Fotografía: Fernando Fernández Páez
No, no miraré más el mar,
ni su presencia infinita.
Quizás llore su recuerdo
con dos lágrimas de sal..
Me alejaré de las olas
que copulan con la arena,
una y otra vez, eternas.
Ni escucharé sus gemidos.
No buscaré su horizonte,
ladrón de mis sentimientos,
destino de mis recuerdos.
Ignoraré sus silencios...
Cerraré al viento mis ojos,
lucharé contra su brisa...
y fingiré indiferencia
ante su profundo azul...
Y así, de espalda al mar,
enjugaré mi tristeza.
Buscaré nuevos senderos,
esperaré nuevos días....
¿Por qué?, ¿por qué esa renuncia?, ¿qué te ha hecho ese inmenso azul para que no quieras mirarlo más?
ResponderEliminarDemasiados recuerdos, demasiadas renuncias.... demasiadas oportunidades desaprovechadas.........dolor y rabia en ocasiones.
ResponderEliminarPero aún así, no sé si lo cumpliré. También es un bálsamo para mi corazón.
Un abrazo inmenso y azul, Gemela!!!!!
Sea como sea, me da a mí que renunciar al mar, si uno es "mediterráneo", es simplemente tarea utópica: lo llevamos en las venas. Es por eso que es mejor llamar al mar, "la" mar, no se puede vivir sin ella...
ResponderEliminarUn abrazo Latour!
Tienes razón Emilio, no se puede vivir sin ella, la llevamos en las venas.
ResponderEliminarPero su hechizo a veces nos subyuga y nos esclaviza... en fin, cosas de poetas.....
Un abrazo!
¿Hacia donde se dirigen tus ojos y tus anhelos? Marinero de tierra adentro te has convertido. Un giro en el color de tu poesía a la espera que pintes otros nuevos lienzos.
ResponderEliminarBesos.
Busco el azul en cualquier parte, tierra adentro o en lo profundo de mi mar, contemplo la vida y pinto mis lienzos con nostalgia y esperanza.....
ResponderEliminarUn abrazo Mar.
Qué preciosidad!
ResponderEliminarEstá claro que no todos los poetas románticos vivieron hace dos siglos... La eterna contradicción, el dolor de la pasión crea maravillosos versos y en ellos el poeta reniega, huye de esa pasión... Aquello que le enferma le da la vida, o la inspiración.
Juntarás preciosas palabras y compondrás de lujo sobre la esperanza, los nuevos caminos... pero el mar, ese mar parece más esencial, como si lo albergara todo. De hecho vas y vuelves a él, una y otra vez, como en una marea.
.... O algo así...
Este me lo guardo.
Cuídat poeta.
La vida está en el mar, puede huir de él, sumergirse en sus corrientes, darle la espalda o dejarse arrebatar por su brisa.....pero es el principio y el fin de todo lo que sentimos y vivimos.
ResponderEliminarLo difícil, muchas veces, es encontrar el mar, su azul y nuestro destino.
Querida Nepalí, cuida't.
precioso poema en una relación de amor y resentimiento con el mar. Yo ayer estaba a estas horas junto al mar. NO había nadie en la playa. Y sí, el rumor de las olas es un bálsamo para el alma. Yo no podría vivir lejos del mar. Creo que es una atracción fatal.
ResponderEliminarNo es el mar....es lo que vemos en él, con él y lejos de él.
ResponderEliminarSu horizonte perdido en la distancia es un bálsamo como bien dices Amparo, o un mundo infinito de tristeza......