Muy buenos días de martes, amigos, Calados y lectores: Hoy os traigo hasta Sólo una Calada más, un relato breve, de mi puño y tecla...su título: LA JAULA. Disfrutadlo.
La lámpara roja al fondo, el reloj de sobremesa marcando su incesante tic-tac...paso, voces, amenazas, urgencias que exigen más presencias...el aroma a café, dos asientos, sin acceso, ni revancha, sin reformas, ni formas, el tiempo se desliza por el pasillo que da a las diferentes habitaciones, sin convicción, ni boicot, plena confianza en la nada. La situación es la misma, nada cambia. Humo, descendencia, sofás deshabitados...la estancia que no es roja, ni trémula, se queda vacía...un sobre, un consuelo, los agradecimientos, las exigencias, el asunto podrá resolverse sin los mayores daños, la proposición prende en el aire, dejándose arrastrar por toda la estancia para culminar en los detalles de un hastiado corazón, atrapado en su minúsculo tórax, tratando de escapar tras la propuesta, atareando la mente entre las dudas y al último sorbo del café escapa momentáneamente de su hermética jaula social.
Saludos y un abrazo especial a todas las mujeres trabajadoras en el 8 de marzo.
Arwen
La lámpara roja al fondo, el reloj de sobremesa marcando su incesante tic-tac...paso, voces, amenazas, urgencias que exigen más presencias...el aroma a café, dos asientos, sin acceso, ni revancha, sin reformas, ni formas, el tiempo se desliza por el pasillo que da a las diferentes habitaciones, sin convicción, ni boicot, plena confianza en la nada. La situación es la misma, nada cambia. Humo, descendencia, sofás deshabitados...la estancia que no es roja, ni trémula, se queda vacía...un sobre, un consuelo, los agradecimientos, las exigencias, el asunto podrá resolverse sin los mayores daños, la proposición prende en el aire, dejándose arrastrar por toda la estancia para culminar en los detalles de un hastiado corazón, atrapado en su minúsculo tórax, tratando de escapar tras la propuesta, atareando la mente entre las dudas y al último sorbo del café escapa momentáneamente de su hermética jaula social.
Saludos y un abrazo especial a todas las mujeres trabajadoras en el 8 de marzo.
Arwen
Que agobio verdad?
ResponderEliminarDan ganas de ir a correr a la playa...
Besos.
Un relato muy frenético, esperemos que al escaparse de la jaula haya encontrado su lugar en el mundo...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡
Toro, muy buenas...y ya lo creo que el pulso está echado y el agobio se puede cortar como a los quesos...ja,ja...me voy corriendo a la playa...besos.... ;)
ResponderEliminarDirty, frenético y por lo menos algo ha logrado su corazón y es escapar...besos...
Arwen
Lo peor que hay es vivir enjaulado,muy bueno Arwen.
ResponderEliminarAbrazos libres.
El sentimiento del encierro más puro...
ResponderEliminarVamos a abrir la puerta de la jaula, hasta en los días grises :)
Besos abisales
Muy bien Abismo y más hoy "mujeres"... :D
ResponderEliminarBesosssss
La atmósfera que respira al protagonist@ de tu relato es tan sugerente a la par que claustrofóbica que podría situarse en cualquier ambiente.
ResponderEliminarHasta ese aliento intemporal de los objetos domésticos parecen rebelarse contra ese ser oprimido y enjaulado.
Debe ser terrible ser consciente de ello... que lo que amas/amado y llamas "doméstico" es tu propia prision y jaula.
Con lo fácil que es abrir la puerta y salir...¿verdad Delio?... ;D
ResponderEliminarUn gran abrazo!!
Me gusto tu relato Arwen, felicitaciones.
ResponderEliminarA veces no vemos la jaula hasta que no se abre la puerta.
ResponderEliminarun abrazo, Arwen
Gracias Diego un placer compartirlo con todos vosotros. ;D
ResponderEliminarRomek, bienvenido a Calados Hasta los Versos. Espero que disfrutes de tu estancia aquí y desde luego que no puedo estar más desacuerdo contigo en esto de que a veces no vemos la jaula hasta que no se abre la puerta.
Un abrazo.
Arwen
Lo malo de las jaulas es que cuando llevas mucho tiempo allí se te olvida volar y eres incapaz de salir...un gran abrazo Arwen y muy buen relato.Fredysaludos.
ResponderEliminarTus letras han transformado los barrotes de esa jaula en una espiral que ha desembocado en una recta final, liberadora salida. Esperemos se acuerde de volar.
ResponderEliminarMuy buen micro, Arwen.
Besos a pares.
Agobiante esa jaula... menos mal que al final del relato escapa de ella, pena los que no saben o no sabemos distanciarnos de esos barrotes.
ResponderEliminarUn beso, sorprendente Arwen :)
Fredy...eso parece ser que es lo que les ocurre a los pajarillos en cautividad...no dejemos pues que nos ocurra...besosss y muchas gracias. :))
ResponderEliminarGemelas...esperemos....ja,ja...un gran beso!!
Málaga, hay que distanciarse y no quedarse dentro demasiado tiempo....
ResponderEliminarUn gran beso sorprendido.
Arwen