Estúpido es morir por conducir borracho.
Estúpido es morir por quedarse dormido al volante.
Estúpido es morir por no respetar un Stop.
Estúpido es morir por hablar por el móvil y dejar de ver la carretera.
Estúpido es morir por estar dopado con drogas o medicamentos.
Estúpido es morir por un estúpido.
Estúpido es morir en un accidente de tráfico. Absolutamente previsible. Indudablemente evitable.
Es una muerte gratuita, que podía haberse ahorrado esa familia que queda desolada, rota, que no volverá a ser la de antes y una perdida de una vida con un gran potencial por desarrollar. Sin embargo, en otro sentido, no es gratuita para la sociedad, nos cuesta a todos 1,4 millones de euros por cada persona fallecida y 219.000 euros por cada herido grave. Caro nos sale el sinsentido de los accidentes y no es justo pensar que es el precio que tenemos que pagar por el progreso, ese imparable progreso.
Estúpido es darnos cuenta del valor de la vida solo cuando casi la perdemos o nos la arrebatan. Es la estupidez de la insconsciencia, de la incapacidad de valorar el riesgo.
La estupidez humana no tiene límites, no los conoce, ni los sabe poner en su justa medida, en la muesca del límite de la seguridad. El estúpido cree que no los necesita y piensa que controla todas las variables o ni siquiera piensa en ellas, ni las conoce ni las valora. Por otra parte, como dijo el escritor Vauvernages, "el estúpido que tiene mucha memoria, está lleno de pensamientos y de hechos; pero no sabe extraer conclusiones de ellos". Les pueden invadir de campañas de concienciación, de cursos de prevención, de sesudas charlas, pero no sabrán adaptarlas a su propia conducta, a saber extrapolar los hechos y consignas a su toma de decisiones. Indudablemente eso no va con ellos. Se han quedado en esa etapa de la infancia donde le tenían que decir y prohibir lo que no debía hacer bajo la amenaza del castigo, el único idioma que entienden.
Estoy segura que el sentido común está muy extendido, que la mayoría de conductores lo aplica, que su objetivo es la prudencia, las estadísticas lo indican así, desciende el número de fallecidos. Parece que el valor de la seguridad está en alza en esta sociedad y comienza a sentirse esa censura social sobre las imprudencias que dejan trasnochada la frase de Jean Amadou "pueden comprobarlo todos los días: cuando en una cena se reúnen cinco personas inteligentes y un imbécil, la conversación decae indefectiblemente al nivel del imbécil".
A pesar de todo, esta reunión de imbéciles nos puede dar una lección, ejemplos no van a faltar.
Queridos Calados y Lectores, buen inicio del verano y mejor operación de salida de vacaciones.
Besos de Las Gemelas del Sur.
Hola, Gemelas.
ResponderEliminarEl setenta por ciento de los imbéciles no nacen, se hacen.
En mi humilde opinión, uno de los factores importantes en el desarrollo de la inteligencia es la lógica deductiva. La lógica irá guiando el camino del ser humano independientemente del ámbito social/cultural en el que viva. Lo hará en mayor o en menor medida. Ahora bien, si es alentada por aquellos que nos rodean desde que nacemos, crecerá exponencialmente (como una supernova). La lógica impedirá que cometamos el ochenta por ciento de las estupideces que se nos ocurran. El otro veinte por ciento, lo harán aquellos que nos rodean y nos quieren; quitándonos esa mala idea de la cabeza.
La lógica deductiva nos dirá: no cojas el móvil al volante, no fumes, no bebas, no comas, no corras… En una palabra: “ten cuidado con los imbéciles”.
Interesante entrada. Daría para una conferencia.;))
Nos leemos en septiembre.
Un par de besos muy fuertes.
Simpática manera de recordar que el sentido común es esencial, para mantener la propia vida y la de los demás, que no es poco, pero también para tantos y tantos pequeños detalles de tantas cosas que pueden hacer de nuestro diario vivir una experiencia más armónica a muchos niveles...
ResponderEliminarMe ha encantado el bailecito de los personajillos, desmembrados, descabezados y "zombificados" (¿no?) que van sumandose al coro que canta la alegre cancioncilla.
Buen verano!
...sin lugar a dudas son lecciones, de estos imbéciles, a tener en cuenta...y no caer en ellas.
ResponderEliminarAbrazos a pares y feliz verano; que os vaya muy bien.
Ramón
Como tu dices, Luisa, el tema es sumamente complejo. Cabe estudiarlo desde su aspecto social, psicológico, educativo, hasta biológico y buscar soluciones y estrategias que nos acerquen a los países que han conseguido reducir estas muertes evitables.
ResponderEliminarAunque básicamente me quedo con la máxima que dice: El sentido común es el menos común de los sentidos.
Nos leemos en septiembre. Feliz verano. Besos y besos.
Emilio, a veces nos reímos de los pequeños disparates que hacemos sin mayor consecuencia, pero en algunos casos nos va la vida en ello y resulta una tragedia. Me ha gustado la manera de presentarlo en el vídeo por esa llamada de atención amable con una transmisión del mensaje fácil y es que el humor llega donde otras medios no calan.
ResponderEliminarBesos.
Además, Ramón, nos dejan también una cancioncilla que engancha y queda en nuestra memoria, machaconeando el mensaje.
ResponderEliminarBesos.
Yo creo que la humanidad necesita aprender, tener buenos ejemplos y contar con normas coherentes y lógicas que cumplir. Somos demasiado "imbéciles" para no utilizar todos estos recursos y llegar a tener algo de sentido común....
ResponderEliminarEl vídeo me parece un encanto y muy didáctico.
Buen verano Gemelas. Un abrazo!
Quizás nos falte educar todavía más la capacidad de reflexión, de crítica, de contrastar hechos, y todo esto en colectividad.
ResponderEliminarEn el vídeo parece que los monstruitos le quitan un poco de hierro al asunto, que es muy serio, pero lo bueno es que presenta el tema con mucha amabilidad.
Disfruta del verano, Latour!!!!
Después de leer el comentario de LUisa, ya no me atrevo ni a escribir. La verdad es que la muerte en accidente es una muerte que no debería haberse producido, que corta la vida en un momento inesperado, que no concluye el ciclo, pero quizás incluso haga falta un cambio cultural que separe para siempre el alcohol y la conducción.
ResponderEliminarConocer el sentir de cada lector es la mejor recompensa y en especial los que suscitan el debate. Amparo, tu comentario es querido y apreciado y como tu dices, una de las estupideces más grandes es conducir ebrio, pero hay más: exceso de velocidad, distracciones varias, descuidar nuestro coche....y un montón más. Conducir no es una broma, necesita de una consciencia absoluta.
ResponderEliminarBesos.