Empieza un nuevo año y como cada primero de enero me asaltan las preguntas de siempre, y renacen en mí interior los manidos deseos de tantos sueños que nunca alcanzo. Aunque a decir verdad, cada vez menos, y cada vez con menos ganas, con menos motivos para esperar... ¿el qué?
Me preocupa cómo seré capaz de asumir los nuevos retos. Me incomoda el pensar qué esconden las nuevas puertas que sin duda tendré que cruzar. Cuáles se cerrarán quién sabe si para siempre. A quién podría conocer. A quién diré adiós. ¿Me ilusionan o me aterrorizan los nuevos caminos a recorrer?
Cada año, cada día nuevo, representa nuevas oportunidades de sorprenderme. De mirar con alegría, a veces con tristeza, otras con enfado y otras con paciencia. O con curiosidad, con ingenuidad, con extrañeza, con disgusto, de soslayo, de reojo, con esperanza, con firmeza, con resignación, con dudas, con ilusión… Quizás me convenga, alguna que otra vez, reciclar mi forma de mirar.
Pero no soy capaz...
Me preocupa cómo seré capaz de asumir los nuevos retos. Me incomoda el pensar qué esconden las nuevas puertas que sin duda tendré que cruzar. Cuáles se cerrarán quién sabe si para siempre. A quién podría conocer. A quién diré adiós. ¿Me ilusionan o me aterrorizan los nuevos caminos a recorrer?
Cada año, cada día nuevo, representa nuevas oportunidades de sorprenderme. De mirar con alegría, a veces con tristeza, otras con enfado y otras con paciencia. O con curiosidad, con ingenuidad, con extrañeza, con disgusto, de soslayo, de reojo, con esperanza, con firmeza, con resignación, con dudas, con ilusión… Quizás me convenga, alguna que otra vez, reciclar mi forma de mirar.
Pero no soy capaz...
Son muchas las maneras en las que uno puede, tan sólo con esa primera mirada, definir y decidir su talante ante los demás, ante las cosas, y hasta condicionar cuál será su manera de actuar y la intención que guiará sus pasos.
Cada instante y cada reto me pide que asuma una posición, que emita una respuesta. Una manera de mirar y de ver adecuada en cada caso, para cada nueva aventura que he de vivir por el simple hecho de estar vivo.
Miradas, gestos y actitudes. Sea como sea, lo será sólo y siempre desde dentro de mí y será única y distinta para cada uno de los momentos nuevos e irrepetibles que desde ya, empiezo a consumir.
Que el nuevo año nos sea propicio.
¡Felíz 2015 amigos Calados!
Cada instante y cada reto me pide que asuma una posición, que emita una respuesta. Una manera de mirar y de ver adecuada en cada caso, para cada nueva aventura que he de vivir por el simple hecho de estar vivo.
Miradas, gestos y actitudes. Sea como sea, lo será sólo y siempre desde dentro de mí y será única y distinta para cada uno de los momentos nuevos e irrepetibles que desde ya, empiezo a consumir.
Que el nuevo año nos sea propicio.