Muy buenos días de martes, amigos, Calados y lectores:
Regreso un martes más con todos vosotros, a la tecla con Sólo una Calada más y lo hago en esta ocasión rescantando de nuestro baúl de recuerdos a un personaje muy entrañable y peculiar y que no es otro que nuestro querido hombre del banco...
Y con él y con sus aventuras y desventuras, su particular modo de mirar y afrontar la vida vamos a disfrutar juntos de EL BESO.
Regreso un martes más con todos vosotros, a la tecla con Sólo una Calada más y lo hago en esta ocasión rescantando de nuestro baúl de recuerdos a un personaje muy entrañable y peculiar y que no es otro que nuestro querido hombre del banco...
Y con él y con sus aventuras y desventuras, su particular modo de mirar y afrontar la vida vamos a disfrutar juntos de EL BESO.
EL HOMBRE DEL BANCO: EL BESO.
Fuera en el jardín el otoño se ha colado en silencio, bajo un murmullo, casi sin hacer ruido, atendiendo sólo a los tonos anaranjados y al repiqueteo del agua en los bancos que pueblan sus rincones. Acomodado en uno de ellos, el hombre del banco juguetea con el parche de su ojo, que luce orgulloso y le hace levantar si cabe más su prominente y desairada barbilla. Observa con su único ojo al personal que deambula frente a él y adopta entonces un semblante interesante, elevando los labios como para besar, con los brazos en jarras, se relame la boca, mientras suelta una risotada al compás eufórico de un “ron, ron, ron, la botella de ron” que comienza a entonar desaforadamente...el personal a su paso lo mira con cara de pocos amigos, pero a él le da igual, le divierte, su nueva condición de pirata le parece extremadamente excitante y mientras se regocija en ella, se sitúa a tan sólo dos metros de él esa mujer que va de la mano de otro y que él tanto desea. Momento en el que el hombre del banco comienza a espetarle un guiño de su único ojo, pero se enfada al comprobar que al cierre de su párpado todo es negro y no atina a averiguar si ella le muestra sus favores...así que ofuscado en el intento opta por lanzarle minúsculos besos a la par que abre y cierra rápidamente el parche de su desaparecido ojo, como en un ritual de apareamiento insectívoro...cual es su sorpresa cuando como muestra de su devoción la doctora se dirige hacia él, se inclina, le sujeta la cabeza con firmeza y comienza a inspeccionarlo...
El hombre del banco se abandona a todas las suertes en sus cálidos brazos, deja caer su párpado, ciega su mirada y alarga sus labios para besarla, paralizándose al tiempo en el que otros labios lo reciben generosos y humedecen los suyos, se cuelan entre su lengua, lo saborean y se fusionan en el goce de sus encantos, mientras languidece de placer...lentamente vuelve a recuperar la compostura, respira hondo, agudiza los sentidos de la vista, enfoca la mirada, mientras comprueba que los cabellos rojizos se han tornado rubios y escasos, a veinte centímetros de su cara un hombre de mediana edad y complexión gruesa le acaricia los pómulos dedicándole todo tipo de agasajos...
Petrificado, impactado, omitiéndose entre la espesura del jardín, como un fantasma sin limbo, el hombre del banco siente pánico, enmudece, al tiempo que la joven doctora pronuncia las palabras:
-Le presento a su redentor, el señor marqués.
El hombre del banco, comienza a gritar y a correr como perseguido por el diablo y desparece entre el sendero que delimita el estanque.
El hombre del banco se abandona a todas las suertes en sus cálidos brazos, deja caer su párpado, ciega su mirada y alarga sus labios para besarla, paralizándose al tiempo en el que otros labios lo reciben generosos y humedecen los suyos, se cuelan entre su lengua, lo saborean y se fusionan en el goce de sus encantos, mientras languidece de placer...lentamente vuelve a recuperar la compostura, respira hondo, agudiza los sentidos de la vista, enfoca la mirada, mientras comprueba que los cabellos rojizos se han tornado rubios y escasos, a veinte centímetros de su cara un hombre de mediana edad y complexión gruesa le acaricia los pómulos dedicándole todo tipo de agasajos...
Petrificado, impactado, omitiéndose entre la espesura del jardín, como un fantasma sin limbo, el hombre del banco siente pánico, enmudece, al tiempo que la joven doctora pronuncia las palabras:
-Le presento a su redentor, el señor marqués.
El hombre del banco, comienza a gritar y a correr como perseguido por el diablo y desparece entre el sendero que delimita el estanque.
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Besos cercanos xD
Arwen
TODAS LAS HISTORIAS DEL HOMBRE DEL BANCO
* Y con todo esto aprovecho para comentaros, que el próximo Domingo día 3 de Octubre, regresan a Calados Hasta los Versos, LAS PALABRAS ENCRIPTADAS, en su horario habitual a las 21h. Entre tanto podéis enviarnos vuestros criptex a: caladoshastalosversos@gmail.com
¡Os esperamos a todos!...¡no faltéis!...
¡Os esperamos a todos!...¡no faltéis!...
Que bueno tener de regreso a este entrañable personaje, ahora con un gran corazón y con ilusiones. Delicioso relato.
ResponderEliminarUn saludo.
Menuda sorpresa...
ResponderEliminarCreo que no parará de correr nunca.
Besos.
XDDD... Pobre hombre del banco, no le viene una bien dada eh? Me ha encantado el momento en que intentaba guiñarle el ojo a la doctora, aún con parche en el ojo ;P
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡
Muy buenos días Dean y sí, yo creo que todos nos alegramos de su regreso...veremos a ver lo que nos depara su inquieto corazón y su espíritu invencible... ;) Besossss....
ResponderEliminarToro Ja,ja,ja...muy buen apunte y buena manera también de mantenerse en forma...:D besossss
Dirty disfruté mucho creando ese momento y es que sin gamberradas como esas, éste no sería nuestro hombre del banco...un beso y a ver como se van resolviendo los hechos....
Arwen
¡¡¡ESPECTACULAR!!!,¿que tiene esa tecla tuya que nos hace reir o llorar a tu antojo?y¿que tiene este hombre que nos crea adiccion?Arwen,¡queremos mas!.Fredysaludos.
ResponderEliminarBueno Fredy...¡¡¡muchísimas gracias!!!, yo si que me quito el sombrero con vosotros... ;) pero no me preguntes a mi, que yo no tengo nada que ver y todo el mérito es de nuestro querido y admirado hombre del banco
ResponderEliminarBesos con parche en el ojo!! :D
Vaya,vaya,vaya...ahora que parecía que nuestro hombre pillaba el buen camino,recibía una indemnización millonaria del marqués y estaba en una clínica con su amada va y resulta que el marqués "le ha echado el ojo" jajajajajajajajjaja
ResponderEliminarpobrecillo,si es que no levanta cabeza...yo también te digo que espectacular y que nos des más dosis de tu puño y tecla.
Abrazos y gracias a todos por estar ahí.
Pues sí Sombra, ya ves, el marqués "le ha echado el ojo"...ja,ja,ja...paradojas de la vida y quedaros cerca, muy cerca para ver como se va resolviendo todo esto. :D
ResponderEliminarBesos...
Bien!! por fin!!! ha vuelto! ha vueltoooo!
ResponderEliminarQué cosas le pasan a nuestro queridisimo hombre y cuanto cariño es capaz de despertar, es entrañable... me encanto, besines... pero sin sorpresa, plis :))
Málaga ¡Mon dieu!...la de cosas que le pasan a nuestro hombre...ja,ja,ja... ^.^ en fin que por aquí nos quedaremos a esperar y a ver que ocurre con él, que parece que Oculoris se le complica un poquito... :)
ResponderEliminarBesines sorpresivos y siii por fin ha vuelto de las vacaciones xD
Muaksssssssss
Al igual que en todos sus capítulos el hombre del banco me deja intranquilo. Su maltrecha existencia me inquieta. ¿Que oscuro destino le tienes reservado, Arwen?
ResponderEliminarUishhh que guiños más oscuros le van a salir al pobre ahora... cachisss! Bueno a besitos pequeños lanzados al aire...
ResponderEliminarBesos abisales
Estimado lector todo en esta vida tiene un precio, todo...tal vez el hombre del banco no esté sino pagando el precio de su libertad...una con la que muchos soñarían...o tal vez no... ^^ habrá pues que quedarse cerca para ir averiguándolo, al tiempo que él me cuenta que va siendo de su vida.... :x
ResponderEliminarAbismo ja,ja,ja...todo es cuestión de practica y seguro que aprende a hacer unos guiños vacios de lo más sensuales... :D
Besazos ciegos...
Arwen
El poder creativo de tu tecla le da el toque mágico para que vuelva a corretear el hombre del banco. Nos tiene caladitas por sus huesos, Cuídaselos por caridad.
ResponderEliminarLa falta de perspectiva por la perdida del ojo no le ha dejado apreciar que el marqués estaba detrás de ella. Le vamos a regalar unas gafas 3D. Igual le funcionan o va a ser que no.
Besos a pares.
Gemelas, gracias por acudir a la cita con nuestro hombre, que más que apreciar que el marqués estaba detrás de ella, estaba ante ella...ja,ja...y sí por favor regalarle esas gafas 3D que seguro que os lo agradecerá.
ResponderEliminarUn besazo y ya me encargo de cuidarlo! ;)