Maravillosa y eterna Roma. Concentrada en historia y extensísima en espacio.
Acordamos salir del hotel en coche y dejarlo en un parking de las afueras. A partir de ahí visitarla puntualmente en metro o en autobús y fundamentalmente palparla, admirarla y medirla paso a paso. No fue fácil llegar a ese acuerdo, porque Alex vive en perpetua simbiosis con su coche y su GPS. Accedió y nos tragó la tierra hasta llegar al corazón de Roma y nos desparramamos por sus arterias, mapa en una mano y cámara en la otra.
Cayó la noche y borrachos de placer arquitectónico e histórico y extasiados después de una romantica cena en un encantador lugar como es el Trastévere, nos sobresaltó una alarma, había que regresar en metro y este cierra a las 11 horas.
Alex maldijo no poder tener a mano su coche, pero sin remedio tuvimos que decir pies para que os quiero. Dicho y hecho, llegamos a tiempo de coger el último metro de la noche. Por fín llegamos a nuestra parada "Cornelia", nos vomitó de sus entrañas y ... ¿dónde estábamos?
La noche había ransformado con su negro manto el panorama de la típica avenida de las afueras de una gran ciudad, sin habernos dado cuenta siquiera que habíamos salido por otra de las tantas bocas de "Cornelia".
Doloridos mis pies y ya cansada, empezaba a sentir unos espantosos celos de la señorita que guiaba a Alex desde su GPS a la que estaba añorando lastimeramente delante de mi mapa y poniendo en duda mi brújula interna.
Era tal el cóctel de emociones que me sentía como Alicia en el País de las Maravillas, queriendo encontrar al gato de Cheshire y preguntarle "podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? y mi memoria me devolvió su respuesta, "eso depende en gran parte del sitio al que quiera llegar" y parecía que estaba leyendo la conclusión "siempre llegarás a alguna parte si caminas lo suficiente".
Pues bien, nos encaminamos a buscar a ese gato de amplia sonrisa que nos guiara en mi búsqueda. Evitaríamos encontrar a ese Nerón que incendió Roma o a la Reina Roja que cortaba cabezas. Los temores se fueron desvaneciendo, porque solo encontramos encantadores ciudadanos romanos que nos dieron multitud de pistas hasta dar con la definitiva que nos llevó "al sitio que queríamos llegar". Afortunadamente el español y el italiano tienen mucha afinidad.
Comprobado, "preguntado se va a Roma" y confiando en tu sagacidad e iniciativa también y os podemos asegurar que difícil será se nos olvide el camino de vuelta. El explorador éramos nosotros y no la "voz" que seguimos casi a ciegas y que relaja tus instintos y te convierte en un seguidor "tontón" e irreflexivo.
Acordamos salir del hotel en coche y dejarlo en un parking de las afueras. A partir de ahí visitarla puntualmente en metro o en autobús y fundamentalmente palparla, admirarla y medirla paso a paso. No fue fácil llegar a ese acuerdo, porque Alex vive en perpetua simbiosis con su coche y su GPS. Accedió y nos tragó la tierra hasta llegar al corazón de Roma y nos desparramamos por sus arterias, mapa en una mano y cámara en la otra.
Cayó la noche y borrachos de placer arquitectónico e histórico y extasiados después de una romantica cena en un encantador lugar como es el Trastévere, nos sobresaltó una alarma, había que regresar en metro y este cierra a las 11 horas.
Alex maldijo no poder tener a mano su coche, pero sin remedio tuvimos que decir pies para que os quiero. Dicho y hecho, llegamos a tiempo de coger el último metro de la noche. Por fín llegamos a nuestra parada "Cornelia", nos vomitó de sus entrañas y ... ¿dónde estábamos?
La noche había ransformado con su negro manto el panorama de la típica avenida de las afueras de una gran ciudad, sin habernos dado cuenta siquiera que habíamos salido por otra de las tantas bocas de "Cornelia".
Doloridos mis pies y ya cansada, empezaba a sentir unos espantosos celos de la señorita que guiaba a Alex desde su GPS a la que estaba añorando lastimeramente delante de mi mapa y poniendo en duda mi brújula interna.
Era tal el cóctel de emociones que me sentía como Alicia en el País de las Maravillas, queriendo encontrar al gato de Cheshire y preguntarle "podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? y mi memoria me devolvió su respuesta, "eso depende en gran parte del sitio al que quiera llegar" y parecía que estaba leyendo la conclusión "siempre llegarás a alguna parte si caminas lo suficiente".
Pues bien, nos encaminamos a buscar a ese gato de amplia sonrisa que nos guiara en mi búsqueda. Evitaríamos encontrar a ese Nerón que incendió Roma o a la Reina Roja que cortaba cabezas. Los temores se fueron desvaneciendo, porque solo encontramos encantadores ciudadanos romanos que nos dieron multitud de pistas hasta dar con la definitiva que nos llevó "al sitio que queríamos llegar". Afortunadamente el español y el italiano tienen mucha afinidad.
Comprobado, "preguntado se va a Roma" y confiando en tu sagacidad e iniciativa también y os podemos asegurar que difícil será se nos olvide el camino de vuelta. El explorador éramos nosotros y no la "voz" que seguimos casi a ciegas y que relaja tus instintos y te convierte en un seguidor "tontón" e irreflexivo.
Un simpático guiño a la tecnología, queridos Calados y lectores, que al fin y al cabo nos posibilita nuestro encuentro todos los jueves.
Besos a pares.
Perderse en una nueva ciudad siempre es divertido, más si es una ciudad como Roma... Qué envidia que estuvieseis por sus calles...
ResponderEliminardirty saludos gemelas¡¡¡
Dirty Clothes, la verdad es que descubres Roma de una manera diferente, como si la estuvieras estudiando y la conviertes maravillosamente cotidiana.
ResponderEliminarSssssshhhh, os confiamos un secreto, censurado en el relato, imagínatelo con un par de adolescentes más.
Besos encontrados.
Mmmm....que maravilla Gemelas...perderse en la fantástica Roma...como Benigni en "La vida es bella"...os sigo... :)
ResponderEliminarBesosssss
Jajaja, los cuentos con los gps son muchos y realmente buenos y bizarros... me gusta Luis, hace unos chistes muy buenos e inteligentes.
ResponderEliminarUna ciudad bonita Roma, pero mas bonito el post con la historia...
Un saludo!
Mar.
La malísima reina de corazones y el loco Neron en un mismo párrafo, menuda genialidad, chicas! Le tengo prometido a Roma el ir a visitarla con más tranquilidad, dedicarle más días, disfrutarla mucho más de lo que lo hice la primera vez. No llevaré tom tom, hay ciudades en la que es mejor perderse. El vídeo de Piedrahita lo veo luego... con lo que me gusta el Hormiguero.
ResponderEliminarBesitos... esta semana Arwen y vosotras habéis conseguido que viajemos, eh? :))
Si ya lo dice el refrán "todos los caminos llevan a Roma" :D:D
ResponderEliminarTiene su encanto perderse por las arterias de la ciudad con una buena compañía ;) y no tener un tontón a mano que venga a rescatarnos con mil y una instrucción sobre giros y demás que en ciudad, que te pierde más guíarte (y aquí habla mi experiencia con tonton por ciudad).
Bss a pares.
Arwen, por un momento nuestro consciente traduce este "os sigo", convirtiéndonos en un GPS encantadas de acompañarte y deseando se produzcan estos encuentros virtuales o reales y perdernos juntas por rincones inexplorados.
ResponderEliminarEl Mar, a nosotras también nos gusta Luís en su faceta de cómico (está genial en el vídeo) y también como mago últimamente.
Nos ha llegado directo al corazón sin utilizar el GPS , el halago al post. Gracias.
Nosotras también compartimos tu determinación de volver a Roma, hay tanto por descubrir y sus gentes crean un ambiente tan especial y próximo. El tomtom solo para buscar el hotel el primer día, luego a dejarse guiar por instinto. Adoptamos como máxima tu frase "hay ciudades donde es mejor perderse". Viajemos y perdámonos amigas Caladas.
Besos a pares.
Mar, cierto es que todos los caminos llevan a Roma y es curioso, cuando estás en ella ¿cuál es tu guía? necesitas el mapa porque está llena de tesoros a cada paso.
ResponderEliminarDejarse guiar por el tomtom es cosa seria, porque hay que ser experimentado en ello y multitarea si no queremos perdermos detalles que nos pueden dar un susto y no os contamos cuando hay obras que no tiene previstas y estas oyendo que vuelve a sus trece la insistente voz. Pero practica Mar, que a veces si no es con Tomtom es difícil llegar a determinados sitios.
Quo vadis? (¿donde vas?) Mar.
Besitos latinos.
Yo con vosotras me voy al fin del mundo y sin ton-ton...con jipiese...jajajajaja
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonita semana de viajes por Calados así si que se combate bien el sindrome postvacacional ajaja el Piedrahita se sale.Muy bueno.Fredysaludos.
ResponderEliminarSombra, reserva los billetes que nos vamos. ¿Quieres ser tú el guía? Un GPS de carne y hueso al que poderle dar un achuchón cariñoso si se equivoca, porque ¿ por dónde queda el fin del mundo?
ResponderEliminarFredy, seguro que te ocurre a tí lo mismo, después de los viajes queda un periodo de sosiego donde sedimentas todas las sensaciones experimentadas y hasta las sublimas.
Estamos contigo, Piedrahita es genial.
Besos a pares.
Perdón, llego tarde. Estaba perdido.
ResponderEliminarEstar perdido, es mi nuevo estado natural, aunque ya me acostumbro a obras, callejas y callejuelas.
Desde aquí quisiera mandar un saludo a mi GPS, lianta como pocas, pero de voz lo suficientemente sensual como para olvidar indicaciones equivocadas.
Qué envidia recorrer Roma, ains...
Vuestro en la distancia,
Estimado lector.
Gemelas, si practico cuanto puedo. Pero cuando en tontón le da por mandarte por una calle con dirección prohibida una y otra vez en un círculo infinito, opto por apagarlo. Lo último fue que me llevaba de cabeza a un parking, si como lo oís, a un parking cuando intentaba buscar una calle (cercana al parkin, eso sí)
ResponderEliminarPor eso digo, que en ciudad a veces más vale hacer uno de gipe-ese, como dice Sombra :D
Roma, veinte años, una vespa, Audrey Hepburn, vacaciones, calor, recuerdos. Roma, Fedrico Fellini, William Wyler, esa “Roma, città aperta” de Rossellini, acogedora, romántica, cálida…..
ResponderEliminarA lo que íbamos Roma no es ciudad de GPS, ni ciudad de Metro, en ella hay que perderse, sin prisa, en su irregular e histórica superficie, en sus calles, en sus plazas, con sus gentes. Roma hay que vivirla no visitarla.
Abrazos a pares gemelas.
hola aqui de nuevo luego de mi desaparición obligada,me pondré al día en muchos días pues es una maraña de cosas para hacer,envio abrazos y despacito y por las piedras iré viendo todo,besos y gracias por ser.
ResponderEliminarQue bien has narrado tu aventura "romana". Me ha gustado mucho, así como los videos que has expuesto. Enhorabuena. Saludos
ResponderEliminarA veces Mar hay que dejarse llevar por la intuición, o por los impulsos, también nos pueden llevar donde queremos. Un beso
ResponderEliminarCierto Aprendiz, Roma hay que vivirla y experimentarla, paseándola, descubriendo rincones imaginando su historia...¡en fin preciosa ciudad!para amantes del arte, de la historia, y de todo lo demás..........
Un abrazo
Un abrazo
Bien Fiaris, despacito y buena letra, nosotros te esperamos con todas nuestras historias para que las visites cuando puedas y te apetezca.
ResponderEliminarUn abrazo
Nos alegramos de que te haya entretenido esta historia tintada de fantasía y respecto a los vídeos, hay muy buen material por la red!
Saludos Anrafera
Estimado Lector deseamos que nunca pierdas el norte y tengas el destino decididamente claro, manteniendo la cabeza fría, no vaya la sensual voz a alterarte la brújula. Nosotras tememos de guía a chiquito de la Calzada y tampoco nos podemos enfadar con él.
ResponderEliminarPodríamos acortar distancias si accedes a cambiar la sensual voz por la nuestra dualizada y en estereo.
Mar, si parece inteligente y todo, había satisfecho tu deseo más oculto "aparcar". Un punto débil del aparatito es que si no tiene actualizada la base de datos, está perdido.
Aprendiz, coincidimos, somos un@s enamorados de Roma y por las referencias que indicas no puede ser de otra manera ¿verdad?
Como Málaga, necesitamos volver, porque como apuntas hay que vivirla, pero el escaso tiempo en la primera vez no te permite sumergirte en su vida íntima y cotidiana todo lo deseable, hay tanto que ver!!
Hola Fiaris. Bienvenida. Es encantador sentir el calor de tus palabras y tu cariño. Tómate tu tiempo y disfruta de la tarea de conoceros tu nuevo ordenador y tú.
Una reseña interesante, los italianos utilizan el "Ciao" tanto para saludarse como para despedirse, asi que...
Ciao, Calados y lectores y grazie tanti por compartir.
Gemelas por fin he podido escuchar el audio y ahora más tranquila y relajada os comento... genial la historia, muy bien hilada y narrada y me da la sensación de que tiene más de vercidad que de ficción...¿me equivoco?...por otra parte la frase "empezaba a sentir unos celos espantosos de la señorita del GPS que guiaba a Alex" me parece en si una auténtica maravilla...ja,ja...y por último el monólogo de Piedrahita es simplemente genial...desde ese Sr. "Tontón"...a la hermana de Vodafone pasando por bajar la ventanilla y preguntar que al menos y en mi caso si es lo que funciona... :D
ResponderEliminarUn abrazo gigante Gemelas y un lujo asistir a la cita con vosotras y vuestros senderos cada Jueves...¿qué será lo próximo???
Un gran beso a pares!! ;)
Arwen
Arwen, tu dominio del arte de las letras te ha llevado a detectar la veracidad de la historia. Le hemos vestido con un velo de fantasía, pero básicamente nos perdimos. Las aventuras y desventuras de los viajes es lo que lo hacen especiales y pueden dar lugar a fuente de inspiración creadora. Alguna aventurilla hay más, ya veremos si cuajan en algún texto.
ResponderEliminarTu también ratificas con nosotras que preguntando se va a todos sitios y además el contacto con la gente del lugar es enriquecedor, ahora bien lo que llevamos peor es el tema de las lenguas extranjeras, es un handicap.
Apreciamos enormemente tu positiva valoración que nos estimula a seguir creando y buscando caminos nuevos o redescubriendo otros olvidados. Mantenemos la sorpresa para el jueves próximo.
Besos de potencia al cuadrado.
Nos encontraríamos en una de las vueltas perdidas por Roma??? jajaja... yo también estuve por allí, y es una delicia perderse!
ResponderEliminarBesos romanos desde el abismo
Roma, una ciudad única para visitar con gps o sin él. Y eso que mi gps no tiene la voz sensual, pues es mi propia montura, ¡cosas de jinetes!, El vídeo muy bueno.
ResponderEliminarAbrazos crepusculares.
Abismo, tal vez si, quien sabe!!. Nos encontramos con muchísimos españoles disfrutando de sus calles y plazas. Especial encanto tenían las fuentes que encontrabas en muchas calles de agua fresquísima que aliviaba tu sed y calor en tu andadura y pensar que siguen allí desde la época romana. Magnífico.
ResponderEliminarBesos a pares.
Jinete si visitas Roma olvida el GPS, traza una ruta en el mapa y déjate llevar por tu instinto. Haz caso a tu GPS interior, es la voz que mejor conoces.
ResponderEliminarAve Jinete, las que disfrutan escribiendo, te saludan.