CONDUCTORAS SUICIDAS: "El Oficial"

Queridos calados y lectores, esta semana nos manifestamos indignadas. Un colega motero, de los cabales, ha sufrido un abuso de poder en el sentido más literal de la expresión.

Dos representantes de la ley, celosos de su alto destino, han protagonizado un atraco, "de nota" a nuestro sufrido amigo, causándole más que un disgusto. Una sensación de impotencia le ha invadido ante tal demostración de autoridad , le han impuesto una sanción desproporcionada e injusta al error cometido.

Nuestro colega Javier, circula por la ciudad por una amplia avenida de varios carriles, cuando le da el alto una patrulla situada en un lateral poco visible. Los agentes le comunican, que el radar ha detectado una velocidad superior a la permitida, por lo que le aplican una sanción de 300 euros, cuantía estipulada por sobrepasar 20km el límite. -De acuerdo-. Al tiempo, le informan que el candado de la cadena de seguridad de la moto, esta ocultando parte de su matrícula, acto seguido deciden multarlo por eso también, pero cuál es su sorpresa cuando por el "walki" oye una voz de rango superior, que increpa acaloradamente al agente para que imponga, al pasmado ciudadano, la sanción de mayor cuantía, nada menos que 6000 euros por utilizar un mecanismo inhibidor de la matricula, articulo 65 del CC. Elección equivocada, pues el candado no es una mecanismo inhibidor sino un objeto que tapa ocasionalmente una mínima parte de la placa de su matrícula.

Podríamos decir que las sanciones están justificadas cuando cumplen su objetivo; tratar de corregir comportamientos reincidentes y peligrosos.

También estaría justificado que a determinadas personas, cuya responsabilidad no causa impresión, los vigilantes de la ley les ayuden a ejercerla.

Por otra parte, dicen que la sanción puede ser educativa y crear, cambiar o reforzar pautas de conducta si el sujeto la interioriza, pero para que esto suceda, tiene que ser proporcionada al daño, justa, es decir, todos podemos ser denunciados por los mismos motivos y a ser posible en un contexto amable.

Recordemos, proporcionada al daño; un candado perturbaba la visión de una matrícula impoluta. Sanción; equivocarse a propósito de articulo y aplicar la sanción de mayor cuantía. En un contexto amable; igual a soportar el despotismo de un oficial a sus subordinados para que ejerzan la ley confusamente. Y justa; a todos por igual, sin embargo, de todos es sabido que muchos "ilegales" disfrutan de libertad de acción y del perdón de los justicieros agentes.

Tras un susto considerable, una discusión acalorada con dos subordinados del oficial "Rambo" dirigiendo la operación, Javier se va a casa. Pasa el fin de semana de "puta pena" ¡con estos no se puede! y cuando esta dispuesto a tirar la toalla, una voz amiga, pone un poco de luz en tan esperpéntico paisaje.

Javier ha recuperado su autoestima, ha presentado un recurso reclamando hasta la misma "sábana santa" (es un decir) y se ha puesto en contacto con un periódico local, ¡está dispuesto a todo!......

Hace dos días que le han dado la razón, sutilmente, -"donde dije digo, digo Diego"- y se le rebaja la sanción, aplicándo la ley. Punto y final.

Y nosotras nos preguntamos, ¿cuantos habrá que el "cabreo" y posterior "acojono" no les permita presentar una reclamación en tiempo y forma con las consiguientes consecuencias.....?

Hay que cumplir la ley, pero no permitir que nadie, con un uniforme y un poder otorgado confiando en su equidad, nos amargue la vida, ¡ni por un instante!

También os decimos, que aunque el sabor a impotencia nos tiente a generalizar, no podemos juzgar a un colectivo por ejemplares como estos.

Saludos, desde la indignación, queridos calados y lectores.

Y ahora un poco de humor,