martes, 15 de marzo de 2011

SÓLO UNA CALADA MÁS: EL HOMBRE DEL BANCO (La noche de fuego)


Muy buenos días de martes, amigos, Calados y lectores:

Vamos a regresar un día más a las letras, para traeros de mi puño y tecla, una historia muy peculiar de un personaje al que conocemos bien, con todos vosotros: El hombre del banco y "Noche de fuego".

¡Disfrutadlo!

Saludos.

Arwen


EL HOMBRE DEL BANCO: LA NOCHE DE FUEGO

El hombre del banco
ancla sus tobillos en alguna parte de la tierra mojada, alrededor de él una gran guerra de fuego, pólvora y ruido lo situan en el epicentro de una ciudad que lejos de encontrarse en pleno conflicto bélico, incendia el cielo de colores y sonidos. Aterrado, espantado y a la vez maravillado, el hombre del banco deja caer su espalda sobre la hierba humeda al amparo de un gran manto verde que un día fue el antiguo cauce del río Turia, hoy convertido en un gran parque que atraviesa la ciudad. Con la cabeza rescostada y la mirada fija en un espectáculo de humo de colores el hombre del banco imagina formas que estallan y se desdibujan en el aire...palmeras, flores, animales, bajo un manto de estrellas lejanas, el silencio de una multitud cercana lo abriga con su calor humano, cabelleras de todos los colores y texturas, diversidad de tamaños y formas de ojos, bocas, narices, matices inimaginables de pieles forman ese gran manto humano en el que sin saber ni como, ni cuando, se encuentra inmerso, como uno más, dejándose acariciar visualmente por esas formas aéreas. Los disparos de los cohetes le traen recuerdos de su infancia y por un momento cierra los ojos y se observa de lejos caminando de la mano de su madre. Él también tuvo pasado, como toda aquella maraña de caras y cuerpos desconocidos. Su pelo lacio y fino enredándose entre los dedos de su padre, los rizos rojizos de su madre sobre su rostro...tan cercana y tan presente como si jamás se hubiera ido. Una imagen que le recuerda ahora más que nunca a la mujer que va de la mano del otro. Y es ese estado emocional que emerge de su embriaguez el que lo lleva a agarrar con suma delicadeza la mano ajena que tiene más cerca y entonces y con toda la pasión de la que es capaz, la acerca hacia él y la lleva hasta su pecho, la besa sin dejar escapar ni un sólo centímetro de su delicada carne, disfrutando cada milésima de segundo de ese secuestro trémulo, al tiempo en el que abre los ojos y se encuentra de frente con el propietario de aquellas extremidades...un uniformado agente de la policía local que con cara de pocos amigos y mascando chicle cual sheriff del condado, clava su mirada felina en la suya.
Perseguido por aquellas manos, aprovechando el disparo final y con la aceleración máxima de un Velociraptor el hombre del banco se emborrona y desaparece como toda aquella artillería, bajo la noche de fuego.



20 comentarios:

  1. jajjajaj.... me ha encantado la escena. El maravilloso encanto de la simplicidad tan rica en matices. Es tan cinematográfica la escena, tan fascinante con las luces, los fuegos, las fugacidades.... y ese toque de ingenuidad y comicidad que sólo un buen clown podría darle la veracidad necesaria... (Bendito Claplin que estás en los cielos y sonríes) seguro que a él le hubiese encantado protagonizar la secuencia.
    Felicidades, Arwen... una vez más

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  2. ¡plas!¡plas!plas!¡Aplausos al hombre del banco.
    A plausos a ti querida amiga!!!
    Te pido des tu opiñon en mi blog si puedes.
    besos.

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  3. Que osado el hombre del banco, jejeje, me ha gustado.

    Aprovecho de dar las gracias por los comentarios hacia mi relato de la Caja Negra, y claro, cuando cambien las premisas, volveré a participar, un beso para todos.

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  4. Con lo bien que iba....
    Pobrecillo.

    Besos.

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  5. Si es que al pobre hombre del banco le pueden los sentimientos y eso el resto no lo entiende ;P Por otra parte, qué envidia de espectáculo el que está contemplando, quién pudiera estar allí de fiestas con él... a ver como continúan sus andanzas...

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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  6. Delio, algo más que Chaplin purulaba por esos cielos...algo incandescente y sonoro...y claro nuestro hombre del banco que como bien dice Dirty se deja llevar por las emociones...ja,ja...un abrazo y gracias por pasar a disfrutarlo. Besos.

    Fiaris, un aplauso para ti que vengo de ver tu obra y es una maravilla. Besos de sol y luna. ;)

    Arwen

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  7. Diego...ja,ja...ya lo irás conociendo...es tremendo este hombre, peculiar, carismático...no tengo adjetivos suficientes para describirlo... ;) y gracias a ti por participar en la Caja Negra y si te apetece estás invitado a crear con estas mismas premisas un nuevo relato para la Caja Negra III e idem para el resto de nuestros amigos, Calados, lectores y seguidores. Besos.

    Toro...tienes toda la razón... ;P hay que ver la autoridad que mal lleva los asuntos del corazón...xD

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  8. Dirty, lo has clavado!, el hombre del banco es todo un sentimental...tan apasionado que nunca sabemos a donde lo conduciran esos ríos de emociones...ja,ja...

    Y sobre el espectáculo sonoro y visual...sólo tienes que acercarte por aquí para disfrutarlo.
    Un gran beso con olor a pólvora! :))

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  9. Jajajaja...cualquier dia se nos enamora del tio de la vara...este hombre es la caña de España...jajaja esto es pa veloooooo...me ha gustado x 1000 Arwen.

    Abrazos pa tossssssssss en la semana fallera y me quedo junto al hombre del banco viendo ese Castillo nocturno desde el cauce del río bajo el puente de la peineta...

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  10. Disfrutad de la semana fallera que desde mañana tenéis sol para hacernos rabiar...y si veis al hombre del banco tomaros alguna copilla con él...jaja.Fredysaludos.

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  11. Sombra, lo que este hombre nos tenga reservado nadie lo sabe y menos en su imparable camino hacia Oculoris... :D

    Fredy, gracias y por supuesto que si lo vemos nos tomamos algo con él.

    Besos.

    Arwen

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  12. Todos nos hemos sentido alguna vez como el hombre del banco. un relato muy humano y que llega profundo.
    Un abrazo.

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  13. Bueno... no podía ser de otro modo que hoy el hombre del banco nos trae sentimiento y olor a pólvora ;)

    Lástima que le arrebaten este momento dulce...

    Besos abisales

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  14. Ains.... hoy el hombre del banco me ha puesto los dientes largos, con las ganas que le tengo yo a las fallas. Tengo esa cuenta pendiente, quién sabe, igual algún día voy y tengo la suerte de encontrarme con él. Y te aseguro que si me da la mano, no se la pienso soltar a este tierno soñador.

    Hoy, me conformo con el paseíto literario... besitos con sabor a pólvora ;P

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  15. Muy bueno; he disfrutado con la lectura en este interesante blog.
    Un saludo.

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  16. Engullidas ya por la vorágine de la fallas, nos hemos recreado en la enorme plasticidad de tu descripción de la inigualable "nit del foc". Buen retrato y precisa emoción.
    Nuestro hombre del banco ha quedado subyugado por la luz y la oscuridad de la noche, no es para menos y creemos que el policía con su oscuro uniforme y destellante fosforito bajo esa fachada de autoridad, lo ha comprendido perfectamente y lo ha dejado marchar.

    Besos con la fuerza de la pólvora.

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  17. Josef me alegra que te haya gustado y yo creo que en ese punto y como tú bien dices, nos hemos hallado todos alguna vez. Un abrazo. :))

    Abismo, ya lo conoces, es imparable, pero humano, muy humano. Un gran beso con sabor a humanidad a ruido y pólvora... ;)

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  18. Málaga...pues espero y deseo que esos sueños tuyos te traigan algún día por aquí en estas fechas...y estoy segura de que si le das la mano al hombre del banco, no te la va a soltar... :D

    Besosssssssss

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  19. Pilar, se bienvenida a Calados y disfruta de tu estancia aquí. Es un placer leerte.

    Saludos.

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  20. Gemelas, efectivamente en la nit de foc se encontraba nuestro hombre y sabes...pienso como vosostras, que el agente...se ha hecho "cargo" de la situación e incluso se ha enternecido con él...ja,ja...

    Besos falleros!! :D

    Arwen

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