CONDUCTORAS SUICIDAS: ESPEJO ROTO

Los viajes, es lo que tienen....siempre hay algo que contar y algunas veces, nos sorprende.

Algo se nos quedó en el tintero en nuestro último viaje. Nos detuvimos en el Centro de parapléjicos de Toledo. La imagen de una adolescente reflejada en un espejo, nos revolvió algo más que la conciencia.

(En cada uno de aquellos cristales desperdigados se podía reconocer su vida, vida hecha añicos después de aquel feroz accidente.)

Su espejo era su realidad más cruel, ante él se reconocía sin esperar ni buscar nada, negando la autocompasión, rechazando cualquier muestra de apoyo.......

-Los campos santos están llenos de "valientes" arriesgados, que no llegarán a cumplir sus sueños-

Esto ¡lo había oido tantas veces! y ahora, le parecía una letanía escrita, desde siempre, para ella.

Al principio, su dolor iba mucho más allá de lo soportable. Su pena, su rabia y su impotencia consumían su mente, su ánimo, su voluntad, anulando toda sensación, cualquier atisbo de consuelo. Negando el mínimo indicio de lucha. A partir de aquello, solo sería ella y su eterna agonía reflejada en el espejo.

-Nunca sabrás lo que siento, jamás me oirás quejarme, porque tampoco yo quiero escuchar mi voz ahogada en lamentos.

-Fui una candidata a valiente de las que ya no pueden hablar, solo que no tuve suerte y me quedé sentada, esperando, viendo pasar la vida desde mi asiento preferente. Todos fueron fuertes entonces y me intentaron contagiar su ánimo, pero yo estaba cansada, rota por dentro y quebrada en mi mitad. Ocupada en asesinar los pocos sueños que me quedaban, para no llamarme a engaño, para no librarme, nunca más de mi espejo. Frente a él, mi cuepo quieto se derretía en llanto y mi voluntad luchaba por convertirme en uno de esos valientes sin retorno.

-Porque nadie veía que me quedaba paralizada, no solo por aquella barrera que rompía mi vida, sino por un miedo aterrador.

-Mis gritos eran mudos, para los que estaban, para los ausentes.

-No entendían que me había transformado, que era una más en las filas de los diferentes. Yo quería apartarme de la felicidad, porque no soportaba su provocación, me alejaba de los momentos alegres que pasaban de largo. Aún quedándose cerca, ninguno de ellos tuvo intención de rozarme. Yo, infeliz, amarga y triste reclamaba soledad en compañía, comprensión en silencio, afecto sin compasión......pero .......no supieron verlo.

-Ahora, ya no quedan fuertes a mi espalda, ni frente a mi, tan solo me acompaña el eco de sus palabras cargadas de piedad y benevolencia.

-Hoy, sentada frente al espejo, hastiada de ver la imagen que me observa, con la voluntad casi huida y el ánimo en letargo, reuniré valor para romper y hacer trizas esa vida en el espejo, esperando encontrar, en alguno de sus pedazos, el rastro de mi alma perdida.....

Por fin alcanzó su valor....................resultado de un grandísimo miedo.

"La única batalla que se pierde, es la que se abandona"

¡¡Rompe silencios, sigue caminando, paso a paso, hacia delante............Teresa!!

Abrazos, queridos Calados y Lectores.

Las Gemelas del Sur