TE DIJE QUE VOLVERIA. Los sentidos de la vida.

Fijamos nuestra mirada imaginando que en el interior de lo que contemplamos hay muchos mundos y que, quizás, en todos ellos o en alguno de todos los posibles, nuestro deseo y nuestra imaginación coincidirán en encontrar alguna razón que nos eleve por encima del día a día, a veces aplastante, otras anodino, y en ocasiones delirante.
Así, nuestros ojos ven y miran, escrutan y desean...y en esa amalgama de fisiología y motivación, vamos construyendo nuestro camino pasado, presente y futuro...porque todos los caminos tuvieron algún día alternativas y la maravillosa dimensión del factor tiempo nos permite
hacer y rehacer, deconstruir y construir, olvidar para recordar y también, recordar para después ignorar...
Cada uno de nuestros sentidos, absurdo enumerarlos y acotarlos, son parte de una sensibilidad que trasciende nuestra racionalidad y el hecho momentáneo de nuestra existencia, convirtiéndose en orificios del espíritu, de esa voluntad que nos anima por encima de  nuestra experiencia física.
Todo cuanto podamos vivir, revivir, destruir, lamentar, añorar...forma parte de un continuo paradójicamente repleto de alternativas y disyuntivas que nuestras propias circunstancias han ido tejiendo en forma de historia viva. Sentir es dar sentido y vivir la culminación de nuestra capacidad de imaginar.
Todas mis historias tejen junto a las de cuantos me rodean un red inmensa, intangible, plena de  nexos y vacíos equidistantes o no. expresión de la condición vital que nos empuja a crear y construir memoria y camino.
Así, nos movemos ajenos al movimiento que nuestra propia cadencia genera y recrea a nuestro alrededor pero lejos de un efecto onda o de un efecto mariposa, limitados y limitantes en su concatenación, se va creando un tejido absolutamente imprevisible, magnético e irreprochable que todo lo envuelve y a todo desnuda.....la condición de vivir.