lunes, 16 de marzo de 2015

LA GATA SOBRE EL TECLADO. Tarde del viernes pasado.



Es viernes. Vuelvo de trabajar y estoy derrotada. Son pasadas las nueve y ya han encendido la iluminación de fallas. Atravieso el descampado que me separa de mi casa por puro placer. Lo cierto es que podría hacer el camino por una calle en condiciones y bien iluminada. Pero, desconozco el por qué, prefiero regodearme en mi desaliento, pasear mi lasitud sobre la tierra baldía. Me gusta ir esquivando guijarros y deposiciones perrunas a la luz intensa de una luna, que de llena, espanta.  Cuando llego a la calle, me sorprendo al ver las terrazas llenas de gente tomando cerveza y patatas bravas. Yo sigo caminando a buen ritmo a pesar de mi cansancio. Sospecho que en casa no me espera nadie. Mi hija tenía una reunión de antiguos alumnos y mi hijo se ha ido a cenar con una amiga. Pero me equivoco. Tito, mi gato, me espera tras la puerta con ojos ansiosos. A mis gatos no les gusta estar solos. Probablemente se sientan abandonados, olvidados para siempre, como  mis jazmines. Pero sin duda ellos también se equivocan. Me quito los zapatos con la misma rabia que si fueran aparatos de tortura y me siento frente al ordenador. Quiero saber de vosotros aunque mis ojos estén cansados y mis juanetes enrojecidos. Vaya, Toro salvaje ha tirado un poema por la ventana y casi le da a una de las musas que, previamente, había abandonado. Ester nos habla hoy de las clases de inteligencia, y mira que hay. Yo creo que sólo tengo esa que se relaciona con el sexto sentido, pero del que no ve muertos, por ahora. Ana Bohemia nos conduce a la historia de las velas, esas que quisimos encender junto a la chimenea antes de que se nos quemará el sofá y el abriguito azul de la niña. Y de su mano encuentro a su gemela. Creía que era una fantasía o una conspiración de las muchas que pululan por ahí. Pero no, la gemela de Ana existe y tiene  un bonito blog. De ahí, y de la mano de un Calado, Emilio, me interno en el barrio del Carmen y descubro un grafitti en ciernes que promete ser una obra de arte. 
Vaya. Cómo ha pasado el tiempo. Son ya las diez y media pasadas. Recorro los canales de la tele pero no veo nada por lo que valga la pena perder el tiempo. Es entonces cuando recuerdo que en la nevera me aguarda un exquisito plato precocinado de mercadona, de esos que abaratan porque están a punto de palmar. Compruebo que la cerveza está muy fría y caliento el pulpo a la gallega. Descubro, una vez más, que la felicidad está pegada cual moco a las cosas pequeñas, a esas que no solemos dar importancia, a las que sólo echamos de menos cuando dejamos de tenerlas. Miro por la ventana. La luna está inmensa, yo diría que incluso más grande que otras veces. Se escuchan petardos, uno cada segundo, más o menos. Pólvora para la paz -pienso-, y pienso también que así debiera ser toda ella. Mientras el pulpo se calienta en la sartén - el microondas también se rompió en aquella semana trágica de la que ya os hablé-, vuelvo a asomarme a la ventana. Escucho gritos en la calle. Suenan ahogados, débiles, como de alguien que ya no puede más. Entre dos coches aparcados descubro una figura vestida con una túnica blanca. Su rostro también tiene la lividez de lo terminal. Me mira y me sobrecojo. Lleva algo en la mano y me lo ofrece. Desde mi sexto piso es difícil saber que es, así que cojo los prismáticos y vuelvo a miar con atención. Es un poema escrito en un papel arrugado. ¡Dios!- exclamo en voz alta-. Es la musa que Toro salvaje abandonó y lleva en la mano el poema que tiró por la ventana. Ansiosa, nerviosa, excitada, salgo corriendo hacia la calle. Pero antes cojo un trozo de torta de calabaza y lo envuelvo en papel albal. Esa pobre musa abandonada debe estar muerta de hambre. ¿O será que las musas no comen?

11 comentarios:

  1. Aunque llegaste cansad, el final de la jornada te aportó cosas buenas.
    Espero que descansases felizmente.
    Salu2 con pólvora.

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    1. Los viernes son maravillosos. Tienes todo el fin de semana por delante, pero claro si hay por ahí blogueros que abandonan a sus musas... todo se complica. Gracias Dyhego.

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  2. Dios Mío, eso es una noche de viernes movida :)
    Entretenido relato.

    una lluvia de besos

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    1. Gracias maduixeta. El final del día siempre nos puede sorprender. Me encanta haberte entretenido.

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  3. Melancólico de nuevo tu relato, pero como siempre con ese giro entre estremecedor y sarcástico de tus finales. Me sorprende la coincidencia..., atravesar ese descampado por la parte menos civilizada y más "minada" es también una de mis aficiones cuando toca. El hacerlo me resulta estimulador, por eso de ir con todos los sentidos alerta no vaya uno apisar la "mina"... Me ha hecho gracia!
    Gracias por el guiño en lo que me toca.

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    1. Es curioso lo que dices porque a mí atravesar ese descampado me produce una buena sensación. Aún recuerdo- muy lejano el recuerdo- el pueblecito que había en ese descampado y que no sé por qué razón tiraron. Quizás los cimientos de aquellas casas nos hablan desde sus raices. Quien sabe.

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  4. Tu fuente de inspiración a pleno caudal. Fijarse en lo cotidiano, en las pequeñas cosas que nos rodean con tanta atención y consciencia es un don. Por eso te encuentras la felicidad en las pequeñas cosas, porque ves posibilidades que otros no ven. Ojos mágicos y atención plena, sensibilidad y buena, muy buena pluma.

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    1. Cómo te pasas Marinela. Ojos mágicos entre arrugas, y sí puedo decirte que he aprendido a encontrar la felicidad en las cosas más pequeñas. Mi hija suele decir: "Ya está la mamá contando anécdotas", y eso que mi vida cotidiana no es muy divertida que digamos. Gracias Marinela por tu comentario y... a quemar la falla.

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  5. Todo un baño de realidad en esa tarde de viernes para acabar ofreciendo un trozo de coca a una musa abandonada....
    Las musas sí comen , creo yo.
    Y tienen juanetes enrojecidos, y comen platos precocinados.... Y ofrecen trozos de coca..
    En algún momento hacemos, decimos o callamos algo que inspira a alguien para después ser alguien que ve o escucha en otro algo que le inspira o le seduce. Lo de las musas es, afortunadamente, un juego a muchas bandas.
    Un abrazo.

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  7. Bueno, querida amiga Amparo, claramente es un Viernes 13 jajajaja, es un relato excelente, entretenido y caótico, como debe ser. Tu vena gamberra te hará famosa...
    Un superabrazo!!!

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