lunes, 29 de septiembre de 2014

LA GATA SOBRE EL TECLADO. El niño autista y su gata Mineta



En septiembre de 1768, recién estrenado el otoño, nació en Berna (Suiza), un niño al que llamaron Gottfried Mind. Siendo aún muy pequeño, sus padres se dieron cuenta de que aquel no era un niño normal. No hablaba, no se relacionaba con el mundo exterior y tenía enormes problemas con cualquier tipo de aprendizaje. Su padre, carpintero de profesión, se dio cuenta de su deficiencia y lo llevó a una Academia para niños pobres. Allí dijeron de él que era un niño muy débil, incapaz de llevar a cabo trabajos duros, pero que aun siendo una criatura extraña, estaba lleno de talento para el dibujo. 
Su padre recibía en su casa cada año a un pintor llamado Sigmund Henderberger, que se dedicaba a pasear los bellos paisajes de la región y plasmarlos en sus lienzos. Un día, los padres de Gottfriend, el pintor y él mismo estaban sentados a la puerta de la casa y Sigmund comenzó a hacer el retrato de un gato que rondaba en torno a ellos. El niño miró el dibujo y con su deficiente lenguaje dijo: "Eso no es gato". El pintor, divertido, le preguntó si él podía hacerlo mejor. El niño se fue a un rincón y dibujó al gato. El resultado fue tan sorprendente como espectacular. 
Gottfriend, introvertido, casi mudo, sin relación con el mundo exterior, comenzó a relacionarse con los gatos y a dibujarlos. Sus pinturas no tardaron en conocerse en toda Europa y llegó a decirse de él que era el Rafael de los gatos, en honor al maestro italiano del Renacimiento. Según dicen las crónicas del tiempo, nadie había sabido captar en un dibujo el carácter de los gatos como él. Recibía numerosas visitas que acababan comprando sus obras. Solía conversar con sus gatos -no hay que olvidar que era autista-, sobre todo con su gata favorita, de nombre Mineta, y no toleraba que nadie los molestase.  
Sin embargo, en 1809, las autoridades de Berna decretaron el exterminio de todos los gatos de la ciudad dado que algunos parecían tener síntomas de rabia. El resultado final fue ochocientos gatos eliminados. Este suceso dejó a Mind profundamente deprimido aunque, afortunadamente, se permitió que Mineta siguiera viviendo. El desastre gatuno no hizo sino reforzar sus ansias por el arte, llegando a realizar obras tan geniales que su fama creció tanto como la adquisición de sus obras. En 1814, con sólo 46 años, falleció, pero su obra ya era conocida en media Europa. El paso del tiempo no sólo ha aumentado el prestigio de los mismos sino también su valor.







16 comentarios:

  1. Una bonita historia. El autismo, todavía desconocidas sus causas y sin embargo, en terapias se utilizan mucho distintos animales. No deja de sorprender que los animales sean capaces de crear lazos de afectividad e incluso puedan llegar a percibir. en cierta forma, las limitaciones físicas y mentales de personas autistas y puedan proporcionarles efectos terapéuticos , es sorprendente y aleccionador. Una vez más, los animales no racionales........

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    1. Y es alucinante también el talento que pueden esconder esas mentes autistas. Este niño, en concreto, apenas sabía hablar pero ya ves cómo dibujaba. Increible sensibilidad.

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  2. Gracias por la información, la pasaré.
    Salu2 gatunos.

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    1. Gracias. Las discapacidades a veces esconden grandes capacidades.

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  3. Un modo de saltar el muro que aprisiona al autista es a través del lenguaje visual y en este niño se ha dado de una manera extraordinaria, se abrió una puerta al mundo a través del dibujo y el mundo gatuno como tema de conexión con él. Una suerte para él descubrirlo y qué difícil entenderlos y llegar a ellos.

    Besos.

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    1. Mentes maravillosas encerradas en cerebros diferentes. En aquella época se les llamaba niños salvajes porque era imposible educarlos. Por fortuna, este niño tuvo suerte de nacer en una familia como la suya.

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  4. A nivel popular se asocia al autismo con un caracter casi imposible, pero acompañado de una inteligencia notable. La culpa del cine. Por desgracia, eso no es así, pero el caso que traes a Calados es de los llamativos no por la inteligencia, si no por su virtuosismo artístico, otra de las características llamativas que acompañan a algunos autistas. Dura enfermedad, pese a Rain Man y a los gatos de Mind. Brillantes, desde luego.

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    1. El talento más brillante oculto tras una enfermedad incomprendida y aun muy desconocida. Todos sus dibujos son buenísimos.

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  5. El talento suele venir disfrazado en los lugares más insospechados.
    Por cierto, pobres gatos, parece que cada cierto tiempo a alguien se le ocurre que hay que exterminarlos.

    Un abrazo!

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    1. ¡Y qué talento! cuando esos niños eran llamados "idiot sauvage", o sea, idiota salvaje. A veces los gatos son capaces de llegar al corazón de un hombre, de un niño en este caso, al que no ha sido capaz de llegar el ser humano.

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  6. Obrigado por sua visita.Volte sempre!
    "Saludos"...

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    1. Hola Josú. Igualmente, gracias por tu visita, Vuelve.

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  7. Qué historia tan interesante.
    El apego a los animales siempre me ha parecido que revela un determinado tipo de ternura, el deseo de un modo de vivir, para mí, ligado a un entorno más cercano a lo que fuimos.. que se fía al instinto, al abrigo de lo más básico, a la supervivencia.. y que a su vez enriquece todas nuestras capacidades... No sé, algo así.
    El mundo de la mente... tan desconocido todavia. Fascinante. A veces durisimo.
    Los dibujos son una maravilla.
    Un abrazo.

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    1. Has dado en el clavo, sobre todo con una frase:Que a su vez enriquece todas nuestras capacidades.Yo he aprendido de los gatos su paciencia, su tremenda capacidad de observación, su no perder la compostura, incluso he aprendido a maullar, ja, ja. Y la relación de los animales con estos niños de misteriosas mentes es algo que me fascina. Gracias por tu comentario.

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  8. Adoras los gatos, amiga! jajajajaja. Tienes una gran sensibilidad, no la dejes perdida en ningún rincón, sigue con ella intacta.
    Un abrazo!

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    1. Es cierto. Adoro a los gatos. Ahora mismo tengo uno aquí mirando cómo escribo. Y la sensibilidad- extrema- no la voy a perder. ya me gustaría a mí ser un poco más dura. Un abrazo.

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