martes, 2 de marzo de 2010

SÓLO UNA CALADA MÁS: La Pecera.

Muy buenos días, amigos, Calados y lectores:

Vuelvo un nuevo martes con vosotros y con las letras mientras voy dándole SÓLO UNA CALADA MÁS, y permitiendo que el hombre del banco se tome una merecida tregua y se recupere de sus últimas desventuras, hoy os traigo por aquí un relato de mi puño y tecla, que lleva por título, La Pecera.

¡Que lo disfrutéis amigos!.

Saludos.

Arwen



LA PECERA

Cierra el libro de golpe. Le falta el aire. Dos minutos empleados en él. No perdidos. Las palabras se acumulan en su mente como pequeños riachuelos de caracteres extraños sin rumbo fijo, intentando alcanzar los senderos de una decisión no tomada todavía. Con torpeza, intenta levantarse, sin tener en cuenta la fragilidad de su propio cuerpo. Olfatea minuciosamente la estancia que la rodea y que huele a leche y a galletas, pero suspendido en el aire un nuevo aroma delata una presencia que no es la habitual, sin dudarlo se dirige hacia el tabique más cercano, la pecera sigue allí, tan próxima a la playa que si la marea subiera, se la llevaría. Pero en esta parte del mapa en la que se encuentra, las mareas apenas se aprecian por lo que tanto la pecera como su habitante siempre permanecen allí. Un golpe seco arroja un sonido de cristales fragmentados que dejan desparramar entre sus grietas todo el agua contenida que no tarda en bañar sus pies desnudos...el aleteo incesable del pez anuncia una muerte por asfixia entre su dedo pulgar y el espacio que queda entre las baldosas, pero peor que todo esto es que hoy no espera visitas. Mala tarde para morir y mal momento para los lamentos, así que sabiéndose acompañada retrocede con paso lento hasta el mismo sofá en el que prácticamente vivía...presa del pánico agarra su bastón blanco y encomienda a él su propia vida, cerrando los ojos en un sueño invisible que le devuelve la misma oscuridad que sólo puede ver abriéndolos y recuesta su joven cabeza en uno de sus brazos haciendo que dormía.

- Te he dicho que fueras con cuidado, es ciega pero no sorda - alegó una voz masculina-
- Calla que va a oírnos -respondió otro hombre-
- Llévate lo que puedas y vámonos.

Mientras la desvalijan Clara repasa imaginariamente los últimos momentos del pequeño anádromo, jamás había necesitado sus ojos, pero ahora deseaba más que nunca poder ver, alzarlo entre sus manos y llevarlo con ella a ese lado de la playa donde si la marea subiera se los llevaría...pero recuerda súbitamente que en esta parte del mapa las mareas apenas se aprecian por lo que ellos siempre permanecerán allí...bajo la ligera falda de algodón sus piernas temblorosas se doblegan ante el cálido líquido que se desparrama por ellas, mientras un charco de miedo y orín forma senderos marinos entre las juntas de las baldosas para desembocar junto al agua de la pecera en un pequeño archipiélago exiguo de humanidad. Tan sólo dos metros más allá una cristalera gigante anuncia la arena, la tarde templada bañada por los rayos de sol y el sonar de las olas acompasado por una brisa ligera, proyectan en los ventanales la visión de un acuario mayúsculo donde habitan eternamente, los peces ciegos.

23 comentarios:

  1. Lo primero, Arwen... me ha encantado la foto!

    Lo segundo... ¿cuantas veces habré dicho lo mucho que me gustan tus relatos?, no las sufucientes. Una historia contundente, desde luego... y aunque el hombre del banco no esté por ahí, se nota ese cosquilleo que produce la protesta social, la reivindicación por un mundo mejor. Sí por favor.

    Un bsazo!

    ResponderEliminar
  2. Felicidades Arwen.
    Es un relato muy bueno.
    Buenísimo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Xto, la verdad es que la foto en sí ya dice muchas cosas... ;)y me alegra que te gusten mis relatos, ya sabes que todos los martes traigo uno nuevo de mi puño y tecla por aquí y que si durante la semana te quedas con ganas de leer más, ahí está mi otro blog (Sólo Una Calada Más) para seguir disfrutando.

    Un besazo y un placer compartirlo con vosotros. ;)
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Toro, gracias de verdad, me alegra que te haya gustado tanto y viniendo de ti que también sientes pasión por las teclas, es todo un privilegio. ;)

    Besos!!

    ResponderEliminar
  5. Exquisito,alucinante.Felicidades Arwen.Fredysaludos.

    ResponderEliminar
  6. Arwen, me gusta mucho como escribes y no sólo cuando sacas a escena al hombre del banco (que me encanta) sino cuando dejas volar tu imaginación y pintas lienzos como este. Un aplauso me ha parecido genial.

    ResponderEliminar
  7. Gracias Fredy y también por pasarte por aquí a compartir estos ratos con las letras conmigo. Besos, ;)

    Y Sombra un beso y no puedo contener esa imaginación...ya lo sabes... ;D
    Gracias por el aplauso... ;)

    ResponderEliminar
  8. Es una labor díficil la de separar a los ciegos del resto porque en este mundo todo el mundo está loco y un poco ciego... Así que se necesitaría una pecera muy grande...

    Muy bonito relato Arwen, como siempre...

    dirty saludos¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  9. Enorme pecera Dirty!!!...

    Un besazo y gracias por disfrutarlo! ;D

    ResponderEliminar
  10. Estremecedor tu relato de hoy, Arwen.. ese aumentar la lente en tu descripción por el detalle hace que contenga la respiración, casi puedo oler la habitación.
    Me hace pensar que vivimos en una pecera dentro de otra y así sucesivamente como las muñecas rusas... Pero el mar está ahí afuera aunque sólo percibamos el flujo de las mareas.
    Me ha encantado.

    ResponderEliminar
  11. ;P Muy buena tu reflexión Delio y muy interesante lo que planteas...

    Besos.

    ResponderEliminar
  12. Hola Arwen, como siempre tus relatos son fantasticos, la dura realidad mostrada en una historia sensible.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  13. Gracias Tr ;) y una historia de sensibilización que es un placer compartir con todos vosotros...

    Besos.

    ResponderEliminar
  14. Pues llego un poco tarde, ya sabes que andaba de dia festivo, así que despues de todo lo que te han dicho poco resta por decir, que has conseguido que me "zambulla" en la narración por completo, en algunos momentos he sentido impotencia, claustrofobia... muy bueno, como siempre... luego a la noche a ver si puedo ver el corto, besos!

    ResponderEliminar
  15. ...un placer leer tan buenos relatos...mucha sensibilidad. Estupenda fotografía¡ Cordiales saludos.

    ResponderEliminar
  16. Málaga nunca es tarde y menos cuando os pasáis a "zambulliros" conmigo y mis caladas...gracias xiqui!! ;D

    Besotes y pásate a ver el corto cuando puedas que te gustará seguro... ;P

    Y Anrafera, gracias a ti también y me alegra que te haya llegado esta "pecera"""...un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Siempre me han angustiado las peceras, ese dar vueltas y vueltas en un reducido espacio, aún sin carecer del sentido de la vista ya resulta insoportable. Delicioso relato, ya es hora de que te lances como escritora, publica una novela completa que tus ideas son muy buenas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. Gracias Dean,la verdad es que es una idea que no descarto y de hecho quiero hacer una primera edición de relatos y microrrelatos y tranquilos que os avisaré, contad con ello....xD
    Tengo algo publicado pero a nivel oficial de concursos a los que me presentaba y donde logré colarme finalista. Y por supuesto que más hacia adelante me gustaría embarcarme en una novela, de momento estoy poniendo a ejercitar la tecla y sobre todo disfrutándolo mucho.

    Un besazo y yo también soy de la opinión de que las peceras son jaulas...jaulas de cristal que encierran a sus habitantes...pero al fin y al cabo "contenedores" de libertad...

    Besos...

    ResponderEliminar
  19. Precioso relato de una claustrofóbia transparente. Dudamos si la foto se inspira en el relato o es el relato el que inspira la foto, conjunto perfecto.
    Besos.

    ResponderEliminar
  20. Muy buenas noches Gemelas y el relato surgió primero, mi sorpresa fue buscando la foto encontrar esta maravilla que parecía hecha a medida.

    Un besote y un placer teneros Calandoos conmigo! ;)

    Arwen

    ResponderEliminar
  21. Peceras, acuarios. Trozos de mar de andar por casa. Podría servir como definición.

    Me encantan las peceras y los acurios. Me etoy planteando, hace algunos meses, si me compro un acuario para casa. Lo que me frena un poco es ver en lugar donde lo coloco y el tamaño. Ya veré. De momento me quedo con esta pecera que la puedo sacar y guardar tantas veces como quiera en el monitor de mi ordenador.

    Felicidades por el relato.
    Mar.

    ResponderEliminar
  22. Que dura realidad se halla entre ttus palabras, Arwen. Delicioso relato que muestra de una manera increiblemente bella la crueldad de unos y la impotencia de otros.. Esa metafora con la mar, me ha parecido sublime.

    ResponderEliminar
  23. Mar, Athman...muchíiiisimas gracias...un placer compartir con vosotros estos momentos...

    Besos ;D

    ResponderEliminar