Y para finalizar este ciclo de microrrelatos, vamos a pasar a la ciencia...a la relatividad...a la lógica en su estado puro, de la mano de nuestra lectora: AMPARO.
¡Que lo disfrutéis amigos, Calados y lectores!.
TÍTULO: VIGILANTE EN MOVIMIENTO.
Imaginaos la hermosa estación de trenes de Berna a principios del siglo XX, con el ir y venir de humeantes locomotoras, viajeros obteniendo sus billetes de los mostradores con sus máquinas expendedoras y amables taquilleros, policías vigilantes de la seguridad paseando por sus andenes. Familiares que despiden a sus seres queridos y observan como el tren se mueve y queriendo apurar los momentos del adiós siguen andando por dentro del tren, manteniendo la posición de su ser querido en el andén. Billetes con la hora de salida que marcaba el majestuoso reloj de la Torre de Berna. Unos metros más allá la oficina de Patentes donde se encuentra nuestro extraordinario funcionario Albert Einstein, inundada de solicitudes de patentes para sincronizar relojes.
Cuentan que todo este entorno, inspiró la teoría de la Relatividad a este hombre imaginativo, impertinente, creativo y ligado a la rebeldía.
El movimiento es relativo, el espacio es relativo, el tiempo es relativo. Sólo él se atrevió a desafiar a las leyes absolutas de Newton. La mayoría de sus ideas se transmiten con palabras y vividos experimentos mentales y numerosas veces en sus artículos utilizaba trenes y relojes.
(nota: todos los microrrelatos recogidos en esta primera edición de LA CAJA NEGRA, serán enlazados en breve a la sidebar del blog para que puedan seguir siendo disfrutados).
Cuantos trenes dejamos pasar...
ResponderEliminarBuenos días Amparo, y quiero presentarosla al resto...
ResponderEliminarAmparo no tiene blog (motivo por el que no hemos enlazado su nombre), pero si es una ferviente lectora de Calados, que ha tenido la "osadía" de participar en este ciclo de microrrelatos.
Desde aquí Amparo, mi felicitación por esa obra "científica", que pone al descubierto otra proyección atípica de la historia del vigilante...y estoy deacuerdo con Luz de Gas (por cierto, saludos! ;P) y es que muchas veces, en la vida, pasan trenes, de los que sólo pasan una vez y el dilema está servido...¿nos subimos...o lo dejamos pasar?...
Un abarzo.
Arwen
Hoy parece que estamos filosóficos y el relato de Amparo contribuye a cavilar un rato... Besito!
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