportiva muy chula y mi abuelo tenía otro exactamente igual pintado y cuando salían a la carretera era un show como pequeños ferraris donde cabía "toooodoooo""...ja,ja,ja....
ResponderEliminarSois la bomba!!!
Un besooooo made in Spain con sabor a "cuéntame"...xDDD
Muakssss
Juer pues ya podian sacarlo ahora se venderian como churros...bueno si salimos de la crisis claro...glusss.Fredysaludos.
ResponderEliminarPues no hemos viajado gente ni na en el seiscientos de mi padre,la abuela,los tres hermanos que somos,mi padre,mi madre,las maletas que eran bien gordas,sin aire acondicionado,ni elevalunas electrico,¡aquello si que era viajar!...jajajajjaja
ResponderEliminarAbrazos pa tossssssssssssssssssss
Yo es que soy muy jovencito, ja ja ja. Geniales recuerdos.
ResponderEliminarUn saludo.
¡ojala! volviera seguro que más de un@ nos lo compraríamos. Era más que un utilitario, era el primer coche, para much@s símbolo de independencia
ResponderEliminarSaludos Toro
La verdad, es que nos "ha tocado" la nostalgia esta semana, y para los que lo hemos tenido uno, el recuerdo se extiende a vivencias, personas, objetos y un largo etc.de esos especiales años.
Besos Mar
Mis recuerdos más antiguos con un 600, se remontan a mis 6-7 años,era el coche de mis tíos, después llegó otro, mi primer coche, un 600 gris. A los 18 me compre este utilitario de 2ªmano, que me llevó a todos los sitios, hasta que se agotó de pura vejez.
ResponderEliminar¡¡¡Qué recuerdos!!!
Besos Arwen, me hubiera gustado conocerte de pequeña, te hubiera llevado en mi 600.....
Bueno Fredy, creo que esta entrada surgió tras una conversación, precisamente sobre la crisis, necesitamos economizar gastos, ya que las soluciones no llegan de otra parte, o la crisis se jubilará con nosotr@s!!!
Saludos
Hola Sombra, yo creo que antes, ni teníamos calor, ni agobios por ocupación excesiva del utilitario, teníamos otras prioridades...
ResponderEliminarUn abrazo!!
Eso es lo malo de los recuerdos, que cuando los compartes, no sabes si son capaces de recrear imágenes en los demás, pero de todas formas, siempre es agradable,
un saludo Dean
Me voy a quedar hoy con la primera frase... todo lo que nos sucede por primera vez nos deja huella.. Nunca había pensado de ese modo, pero es cierto, nos influye para el resto de nuestros gustos y decisiones!
ResponderEliminarBesos abisales
Es verdad, la primera vez es el experimento, a partir del cual y según nos vaya, variaremos la fórmula y empezaremos de nuevo o continuaremos recorriendo el camino trazado, descubriendo y viviendo, cada uno, nuestras experiencias.
ResponderEliminarBesos Abismo
Gemelas, Gemelas... hoy nos habláis de vuestra primera vez mmmm
ResponderEliminarDejo algunas preguntas:
¿Cómo cabía tanta gente dentro?
¿Por que parecía que ibas sentado sobre el propio asfalto?
¿Por que en el NO-DO se recalca tanto que es de fácil uso?
Saludos!
Ains, pues yo sé que mi padre tuvo un 600, amarillito, creo recordar que ha contado. Pero el que me quedó grabado, que ya era más mayorcita, es un renault 12 blanco y tal como lo cuenta Sombra, madre mía! y entonces no nos poníamos cinturón de seguridad tampoco y llevábamos la nevera de la playa y la sombrilla, amos todos los bártulos, ahí al ladito.... jo, cómo hemos cambiado ;)
ResponderEliminarYa lo creo Gemelas, si algún día volvemos para atrás (y hablo en el tiempo claro), porque lo de la involución social ya está más que demostrado...ja,ja....contar con que viajo con vosotras en ese 600....vamos eso no me lo pierdo con nada...compañía de lujo....Málaga, la neverilla, la sombrilla y la ausencia del cinturón eso ya es kamikaze...¿o no?....bufff ¿cómo hemos sobrevivido?....xDDD
ResponderEliminarBesossssssssssssss
Y pensad que entonces no había ABS como mucho había un AIBAESE....JAJAJAJAJA....
ResponderEliminarABRAZOS PA TOSSSSSSSSS
De fácil manejo para la familia y y el trabajo y de rápido aprendizaje....bien, empezando por la tercera pregunta.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta que por entonces el cabeza de familia era el hombre y generalmente el único que trabajaba fuera de casa, el mensaje tiene toda la pinta de ir dirigido a él, al tiempo, vemos que quien conduce es una mujer, por lo que también se puede deducir que "si lo lleva una mujer.......", pensamientos narcisistas y machistas de una especie en extinción, eso espero.
Aunque la publicidad en este mercado mercado no ha variado tanto, aún hay quien no puede resistirse a tratar a los pobres varones como crédulos pardillos que fantasean con la idea de comprarse un coche y que venga adosada "la que busca a Jacks".
El 600 era un coche con ruedas de pequeño tamaño si comparamos las de ahora, y de asientos bajos, por lo que daba la sensación de estar incubando en el terreno.
El efecto de ampliarse el interior, debía ser un efecto óptico, con ventanillas pequeñas, daba sensación de habitación, más que de habitáculo, de ahí, albergar en su interior una sobredosis humana.
Así y todo era una forma de viajar aventurada y experimental, sobre todo si te tocaba al lado, encima o debajo de quien tú querías.
Espero haber contribuido con las respuestas
Saludos y bienvenido de vuelta a los jueves, Estimado lector
Bueno Mar, eran otros tiempos, parece que entonces no pasaba nada, solo se vívia, para disfrutar de la excursión, y al volver a casa
tener algo que contar y recordar...¡como hemos cambiado!
Pues nada Arwen, a preparar ese viajecito, con nevera, sombrilla, sillas plegables, mantita,y la cesta con la comida preparada artesanalmente.
ResponderEliminarSombra, el 600, 95 km/h, velocidad de crucero, ja,ja
¡un bólido!
Hola, Gemelas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la parte en la que le están haciendo un trasplante al seiscientos. Lo del potro de tortura del ginecólogo ha estado muy bien, je,je,je…
Recuerdo con cariño el del abuelo de un amigo. Era verde y lo cuidaba con un mimo… Daba gusto verlo; pulido, limpísimo y con las fundas de los asientos impecable.
Buen homenaje este a un coche fue el emblema nacional hace algunas décadas.
Un par de besos.
Bueno Luisa, observo por el comentario que el 600 te pilló de lejos, a mi también, pero tuve la suerte de disfrutar de uno en mi etapa novel de conductora, al que me refiero en la entrada, y sí, era un "juguete" del que guardo muy buenos recuerdos.
ResponderEliminarBesosxdos