Aturdidos todavía por el ruido,
el olor a pólvora y el gentío, amanece la ciudad como siempre, huérfana de
monumentos. Los habrá que esperaban con anhelo que se fuesen, otros, estirarían
las horas para mantener su aliento. Han
sido días vividos intensamente, donde la pasión, el cansancio o las prisas han provocado
excesos, pero nada que no se pueda curar un día después, con los ánimos
calmados y la cabeza fría. Hoy, apenas
queda nada en el pavimento, salvo algún
testimonio callado y consumido, restos de la pira purificadora emblemática de
esta tierra.
La madrugada del 20, un ejército
de camiones sale a peinar las calles, poniendo todo su empeño en recuperar su
estética habitual. Cubas, cepillos, palas, se emplean a fondo para que los 5
días agotados, queden en nuestra memoria
como un sueño. La fantasía de artistas,
recreada en cada cruce, visible monumento hasta la media noche, ha sido pasto
de las llamas, pero en las volatilizadas
cenizas que aún flotan en el ambiente,
persiste el eco de sus críticas y vibra la energía de sus
sátiras. La memoria se resiste a
dejarlas marchar y utiliza
reminiscencias comentadas a unos
y a otros que perdurarán, hasta caer en
el olvido........ y poco a poco la ciudad recupera su métrica.
Los vehículos van desapareciendo
del terreno de nadie, espacios abiertos, aceras…vuelve la fluidez de paso, se
restaura el sonido de fábrica en plena producción, se recupera el ritmo aprendido de la rutina, a
algunos regresa la calma y el coche, otrora desterrado, vuelve a ocupar su sitio, quedando reinsertado, como elemento
privilegiado, en la vida cotidiana de la gran ciudad.
Vida que vuelve a discurrir dentro de un habitáculo reducido, entre idas y venidas a la oficina, a casa, a la
reunión de padres, al supermercado, al gimnasio........pensando en
presupuestos, calorías, menús, programas y dedicando una mínima atención a lo
que llevamos entre las manos.
¡¡Concentración señores/as,
concentración!!
¡Saludos de vuelta queridos Calados y lectores!
Vaya, vaya, vaya... desde luego que me queda muy cerca todo este ruido, pólvora, luz y tras ello ceniza y silencio... :)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Gemelas y el gran Leo Harlem también...jaja...
Besos.
Arwen
Sí, siemre detrás de la tempestad (Fallas, Hogueras,Sanfermines ...)vuelve la calma.Concentrémonos de nuevo en nuestro "apéndice motorizado" y, desde luego, no lo utilicemos, por ejemplo, como nuestra oficina móvil o para "freir buñuelos".
ResponderEliminarAbrazos crepusculares.
Me siento como esas cenizas después de tanto bullicio...gran texto.
ResponderEliminarFredysaludos.
Me parto con Leo Harlem,el tío es genial jaja...
ResponderEliminarGemelicas las habeis quemado todas y no habeis dejado naaaaa esto es p’a veloooooo
jaja
Abrazos.
Estupenda reflexión y gran video Gemelas!
ResponderEliminarLa vida sigue .....sigamos "calados" a ella. Un besote.
Todavía con resaca de ese brebaje fallero, mezcla de estímulos para todos los sentidos, volvemos a la rutina y lo primero "el coche", casi, nuestro lazarillo, para guiarnos a ella......pero como dice LEO ¡concentración!, y al tajo!.
ResponderEliminarBesos a pares Arwen
Si Jinete, tras la tempestad, dicen que vuelve la calma, aunque a veces tarde un rato.
ResponderEliminarNuestro apéndice motorizado, como tu lo llamas, nos pide atención y dedicación exclusiva, ¡habrá que hacerle caso, por nuestro bien!!.
Saludos Jinete
Yo también Fredy, callada, (afónica perdida) y consumida,(muerta de sueño y cansancio), pero ahí esta Leo, una llamada de atención, sacudimos la cabeza y seguimos.
ResponderEliminarSaludosxdos
Sombra, ¡no ha quedado ni una!, hemos ido a por todas, y algunas se resistían, pero el fuego, elemento poderoso, ha cumplido un año más con su misión, ¡quemarlas!
ResponderEliminarAbrazos
La vida sigue y también el espíritu de las fallas, contemplando sus cenizas, ya se dibujan los primeros esbozos de las próximas .
ResponderEliminarSabor agridulce como todo lo que es cíclico, lamentamos que termine, aunque queremos que acabe para volver a ver el principio.
Saludos Latour
Acaba el espectáculo y la muchedumbre vuelve a su miseria cotidiana.
ResponderEliminarBesos.
No existirían los buenos momentos si no los pudiesemos comparar con lo cotidiano, lo importante es que estén ahí y nos empujen en el día a día :)
ResponderEliminarBesos abisales
Pues si Toro, así es, muchos vuelven a su miseria cotidiana, los afortunados a su vida cotidiana.
ResponderEliminarSaludos
Completamente de acuerdo Abismo, lo importante es compararlos con lo cotidiano, para apreciar tanto lo unos como lo otro, y compartirlos con tu gente.
ResponderEliminarBesos a pares.
Ninot ardiendo y pasto de las llamas.
ResponderEliminarJusto antes de los rituales magicos de las cultural ancestrales quemaban lo viejo, para dar paso a una nueva vida, dejando reminiscencias en el aire que lleva cenezas para aquellos que quieren capturar recuerdos...
Un ritual de renacimiento, donde los buenos recuerdos capturados son la primera piedra para la construcción de una "nueva" vida.
ResponderEliminarBienvenida a territorio "Calado"
Un saludo