Regresamos un Domingo más a la cita con LA CAJA NEGRA III, el tercer certamen de relato corto y microrrelato que hemos enclavado en Calados Hasta los Versos y para que el que como sabéis tenemos abierta la participación a todo el mundo y podéis hacer historia en ella de un modo muy sencillo y que es enviándonos vuestra obra, de tema libre y que deberá incluir las palabras; dedos, show y felicidad a nuestro buzón: caladoshastalosversos@gmail.com, convirtiéndose en el protagonista de un Domingo aquí en Calados.
Con él, vamos a descubrir que secretos nos depara esta vez LA CAJA NEGRA (III).
Era tarde, la noche se movía al compás de los autos, el tiempo pasaba entre las luces que se posaban comercialmente en los ojos de mi cafiche, él observa la apariencia, la estampa de mi eventual cliente, lo examina con toda la rapidez y precisión que se requiere para estos casos, da el visto bueno, me manda una señal fría simbolizada en dinero, me subo al auto, me voy a un destino incierto… su felicidad no podía disimularse.
Así conocí a Ernesto, un hombre entre los treinta y cinco y cuarenta años, mirada triste y con una erección notable, no era muy grande su herramienta, pero llamaba la atención su palpitar entre mis dedos, fue mi primer cliente, mi primer acto por un porcentaje, me vestí de producto, salí a la venta aquella noche.
Al contrario de otras experiencias que han tenido hombres como yo, la mía fue sorprendente y agradable, aquel hombre que me recogió fue un príncipe que pagaba por sexo, no sólo quiso tener mi cuerpo, también se dio el tiempo de tomarse un café y conversar, no le importaba pagar más de lo debido por un exceso, me di cuenta que Ernesto quería compañía y se la di…
Pero hay personas que se empeñan en apagar las cosas agradables, mi cafiche se rió a carcajadas cuando le conté lo sucedido, me dijo que no fue más que un show que se montaban los clientes con más baja autoestima, que si ahora estoy vivo, es de suerte… “ya verás para la próxima vez, cuando deba ir a buscar tu cuerpo en la morgue, jajaja…”
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Saludos y feliz Domingo a todos.
Arwen
Esta profesión que nos describes para mi opinión siempre es sórdida. Es todo un detalle por parte del cliente quitarle un poco de hierro al asunto y ser agradable, pues una persona no es mercancía aunque comercie con su cuerpo.
ResponderEliminarFelicidades Diego por tu relato.
Bss y feliz domingo.
Todo se compra y se vende (salvo contadas excepciones). En tu relato nos muestras una transacción amable, pero ciertamente es una profesión de riesgo.
ResponderEliminarBuen relato, Diego.
Besos a pares.
Muchas gracias por publicarme, para mi siempre será un honor cooperar con relatos, un beso y gracias nuevamente
ResponderEliminarPues Diego, pues por mi parte te animo a que participes todas las veces que quieras, ya que es un relato muy muy bueno. Muy bien contado, un besito y mis felicitaciones!!
ResponderEliminarEl cafiche no tiene por qué tener siempre la razón... Imagino que habrá clientes de todo tipo... Me ha gustado el relato...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡
Como relato ¡muy bueno! en la vida real mmmmmmmm,tengo mis reflexiones.
ResponderEliminarcariños.
Diego siempre nos presenta personajes desgarradores... nadie como él para describirlos.
ResponderEliminarUn relato estupendo...
Besos abisales
Qué sorpresa encontrarme a Diego aquí jeje. Un buen relato. Un abrazo a Diego y al dueño del blog.
ResponderEliminarOye, no sé qué es un cafiche :(
Muy buenas a todos y por supuesto bienvenidos a los nuevos, pasad y disfrutad de vuestra estancia en Calados.
ResponderEliminarY a Diego felicitarte por tan interesante relato y agradezco en mi nombre y en el de todo el equipo tu participación en la Caja Negra III que en esta ocasión nos ha dejado sin inocencia... :)
Gracias por dejar tu huella impresa en ella.
Besos.
Arwen
Espectacular relato Diego,cafiche por estos avatares será la persona que les cubre las espaldas a cambio de pasta, también llamados chulos.Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo a todos y gracias por estar aquí.De verás muy bueno.
jaj Diego, cari, ahora entiendo el comentario de Romek en mi blog pues hoy tratamos los dos el tema de la prostitución masculina, jaja
ResponderEliminarGenial relato, muy breve pero intenso, con un final que invita a meditar e imaginar. Como todo lo tuyo, cari.
Bezos
Bienvenido a Calados Thiago, disfruta de tu estancia por aquí y si te apetece, será un placer contar contigo haciendo historia en la Caja Negra III, para ello sólo tienes que enviarnos tu relato, de tema libre y que incluya las tres premisas (show, dedos y felicidad) al buzón que encontraras en la sidebar del blog. Anímate a participar será un honor.
ResponderEliminarSaludos.
Arwen
Se hace menos complicado hablar de prostitución cuando se trata de mujeres pero de hombres es espinoso.Felicitaciones al autor del relato.Fredysaludos.
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