Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas

lunes, 26 de enero de 2015

35 MILÍMETROS. LUCKY LOU



Hoy lunes, un lunes cualquiera, vamos a inventar nuestro propio lunes. ¿Dependerá de nuestra actitud la creación de este lunes? ¿Puede haber un lunes diferente para cada uno o visto desde la mayor objetividad es un lunes cualquiera? ¿Es la realidad tan aplastante que nos deja sin elegir la respuesta? o quizás ya la demos nosotros de antemano con nuestra voluntad de poder sobre la vida. Una voluntad de poder fuerte, que asume riesgos, que encauza los instintos para aprovechar su energía o una voluntad débil que actúa a la defensiva, que tiene miedo ante el más mínimo obstáculo, que los esquiva. 
¿Qué pasaría cuando dos voluntades contrapuestas se encontraran? Dicen que los polos opuestos se atraen y es posible que en el amor también suceda así. O quizá todo sea un tópico.

Hoy tenemos un lunes muy interrogativo, así que vamos a distraer nuestra mente con las trepidantes imágenes de este corto con el título "Lucky Lou" obra de Michael Bidinger y Michelle Kwon, dos alumnos del Rinding College of Art and Desing de Florida que realizaron como proyecto final de carrera. Creo que se merecen una matrícula de honor. Esta lleno de efectos visuales y de iluminación dignos de Pixar.


Buen comienzo de semana, queridos Calados y Lectores,.... de quien dependa.

Las Gemelas del Sur.



lunes, 5 de mayo de 2014

35 MILÍMETROS. West of The Moon.


Este lunes nos vamos a sumergir en un mundo tierno, lleno de inocencia surrealista, producto de la imaginación de los niños. De la mente de ellos surgen historias con una lógica natural y diferente de los adultos, pero las mejores se encuentran en sus sueños. Esta es la idea que recogió Roger Omar, editor y recopilador de sueños infantiles que va cazando aquí y allí, en Valencia (España) o en México, Brasil, Cuba o Francia y ha creado un sello independiente, el monstruo de colores no tiene boca, que se dedica a editar sueños ilustrados, contando con la colaboración de renombrados artistas como Thomas Wellmann, Fred Blunt o el español Javier Sáez. Ha creado una colección de cuentos acordeón con 6 sueños cada uno, ya tienen 23 colecciones que se presentan en español, inglés y otro tercer idioma.
En esta ocasión, este Libro de los Sueños ha sido la inspiración de Brent Bonacorso para realizar este corto. Una hermosa, fantástica y onírica  historia de amor que va más allá de la física y del tiempo. Permitidme la licencia de ofrecerosla en inglés sin subtitulos, pero la belleza de las imágenes y sus efectos adornando la historia, merece la pena visionar.



¿Sois capaces de recordar algún sueño de vuestra infancia y.... de contarnoslo?

Felices sueños, queridos Calados y Lectores.

lunes, 23 de septiembre de 2013

35 MILÍMETROS. LA FÁBULA DEL DIBUJANTE de Paloma Zapata



Tímido, bohemio, soñador, con un encanto un poco descuidado, así es el protagonista de esta historia, un dibujante que se encuentra en esa fase profunda de falta de inspiración. Pero en un instante casual aparece el motivo, la espoleta que hace que salte la chispa, el amor que abre mundos interiores, ventanas a una realidad inventada o verdadera, ¿qué más da?
Porque el artista es un ser humano que ha dado un salto en su evolución, se mueve en una esfera con intereses poco materialistas, siente el mundo desde otra perspectiva, ve en la realidad lo que la mayoría no ve, está conectado a esta existencia a través de otro canal, el de la sensibilidad, gracias al código de la imaginación y la creatividad.  ¿Puede ser su universo más complejo que la propia realidad?
Es por eso que me encanta la historia por la sencillez de las cosas cotidianas, su naturalidad, por su honestidad, por su claridad y porque confieso que soy fan de Juanra Bonet, el actor principal, que encaja en el papel perfectamente. Pero la fatalidad parece que separa a la pareja una y otra vez, aunque quizás ese atropello sea el comienzo....



Besos interpretativos.


lunes, 22 de julio de 2013

35 MÍLIMETROS. MANGUITOS de Roberto Pérez Toledo.



Un escenario muy a propósito para el verano donde se desarrolla una historia de amor.
Es un corto sencillo, muy inteligente, donde la voz en off es la protagonista.
Creo que puede desencadenar posiciones enfrentadas, os puede encandilar o no gustar nada.
Pero sí podéis pensar, ¿qué harías por amor?



35 Mílimetros se despide hasta septiembre y entre agua dulce y salada nadaremos La Gemelas del Sur.

FELIZ VERANO!!!

martes, 5 de marzo de 2013

LA GATA SOBRE EL TECLADO. El amigo del alma




Había sido su mejor amigo, uno de esos amigos de los que llaman del alma. Habían compartido deberes escolares y primeras novias. Habían hecho novillos los viernes por la tarde y se habían emborrachado por primera vez, y no última, a los catorce años. Sin darse cuenta se habían convertido en hombres de pelo en pecho. Juan se había casado con Lourdes, una chica de la barriada, y Arturo se había ido a vivir con una señorita de clase alta, pero a éste último la alianza le había durado lo que un caramelo a la puerta de un colegio.


Juan destripaba sus recuerdos aquella tarde de finales de invierno mientras trabajaba el mármol. Era un artista y lo sabía, pero en aquel trabajo en concreto estaba poniendo especial interés. 
El mármol era travertino, de color amarillo oro, con unas vetas anaranjadas que le dotaban de luz propia. Las letras, plateadas, que últimamente se estilaban, y sin lugar a dudas, las tendencias de moda llegaban en estos tiempos de imagen hasta las mismas puertas del Paraíso. Fue colocando las consonantes y las vocales hasta concluir el nombre: Arturo de la Peña García. Perfecto. El texto estaba por ver, pero si algo tenía claro Juan es que no iba a escribir Descanse en paz. Desde luego no era la frase más apropiada dadas las circunstancias, porque malditas las ganas que tenía de que descansara en paz el muy cabrón. Más bien deseaba que la conciencia le atormentara más allá de la vida y le acompañara hasta las mismas entrañas del infierno. Mejor poner Tus seres queridos no te olvidan. Era una frase muy manida, pero se prestaba a cualquier interpretación. Tus seres queridos... -pensó Juan mientras hacía esfuerzos por sonreir-. ¿Y que pasa con los que un día te quisimos y luego traicionaste? Tampoco te vamos a olvidar aunque quisiéramos.

¿Cómo sería posible olvidar la traición, la mentira, la infamia? ¿Cómo olvidar aquella tarde de playa cuando los tres caminaban sobre la arena mojada, y Arturo miraba a Lourdes como si quisiera zamparsela de un bocado? ¿Cómo ignorar aquellas cenas compartidas en la terraza de casa en las que Juan sentía que sobraba tanto como el espantoso mantel de hule que cubría la mesa
Arrebatando terreno, escarbando como un topo musaraña, Arturo fue llegando al corazón, y un poco más tarde, al cuerpo moldeado de Lourdes. ¡Amigo del alma, joder! Y lo había sido en cierto sentido. Era siempre el que escuchaba, el que consolaba, el que acompañaba, el hombro sobre el que llorar, el paño de lágrimas. Y en la cercanía confiada, había ido destruyendo su relación desde dentro, como en una metástasis violenta que hubiese fagocitado cada uno de sus sentimientos. No debía torturarse con lo recuerdos, así que siguió pensando en el texto más adecuado. También podía escribir sobre aquella lápida anaranjada, Te recordaremos siempre, porque Juan estaba seguro de que lo recordaría cada minuto del resto de su vida, cada tarde, cada mañana, cada noche arrebatada. 
Sintió odio hacia sí mismo por no haberse dado cuenta antes de que el amigo del alma le había arrancado de su vida lo que él más quería, había invadido su territorio, había ocupado su cama. Con pasos quedos y sigilosos, como una pantera, Arturo había saltado sobre su presa para hacerla suya y había roto su horizonte de promesas de un inmenso zarpazo.
Observó su obra a cierta distancia. No podía estar quedando mejor. Luego puso la fecha de nacimiento y de defunción. A continuación, colocó una pequeña vasija igualmente de mármol, por si algún osado deseaba llevarle flores en un instante de desvarío. 
Se sentía tremendamente satisfecho. La lápida había quedado perfecta. Perfecta la armonía de colores, el cincelado de las letras, la composición del texto, el pulido de la piedra marmórea. Era un buen artista y el lo sabía.
Ahora sólo le faltaba matar a Arturo. 


martes, 12 de febrero de 2013

LA GATA SOBRE EL TECLADO. Osos de peluche y tartas de trufa




La canción suena machacona entre coles de Bruselas y pizzas de peperoni. Las cajeras del supermercado están hasta los mismísimos céntimos de escucharla durante todo el día. Hoy es el día de los enamorados, taratata taratata. Una y otra vez. Y todo para que la gente compre tartas de trufa en forma de corazón y embriagadores perfumes de vainilla y jazmín. Hoy es el día del amor y en los escaparates de los bazares chinos se amontonan los dulces peluches con enormes corazones rojos donde puede leerse un te quiero y, en el peor de los casos, un I love you. Y eso que los sentimientos, ya sea amor u odio, se generan en el cerebro, no en el corazón. Pero claro, regalarle a alguien un cerebro de nata sería, además de asqueroso, ofensivo. Y no, no me he olvidado de las rosas, de los enormes ramos de tulipanes o de margaritas, o aquellos otros más pequeños de delicadas violetas. Flores para perfumar la vida cotidiana donde ya sólo se habla de facturas impagadas y de patéticos subsidios. Bombones para endulzar una tarde ventosa de invierno que acaba demasiado pronto porque el tiempo corre como el mismo viento.

Lo admito. No quiero tartas de fresa ni regordetes osos de peluche. Ni siquiera bombones de caja roja o una solitaria orquídea para adornar el batín de terciopelo. Renuncio a un dulce perfume de precio medio para clase media. Este año de profunda crisis voy a ser realista y voy a pedir un regalo que cambie el color de la tarde, o quizás de la propia vida. Quiero, por ejemplo, un cheque en blanco. ¿Es demasiado? quizás sea mejor pedir una esperanza, un paseo por la playa, una tortilla de patatas, un anochecer de nubes rojas, un trabajo digno, una tarde de lluvia junto a la chimenea (la chimeneas la tengo; la tarde de lluvia es difícil por estos lares), un “profe” de matemáticas para mi hija, una sonrisa, un recibo de la luz que no sea de infarto, una caricia recuperada, una cerveza muy fría, una canción que me devuelva los sueños, una buena noticia, una mañana soleada, una película de amor, un buen libro, un suspiro, una mirada cómplice, un correo inesperado, un geranio francés, una larga siesta, una palabra siempre esperada, un chocolate caliente, ver anochecer en el balcón, la luna, el sol, el mar, la tierra, la luz.

Y si es posible, una rosa roja, enorme como una luna llena, y cuyo perfume se extienda sobre esta tarde de febrero como un buen presagio.