Escaló despacio sus rodillas, como un joven gato... deslizó las yemas de sus dedos por su regazo y en el sentido más estricto se durmió. Ella dirigió su mirada hacia la ventana... fuera hacía frío... un frío mayúsculo, como cortado a rajas, como un enemigo poderoso que se atrinchera en la puerta de tu casa y echa raíces de nieve y agua y silba por las esquinas con quejido lamento, un viento que parte en dos el cuerpo y el alma. Por eso él se ha dormido bajo su abrigo femenino, protegido de la intemperie que lo acosa y lo azota y abre levemente sus párpados enfurecidos y se arrima al aliento que más ama, deseando que la tempestad pase lejana y furiosa sin recaer en su presencia y allí sobre los brazos de su madre, sueña que es un niño temerario y ella le acaricia la frente bajo sus dedos arrugados, con la calma de la experiencia y la templanza de los años, le susurra que no tema, que no es más que otra tormenta, otra tempestad caduca, de otro mal que nunca dura cien años.
Una belleza!!!ternura y paz,besotes.
ResponderEliminarLas madres lo pueden todo.
ResponderEliminarSon mágicas.
Besos.
Espectacular.-
ResponderEliminarpor fortuna no hay mal que dure siempre, menos mal¡¡¡ ;P genial relato Arwen, muy gélido, como estos días...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡
Me quito el sombrero Arwen y me reverencio a tus pies princesa.
ResponderEliminarEscribes como los ángeles...más allá de ellos.
ResponderEliminarBárbaro.
Fredysaludos.
Me gusta mucho tu cuento invernal....... tienes una delicadeza especial para escribir.
ResponderEliminarGracias Arwen, ha sido un placer leer tu historia de ternura y calidez.
Precioso relato, que ensalza la figura que más necesitamos. y es verdad que cualquier problema se hacia más ligero, solo con nombrarlo con su voz serena y tranquilizadora.
ResponderEliminarBesos Arwen
Fiaris, muchas gracias. Más belleza eres tú.
ResponderEliminarUn gran beso.
Toro, sin duda alguna la mejor de las medicinas, los antídotos y las barreras anti-tsunamis.
ResponderEliminarUn gran beso y gracias por acompañarnos.
Enrique G.A. un placer contar contigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dirty, efectivamente no hay mal que dure cien años... agarrémonos a ello...
ResponderEliminarUn beso anti-frío.
Fredy, Sombra, muchas gracias...
ResponderEliminarUn gran beso que derribe y aleje cualquier temporal.
Bssss