jueves, 28 de febrero de 2013

CONDUCTORAS SUICIDAS: «Quod natura non dat, Salmantica non præstat»

Desde el autobús..

























Mis viajes siempre van precedidos de una leve inquietud, será porque viajo poco y abandonar la zona
de confort, aunque no sea todo lo confortable que quisiera, me produce un ligero desasosiego.
No me gustan las despedidas pero son inevitables. Algunas porque las necesitas, otras porque las creemos necesarias. Demasiadas despedidas esta vez. ¡Me despedí hasta del gato! Y en esos momentos en los que cierro la casa, porque soy la única habitante a las 12 de la mañana, no puedo dejar de mirar a mi rincón, donde está el futuro colocándose y echando  un vistazo de reojo, me digo....¿será la última vez?

He hecho todo lo que tenía previsto. Como un ritual, repaso una y otra vez lo imprescindible, lo necesario y "el por si acaso" y lo meto en la maleta, en el bolso, el carpesano. Acto seguido "me entra la neura", ¿lo habré dejado todo en orden en la oficina?, la firma, el correo, los recados y luego, la segunda parte, porque nosotras tenemos segunda parte; la ropa, los cacharros de la cocina, la basura, la comida del gato....y cuando yo misma me doy por satisfecha, recojo las llaves, doy un último repaso a mi refugio, cuatro mimos al gato y me dispongo a salir. A mis espaldas, tras un leve portazo, queda en silencio todo lo que tengo, donde habitan los que más quiero, bueno, todos no, mi mente vuela y recorre el espacio hasta llegar al recuerdo y me digo....tu también...

Soy exhaustiva en la preparación del viaje pero luego, me dejo llevar, pongo mi destino en manos de otro.... Me subo al autobús que me trasladará a una ciudad ligada a la Historia Universal con nombres propios como Miguel de Unamuno, una ciudad destacada por sus construcciones, levantadas con piedra franca, que a  la caída del sol, adquiere un color rosado inconfundible de estas piedras castellanas. Aún  así, no pierdo de vista las maletas hasta que se cierra el portón del "Avanza", las bolsas de mano, todo bajo control y organizado en el mínimo espacio de una plaza. Doy una mirada al conductor, su aspecto, sus manos, su mirada, le observo hasta que inicia la ruta. También dedico un vistazo a las ventanas, los martillos, los botones de apertura de las puertas, parece que todo funciona...

...A partir de ese momento me evado y dejo que mi mente vuele y ocupe las horas que me separan de mi destino; escribo, duermo, leo, y miro por la ventanilla y contemplo... ¡que ancha es Castilla!

Y como me dejó marcada la pesadilla del autobús de  "La Gata sobre el teclado", os traigo lo que podría ser una pesadilla provocada, que también tiene su parte positiva, como casi todo. 



¡Buen viaje amigos Calados y Lectores!
Las Gemelas del Sur

14 comentarios:

  1. Que el Señor te lleve con bien. Poro por favor...Procura que la gata siempre esté spbre el teclado.

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  2. Tu texto es una delicia, además, creo que nos podemos sentir identificados hasta la última coma de cuanto has narrado.
    El corto me encanta, tiene mucho gancho y es divertido..
    Siempre elegante en tus propuestas Calada!
    Un abrazo de poeta!!

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  3. Esos viajes en soledad, dejar tu casa y mirarla antes de partir..., a mí también me alteran el ánimo, pero no me dan miedo, sino incertidumbre, siempre pienso si sabré cuál es mi parada, si sabré coger el de vuelta o quedaré perdido para siempre en algún remoto lugar...
    El video divertidísimo, no sé de dónde los sacas, pero mira que son buenos!
    Nos vemos.

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  4. Me encanta los viajes a pesar del fastidio de hacer la maleta y de la sensación de que se te olvida algo importante y si el destino es Salamanca mejor que mejor.
    El corto es buenísimo.

    Besos

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  5. Qué chulo el corto! Lo mejor, el momento mete-saca la clavija sin parar...
    En cuanto a la preparación del viaje, me encanta lo que cuentas, digamos que me es muy familiar. A mí en estas situaciones me invade un caos mental total y acabo teniendo que hacer lista por escrito de todo lo que debo coger, lo que dejar y dónde... con la única certeza de que me dejaré algo.
    Un abrazo.

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  6. Yo también soy de las "que me lleven"
    hay que disfrutar del viaje ;))
    EL corto buenísimo!!

    Besos abisales

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  7. No te preocupes Ali Reyes, seguirá por mucho tiempo, no la vamos a dejar escapar.

    Saludos

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  8. Salamanca es lo que tiene que vas una vez y te enamoras, es un amor sereno. Como serena, sobria y confiada, es esta bella ciudad.

    Abrazos Latour

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  9. Si es una sensación de desasosiego, no sabes muy bien a que se debe, pero en cuanto te subes al autobús, desaparece..

    Besos Jara

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  10. Es la sensación y efectivamente, ¡siempre se olvida algo!, aunque lo apuntemos, siempre se escapa algún "por si acaso"

    Saludos Nepalí

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  11. Si "te llevan", mejor, tiempo para relajarnos, pensar, fantasear, y dar una cabezada reparadora contra el estrés al que nos tiene sometidas la velocidad del tiempo y sus acontecimientos..

    Besos Abismo

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  12. Es un cosquilleo en "la tripa", y pensar (erróneamente) que si nosotros, no funciona nada igual...bueno, en el fondo nos echan mucho de menos

    Saludos Emilio

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  13. Fantástico el texto. A mí me gustaba viajar, pero cada vez menos. Me he hecho de territorio, como los gatos que tanto me gustan. Si me sacan de mi o mis territorios me siento insegura, incluso angustiada. oEl placer de viajar lo he sustituido por el placer de estar en casa, aquí junto al ordenador o charlando con mis hijos. El corto es estupendo y el final para partirse, pobre perro.
    Respecto a lo que comenta Ali, a que la gata continúe sobre el teclado, continuará mientras la salud la acompañe, que espero que sea por mucho tiempo. Tiempo, por cierto, ahora tengo menos, pero siempre hay un rato para calarse de letras y asomarse a esta ventana llena de creatividad.

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  14. El tiempo pasa,,cambiamos y nos vamos abrigando con cotidianidad y lazos afectivos, cualquier posible riesgo de separación nos perturba......

    Saludos Amparo

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